Sexenio tras sexenio lo que más se incrementaba eran los índices de pobreza, criminalidad, impunidad, autoritarismo, corrupción, ignorancia, rezago educativo, desforestación, desempleo, injusticia ante leyes con letra muerta, drogadicción, desnutrición, la desconfianza, la demagogia y el doble discurso, los antivalores, la desintegración familiar, los “ninis”…
Las llamadas “reformas estructurales” estaban orientadas a atar, y atar bien, un programa de gobierno encaminado a reducir al Estado frente al mercado y porque lo que realmente lograron fue seguir desmontando al Estado como fiduciario de la riqueza nacional en beneficio de los grupos de interés privado –nacionales y extranjeros- es decir, actuar por encima del interés general de la nación, propiciando los enriquecimientos ilícitos, la corrupción e impunidad.
Pero aterricemos la presente colaboración en nuestro Durango y sus rezagos. Independientemente de las causas-origen que han originado nuestro aislamiento (que requieren un serio estudio), nuestros ancestrales rezagos y en consecuencia no progresar y desarrollarnos como nuestros estados circunvecinos, los durangueños queremos soluciones del próximo gobernador con el apoyo del gobierno federal, compromisos claros y firmes sobre:
Solución de fondo al rezago de la infraestructura hidráulica, con la perforación de pozos donde socialmente se requieran y técnicamente sean factibles, con la implementación de sistemas de riego con tecnología de punta con el fin de garantizar al campesino sus cosechas, inclusive con el aprovechamiento de la tierra con la reconversión productiva con dos siembras anuales.
Construcción de las –mínimo- seis presas que requerimos para almacenar el agua de la sierra y que se escurre a los estados circunvecinos cuando en nuestro estado carecemos de ese elemental líquido para el desarrollo de nuestras actividades agropecuarias y agroindustriales.
También requerimos el compromiso del aprovechamiento de nuestros recursos naturales con valor agregado, basta que nos los exploten otros estados y naciones y nos regresen nuestra materia prima como producto terminado. Que el compromiso claro y firme sea establecer en Durango el modelo industrializador, otorgando a nuestros recursos naturales su valor agregado.
Otro compromiso que urge es el de propiciar un beneficio directo a los municipios donde se exploten sus yacimientos mineros.
Ante la violencia, hay que señalar que los delincuentes es gente joven que el crimen organizado copta ante el problema social de falta de oportunidades para trabajar y estudiar. Existe un gran déficit en el empleo y en los espacios educativos en media superior y superior. Que se le garantice al egresado un trabajo bien remunerado.
También queremos del Gobierno Federal el compromiso de la terminación de los ejes carreteros pendientes, y del ferrocarril Durango-Mazatlán, ya que la comunicación representa las vías al desarrollo, comunicación es progreso.
Algo fundamental: La supercarretera Durango-Mazatlán para lograr su verdadero rendimiento requiere de la modernización del Puerto de Mazatlán, que se convierta en Puerto de Gran Calado. Por fortuna se ha publicitado un gran proyecto para conectar el ferrocarril desde Mazatlán hasta Canadá, pasando por Durango y por Gómez Palacio, con base en el Tratado Trilateral de Libre Comercio.
Ojalá que en las campañas electorales, escuchemos los anteriores compromisos y otros más de los candidatos a la gubernatura del estado 2016-2022.
