Libertad de expresión
Libertad de expresión, uno de los derechos humanos más importantes y uno de los más peligrosos de ejercer en México. Desde 1951 el presidente Miguel Alemán Valdés estableció el 7 de junio como el día para “celebrar” este derecho.
De acuerdo al Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos “todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”.
En el papel podríamos decir que sí: que la Constitución mexicana incluye este derecho, la libre manifestación de las ideas está consagrada en nuestra Carta Magna en los artículos 6º y 7º. Pero en la práctica la realidad es muy diferente. Algunos datos que nos dan el verdadero panorama de la libertad de expresión: en México, se asesina un periodista cada 12.5 días.
Nuestro país fue calificado desde el 2012 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como el país más peligroso para ejercer el periodismo en América.
Lo más lamentable, es que los funcionarios públicos son los que representan una mayor amenaza para los periodistas y la libertad de expresión en México: El recuento de 2009 a 2018 señala que las autoridades son responsables de casi la mitad de las agresiones (47%).
El crimen organizado también es un factor importante ya que representa la tercera fuente de agresiones. Las redes sociales también han sido un espacio para atacar a periodistas, particularmente a las mujeres. También existen muchos ejemplos de represión por parte de las autoridades en marchas y protestas sociales.
A lo largo de la historia de México, las relaciones entre la prensa y el gobierno han sido muy complejas, contradictorias y costosas. El derecho a la libertad de expresión se vio reprimido durante la época del Porfiriato. Aún cuando se restringía este derecho, muchos periodistas desde su trinchera lucharon por manifestar sus opiniones, tal es el caso de la durangueña Juana Belem Gutiérrez de Mendoza, nacida en San Juan del Río, quien fundó el semanario Vésper en 1901, desde sus páginas atacó al gobierno de Porfirio Díaz, a la Iglesia y al Estado, con esta publicación, de corte libertario, se constituyó como una periodista de oposición por lo cual fue apresada junto a Camilo Arriaga, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, fue parte del grupo que elaboró el Plan de Ayala en 1911, una de las pioneras del feminismo mexicano, fue una de las primeras voces que exigió al gobierno de Francisco I. Madero el voto de las mujeres y reivindicaciones laborales para las trabajadoras.
Lo que realmente sorprende de Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, es la falta de reconocimiento a su lucha, el olvido en que su nombre y su vida están ahora. Debe ser una tarea de educadores, historiadores, comunicólogos y medios de comunicación de rescatar la figura de esta ilustre revolucionaria durangueña.
El 190 aniversario del natalicio de Francisco Zarco es una oportunidad para: evaluar la situación de la libertad de prensa en México; defender a los medios de comunicación de los atentados contra su independencia y rendir homenaje a los periodistas que han perdido sus vidas en el cumplimiento de su deber.
Nos unimos a la celebración de este 190 aniversario haciendo un reclamo para que el Estado garantice el pleno ejercicio del derecho a la libertad de expresión.
