Pandemia de desinformación y desobediencia a “Quédate en Casa”
Habíamos decidido no escribir sobre el coronavirus por la gran desinformación que circula en medios y en redes sociales y la irresponsable desobediencia a las instrucciones de nuestras autoridades. Google hizo un análisis que nos pone como el país de Latinoamérica que menos respeta la sana distancia. Refiere que sólo tres de cada 10 se guardan en casa.
Somos testigos -por citar un ejemplo- de las enormes “colas” para ingresar a las instituciones de crédito, a los centros comerciales, a los mercados, donde no se guarda la sana distancia ni se usan cubrebocas ni se utilizan guantes para intercambiar el dinero ni escoger la mercancía. Además, ante el incremento en el número de casos por transmisión comunitaria, la pandemia dejó de ser exclusiva de las áreas urbanas.
La Secretaría de Salud anunció la aplicación del sistema estadístico llamado “Centinela”, que considera que la cifra de personas confirmadas se debe multiplicar por 8.2, por lo que el total resultan alrededor de 30 mil.
Los que escribimos en estas páginas de Análisis, es nuestra obligación con los lectores de El Sol de Durango de orientar y contribuir a crear una conciencia de verdadera prevención ante el inminente peligro que representa la declarada pandemia desde el próximo pasado miércoles 11 de marzo por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La ciudad de Wuhan, China, fue el epicentro de la pandemia del coronavirus, su sistema sanitario ya estaba colapsado desde noviembre de 2019 y causó el hecho negativo más importante de este siglo, nunca el mundo se había paralizado por la misma causa, originando crisis universal en salud y economía.
Debemos reconocer las buenas acciones en esta crisis. El gobernador José Rosas Aispuro Torres, informó de la donación del 50 por ciento de su sueldo para destinarse a la crisis de salud, e hizo un llamado a que se unieran a esta disposición a los funcionarios de los tres poderes locales, los que procedieron a unirse a la loable acción.
Los números de pobres en el mundo pueden influir en un mayor contagio: 183 millones de pobres y 32 millones en pobreza extrema. El 80% de la riqueza está concentrada en el 1por ciento de la población, una minoría rapaz, insaciable, mientras que las grandes mayorías sólo son visibles en los procesos electorales disfrazados de democracia.
Y los poderosos en sus guerras comerciales -China y Estados Unidos, como claro ejemplo- para ser más poderosos, pero no para disminuir la pobreza. Viene la guerra petrolera y los países integrantes de la OPEP disminuyen su explotación de petróleo en un 23%. Estados Unidos aceptó, por México, reducir, adicionalmente, 250 mil barriles más su producción. Pronto sabremos el monto de la factura. A México se le solicitó una reducción de 400 mil barriles diarios y ofertó solo 100 mil. Arabia Saudita pide que Pemex se alinee. La oferta de Trump no ha sido suficiente para cerrar el trato.
Bien señala el reciente editorial del influyente periódico estadounidense The Washington Post cuando afirma -entre otras cosas- que el capitalismo salvaje va dejando a su paso la destrucción acelerada de los recursos naturales del planeta, la explotación inhumana del hombre y la manipulación de la mente para que nos convirtamos en rehenes de la sociedad de consumo; la pandemia le ha quitado el maquillaje hipócrita a la civilización, ya que los sistemas de salud pública de las potencias expiró en las manos del capital privado que ven a la salud como una mercancía.
A los 100 días de su gobierno Donald Trump destruyó el sistema de salud social heredado de su antecesor Obama, cuestión que le puede valer la reelección. No se puede estar defendiendo la actual situación que privatiza el agua, la salud, la educación, los derechos humanos universales que se han convertido en mercancía.
Como en todas las profesiones y oficios hay buenos y malos, al igual que en el sector de la iniciativa privada. Algunos poderosos se quieren aprovechar esta crisis para acrecentar sus fortunas, solicitando diferir el pago de impuestos y a plazos, cuando sus utilidades son por las operaciones realizadas el año pasado, inclusive, se detectaron despidos de trabajadores antes de la contingencia. López Obrador reviró pidiendo al presidente del CCE su ayuda para cobrar adeudos fiscales de algunos empresarios, por un monto de 51 mil millones de pesos.
El gobierno federal procedió a adelantar los apoyos de los programas sociales. Ofertó créditos a las micro y pequeñas empresas, con recursos de los fideicomisos a donde se dirigen las partidas presupuestadas no ejercidas. Indicaron que se generarían 2 millones de empleos.
El cierre de negocios ha sido no por incosteables sino por la medida de “quédate en casa”. Los bancos ofrecieron la reestructuración de créditos sin intereses. En tres semanas de crisis sanitaria en México se han perdido casi 350 mil empleos.
Se incrementan los trabajadores asalariados, independientes con algún oficio y profesionistas sin ingresos. Urge la reactivación de la economía. Si se amplía la cuarentena programada hasta el 30 de abril del año en curso, se complican los escenarios económicos, de salud y de seguridad.
Más de la mitad de la población vive en pobreza, no se puede restringir tanto la actividad económica. Sin embargo, un levantamiento demasiado rápido de las restricciones de confinamiento podría conducir a un “rebrote mortal” del coronavirus, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las restricciones mantienen reprimida la enfermedad. La OMS llamó a garantizar, en los países que vayan levantando las cuarentenas, la implantación de medidas preventivas en lugares de trabajo y escuelas, así como un cuidadoso control de los posibles casos importados.
Estamos a 15 días de entrar a la fase tres de la pandemia, es cuando hay brotes regionales que implican ya dispersión nacional del virus, con casos que se cuentan por miles. El 81 por ciento de los médicos considera que la infraestructura hospitalaria no está preparada para atender a los contagiados de coronavirus, revela una encuesta de Ipsos. En las condiciones actuales se prevé que pudieran infectar a entre 175 mil y 300 mil personas.
La Fase 4 es aquella en la que hay una segunda ola pandémica. Italia ha pasado a fase 4, implica la implementación de un “código de guerra”. Durante esta etapa, hay nuevos brotes de la infección. La Fase 5, por su parte, es aquella con la que la OMS informaría el fin de la pandemia. Con base en casos anteriores, puede ocurrir después de 2 o 3 años de que inició.
Lamentablemente, por el “quédate en casa”, la TV se reafirmó como el miembro más importante del hogar. Debemos de vivir cada día como si fuera el último. Terminar con los miedos. Estamos confundidos y sin preparación ante futuros inciertos. Debemos vivir con esperanza y a lograr o mantener la felicidad a la que todos tenemos derecho. Quedarse en casa, hará la diferencia.
