A 459 años de la fundación de la ciudad de Durango
La fundación de la ciudad, representa la cimentación de Durango, con una historia de base firme para el futuro de los duranguenses, precisamente el viernes 8 de julio se celebró la sesión solemne de Cabildo, en que se dio lectura al tradicional Bando Solemne por la celebración del 459 aniversario de la fundación de nuestra ciudad capital.
Previamente las autoridades encabezaron los honores a la bandera y la guardia de honor a los Fundadores de Durango, en la plaza que lleva su nombre. En estas páginas editoriales de nuestra casa editora El Sol de Durango, en su edición del 26 de marzo de 2013 solicitamos con oportunidad: “Los festejos del 450 aniversario se han iniciado con éxito con la inauguración de obras de beneficio social y edificios culturales…
El antecedente más remoto de la fundación y existencia de la Villa de Durango, surge cuando el 13 de agosto de 1521 la magna ciudad de la gran Tenochtitlan, capital del Imperio Azteca, cayó doblegada por la conquista de Hernán Cortés. El poderío español se extendió a partir de ese momento a los cuatro puntos cardinales del Imperio Azteca y en corto tiempo fueron conquistados todos los estados del sur y centro de México, la conquista más tardada fue el territorio de la gran Chichimeca que abarcó todo el norte de México, donde se encuentra enclavado lo que ahora es el Estado de Durango, antes Gobernación de la Nueva Vizcaya. La conquista propiamente se prolongó durante todo el siglo XVI, irradiando desde la capital a los cuatro vientos y terminando al implementar Juan de Oñate el pendón real en el reino del Nuevo México.
Fue en el año 1532, cuando las huestes del fundador de la Nueva Galicia, Nuño Beltrán de Guzmán, penetraron por San Miguel de Culiacán, atravesando la Sierra Madre Occidental y descubrió las inmensas llanuras durangueñas y estableció su campamento en lo que años después fue Santiago Papasquiaro. Se percató entonces que este territorio estaba habitado por tribus seminómadas, un tanto sedentarias que ya tenían asentamientos humanos y practicaban el cultivo del maíz, sin embargo, el conquistador Nuño Beltrán por su quebrantada salud regresó a Culiacán y posteriormente a la Nueva Galicia, dejando a estas tierras solamente la vaga versión de su visita.
Veinte años después, en 1552 el capitán Ginés Vázquez de Mercado ingresó por Juchipila y Sombrerete viniendo de Guadalajara en busca de la montaña de plata. Dicen las crónicas que el 3 de diciembre de 1552 llegó a la montaña soñada y grande fue su desilusión al advertir que la montaña de plata que tanto había buscado era una montaña de hierro y desde entonces recibió el nombre de Cerro de Mercado. Ginés Vázquez de Mercado nada fundó, pero sí dejó su apellido al Cerro y en la Villa que primeramente se llamó Guadiana por Alonso de Pacheco que la trazó y luego Durango por Francisco de Ibarra que la fundó, dejó marcada la huella de su visita, ante esa mole de hierro que siempre la hemos visto explotada por industriales de otros estados, sin ningún beneficio para nuestro pueblo, inclusive fue origen del movimiento estudiantil de 1966 que buscaba la industrialización de Durango, con muy escasos o nulos resultados al grado que ya ni los cuatro pesos con cincuenta centavos por tonelada extraída cubren y se ignora el destino de lo recaudado. Distinta suerte para algunos de sus líderes que aún siguen en las ubres gubernamentales, desde hace 56 años.
Dos años más tarde, en el año de 1554 el virrey Luis de Velasco habilitó al joven de 17 años de edad, Francisco de Ibarra y Arandia, como capitán para que explorara las tierras que estaban al norte de Nuestra Señora de Zacatecas. (Continuará)
