/ viernes 29 de octubre de 2021

En confianza

Ya llegará la gubernatura de 2 años


Los tiempos que están por venir a Durango se presagian como una tempestad que arremeterá e involucrará a la sociedad completa llevando, incluso a la polarización de las ideas.

Por eso la responsabilidad de gobiernos, partidos, actores y árbitro será la de velar, en principio, por el cumplimiento de la ley, pero especialmente el cuidar la unidad, la tranquilidad y la paz en que se desarrolle el proceso electoral más importante en los próximos seis años, al menos para la entidad.

Conforme trascurren los días y las semanas el caldero político intensifica su fuerza, ojalá que ésta siempre esté bajo el control de los directamente responsables. La diversidad de pensamientos y de ideas de los ciudadanos, así como la diversidad de simpatía a los actores y con ello la diversidad de compromisos partidarios deberá ser con un compromiso y una alta responsabilidad.

La sociedad toda, tiene derecho a tener preferencias políticas e ideológicas, y la autoridad tiene la obligación de cuidar este sagrado derecho, pero también nadie tiene derecho a obligar a alguien más a pensar de otra manera más allá de su libre albedrio.

Por más allá de que se vivirá un proceso electoral con una gran intensidad, mucho más fuerte de lo que se vive en las etapas previas relacionadas con procesos internos, y aún más con la suscripción de alianzas entre partidos, que se ha venido convertido en una nueva forma estratégica de ganar elecciones.

Esta forma de alianzas que se está dando, repito, como una práctica habitual de partidos, será también una recta muy prolongada para alcanzar la conjunción de intereses partidarios, y que finalmente aunque no legalmente nos llevará a la conformación de gobiernos de coalición en los hechos.

Con toda seguridad las alianzas se encaminarán a eso. Gobiernos de coalición que dará la oportunidad a que la diversidad de pensamiento e ideología se pongan en práctica como gobiernos y finalmente esto dará beneficios directos y tangibles hacia la ciudadanía por las diferentes formas de hacer gobierno.

En todo este contexto lo más importante es que ante la inminente llegada del proceso electoral que en menos de dos semanas se pondrá con la instalación del órgano electoral, donde además la primer acción será el anunció y registro de las alianzas partidistas, donde prácticamente tendrán que presentar precandidato común.

Ardua tarea le viene en los próximos días a los partidos que tendrán que definir con quien se la jugarán el año próximo en lo que será la primer elección contemporánea donde la gubernatura jugará solo con Ayuntamientos sin candidatos al Congreso del Estado, cuyo poder anticipó su proceso en tanto se da el momento en que llegue la gubernatura de dos años para homologarse con el resto de elecciones federales y estatales.

Esta ocasión se estuvo a un tris de que se diera la posibilidad de una elección de gubernatura corta, pues aunque hubo una iniciativa de reforma a la Constitución del Estado, está no prosperó porque entró en destiempo, además donde la práctica parlamentaria y la legislación en materia no coincidieron y fue imposible una reforma con este alcance. Incluso por mucho tiempo durante el mismo principio de año de esta posibilidad de tener un gobernador de dos años, lo cual tarde o temprano tendrá que darse y que se antoja que sea para el periodo 2028-2030, así que bien pueden anotarse los interesados de ambos géneros.

Finalmente, el actual proceso que está por arrancar tendrá, por obligación y como principal saldo, dejar un Durango unido y sin polarizaciones, ni el estado, ni los ciudadanos merecen un Durango polarizado y confrontado, y con ello dejando secuelas desalentadoras.

Ya llegará la gubernatura de 2 años


Los tiempos que están por venir a Durango se presagian como una tempestad que arremeterá e involucrará a la sociedad completa llevando, incluso a la polarización de las ideas.

Por eso la responsabilidad de gobiernos, partidos, actores y árbitro será la de velar, en principio, por el cumplimiento de la ley, pero especialmente el cuidar la unidad, la tranquilidad y la paz en que se desarrolle el proceso electoral más importante en los próximos seis años, al menos para la entidad.

Conforme trascurren los días y las semanas el caldero político intensifica su fuerza, ojalá que ésta siempre esté bajo el control de los directamente responsables. La diversidad de pensamientos y de ideas de los ciudadanos, así como la diversidad de simpatía a los actores y con ello la diversidad de compromisos partidarios deberá ser con un compromiso y una alta responsabilidad.

La sociedad toda, tiene derecho a tener preferencias políticas e ideológicas, y la autoridad tiene la obligación de cuidar este sagrado derecho, pero también nadie tiene derecho a obligar a alguien más a pensar de otra manera más allá de su libre albedrio.

Por más allá de que se vivirá un proceso electoral con una gran intensidad, mucho más fuerte de lo que se vive en las etapas previas relacionadas con procesos internos, y aún más con la suscripción de alianzas entre partidos, que se ha venido convertido en una nueva forma estratégica de ganar elecciones.

Esta forma de alianzas que se está dando, repito, como una práctica habitual de partidos, será también una recta muy prolongada para alcanzar la conjunción de intereses partidarios, y que finalmente aunque no legalmente nos llevará a la conformación de gobiernos de coalición en los hechos.

Con toda seguridad las alianzas se encaminarán a eso. Gobiernos de coalición que dará la oportunidad a que la diversidad de pensamiento e ideología se pongan en práctica como gobiernos y finalmente esto dará beneficios directos y tangibles hacia la ciudadanía por las diferentes formas de hacer gobierno.

En todo este contexto lo más importante es que ante la inminente llegada del proceso electoral que en menos de dos semanas se pondrá con la instalación del órgano electoral, donde además la primer acción será el anunció y registro de las alianzas partidistas, donde prácticamente tendrán que presentar precandidato común.

Ardua tarea le viene en los próximos días a los partidos que tendrán que definir con quien se la jugarán el año próximo en lo que será la primer elección contemporánea donde la gubernatura jugará solo con Ayuntamientos sin candidatos al Congreso del Estado, cuyo poder anticipó su proceso en tanto se da el momento en que llegue la gubernatura de dos años para homologarse con el resto de elecciones federales y estatales.

Esta ocasión se estuvo a un tris de que se diera la posibilidad de una elección de gubernatura corta, pues aunque hubo una iniciativa de reforma a la Constitución del Estado, está no prosperó porque entró en destiempo, además donde la práctica parlamentaria y la legislación en materia no coincidieron y fue imposible una reforma con este alcance. Incluso por mucho tiempo durante el mismo principio de año de esta posibilidad de tener un gobernador de dos años, lo cual tarde o temprano tendrá que darse y que se antoja que sea para el periodo 2028-2030, así que bien pueden anotarse los interesados de ambos géneros.

Finalmente, el actual proceso que está por arrancar tendrá, por obligación y como principal saldo, dejar un Durango unido y sin polarizaciones, ni el estado, ni los ciudadanos merecen un Durango polarizado y confrontado, y con ello dejando secuelas desalentadoras.

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