Se acerca la fiesta donde se celebra el nacimiento de uno de los personajes más influyentes de nuestra cultura, costumbres y tradiciones, Jesucristo.
Una de las fiestas que mayor importancia tiene en el mundo del cristianismo y entregarle regalos a nuestros seres queridos es una de las tradiciones más típicas que realizamos.
Hoy en día, la Navidad aparece teñida por otras costumbres legadas desde los países del Norte, por ejemplo la presencia de Santa Claus o Papá Noel o de figuras mágicas como los duendes y los renos. O bien, los regalos se entregan en algunas partes del mundo a las doce horas mientras en otros lugares los niños y niñas los abren a la mañana del día siguiente. Se estima que en total un 70% de la población mundial celebra esta festividad.
Tradiciones y costumbres tienen su historia que nos otorgan identidad, durangueñeidad. En esta época es bueno conocer el origen en Durango del nacimiento, las posadas, las piñatas, los villancicos, las pastorelas, el árbol de navidad, el Niño Dios, Santa Claus.
Por ejemplo, los misioneros de Analco forjaron la tradición del nacimiento en Durango en 1558, como una alternativa de los franciscanos de compartir la palabra de Dios con los indígenas, de conformidad a la técnica que desarrolló San Francisco de Asís, de comunicar la Navidad a través de un nacimiento viviente; en el siglo XVI y cargando las imágenes de María y José para realizar el peregrinaje se da inicio a las posadas, aunque las primeras que se realizaron fueron en Nombre de Dios por el fraile evangelizador Fray Jacinto de San Francisco.
En el siglo XVII las posadas dieron la bienvenida a las piñatas conformadas por siete picos, relacionados con los pecados capitales y que representan la tentación de caer en la desobediencia a Dios y al romper la piñata se obtiene la recompensa; a finales del siglo XVII llegan las pastorelas a Durango, para instruir sobre la lucha del bien contra el mal, como parte del teatro edificante.
Al crearse la capilla de música en Catedral, llegan en 1667 los villancicos, se ha documentado el primer villancico elaborado en Durango en 1731 titulado “Lágrimas tristes corred, suspiros tiernos volad”, de la autoría de Pedro Rebasa; a principios del siglo XVIII los jesuitas introdujeron a Durango a San Nicolás de Bari, conocido como Santa Claus, Papá Noé o San Nicolás, que por su generosidad al regalar dulces a los niños, da origen a los aguinaldos.
En el comercio de Maximiliano Damm, un almacén ubicado en la Casa del Conde de Súchil –hoy propiedad de Banamex en calle Madero esquina con 5 de Febrero-, en 1890 celebra la Navidad instalando un pino –de conformidad con la tradición en los monasterios del norte de Europa en la zona germana-, y la sociedad durangueña acuñó la tradición del cónsul prusiano.
Los tiempos navideños nos invitan a reflexionar para expresar un mensaje de amor y solidaridad, compartiendo momentos de sana convivencia y los alimentos, recibiendo el 2018 con el ánimo de continuar con la tarea de cambiar y mejorar Durango.
Creo en el poder de la gente, la ciudadanía tiene el potencial para resolver problemas sociales y somos capaces de generar cambios profundos. Necesitamos seguir unidos en un ambiente de colaboración. El reto: es el trabajo conjunto de todos los sectores, debemos innovar para superar los rezagos sociales, en infraestructura, económicos…
El progreso sustentable es el que pone a la persona en el centro de todas las actividades de desarrollo, acciones con sentido social y rostro humano. La mejor inversión es en las personas, en lo que llamamos capital humano, invertir en su mejor educación, salud, vivienda, servicios.
Llega la Navidad: Las tiendas y centros comerciales ya lucen sus escaparates con los artículos navideños, las calles se iluminan con el alumbrado tan característico de estas fiestas, la ilusión de los niños por la llegada de los tan ansiados regalos de Navidad, se preparan los platillos para la cena del 24, los ponches, abrazos y buenos deseos.