/ sábado 2 de febrero de 2019

En el PRI: que Arturo Yáñez pague los platos rotos

Con dinero baila el perro, al menos eso dice el refrán. La verdad sea dicha: no hace mucho tiempo los priistas se peleaban a muerte por ser el candidato a la presidencia municipal de Durango, ¿la razón?, tenían el triunfo en la bolsa, aparte de las prerrogativas que recibían del IEPC, por debajo del agua había muchos millones para la campaña; se le invertía, había negocios, obra pública, poder, y, de alguna manera, la antesala para aspirar a las grandes ligas en el inframundo de la política.

¡Pero, lástima Margarito! En el PRI la famosa disputa por la joya de la corona es parte de la historia, y todo terminó, como dijo José Alfredo Jiménez: “pero todo, todo se acaba, la dicha grande también se va”. La “consulta a la base” al interior del tricolor sólo fue una simulación. Todo mundo sabe que los dados están cargados a favor de Arturo Yáñez. En política los milagros no existen. Si así sucediera, Jesús Díez podría ser el candidato de ese partido a la presidencia municipal. De Arturo y Jesús nadie puede decir que no tengan la militancia y experiencia de muchos años, trabajo político con las estructuras y los seccionales, y si “la Guadaña” tiene padrino, “el Gato” Diez tiene madrina. Supongamos que al PRI le quedara el 50% de lo que un día fue, otro gallo les cantaría a Arturo y a Jesús. Sus compañeros y aspirantes del partido a la presidencia municipal hoy no se quejan en los medios, nadie dijo: si no me dan la candidatura, en MORENA me están esperando; o la clásica “renuncio al partido al que tanto le debo, pero desde mi trinchera seguiré haciendo política, porque soy político y así me moriré”.

Se ha filtrado desde el interior del tricolor que, salvo excepciones como sería el caso de Tamazula, donde José Ángel Beltrán podría repetir como presidente municipal. El otro es en Pánuco de Coronado con la maestra Norma Beatriz Reyes Huerta, que ha hecho trabajo intenso político desde 1992 hasta la fecha, con una experiencia incluyendo a la CNOP que ya la quisieran muchos para presumir, ella es la favorita de los priistas de ese municipio. La verdadera guerra en el PRI es para ser regidor o regidora, todas y todos están pidiendo encabezar la primera posición en las planillas priistas, porque perdiendo en política también se gana. Los que aspiran a alguna regiduría hacen cuentas y la única manera de asegurarla es yendo en el primer lugar. Con todo y que perdieron la gubernatura y la presidencia municipal en 2016, al PRI en el tema de los regidores no les fue tan mal, como segunda fuerza política en el estado, tienen un número considerable de regidores. Pero ahora todo apunta a que serán la tercera fuerza, y eso significa menos presidencias y menos regidores.

Si el tricolor cuando pudo no dejó contentos a los grupos a la hora de repartir el pastel, en las actuales circunstancias, aunque quisieran, ya no pueden.

Ya se comenta que los jóvenes del PRI, como la canción, se cansaron de tanto esperar y, en consecuencia, ya tienen un plan B en otros partidos. Se dieron cuenta que en el tricolor a corto y mediano plazo no tienen futuro político, siempre les decían: hagan carrera, son muy jóvenes, pueden esperar, tienen mucho que aprender y ya les llegará su turno. Muchos de ellos tienen más de 10 años haciendo méritos, pero por ironías del destino han visto pasar a otros jóvenes que sin trabajo político han ocupado sus espacios. Cierto o no, los jóvenes se pueden rebelar.

Con dinero baila el perro, al menos eso dice el refrán. La verdad sea dicha: no hace mucho tiempo los priistas se peleaban a muerte por ser el candidato a la presidencia municipal de Durango, ¿la razón?, tenían el triunfo en la bolsa, aparte de las prerrogativas que recibían del IEPC, por debajo del agua había muchos millones para la campaña; se le invertía, había negocios, obra pública, poder, y, de alguna manera, la antesala para aspirar a las grandes ligas en el inframundo de la política.

¡Pero, lástima Margarito! En el PRI la famosa disputa por la joya de la corona es parte de la historia, y todo terminó, como dijo José Alfredo Jiménez: “pero todo, todo se acaba, la dicha grande también se va”. La “consulta a la base” al interior del tricolor sólo fue una simulación. Todo mundo sabe que los dados están cargados a favor de Arturo Yáñez. En política los milagros no existen. Si así sucediera, Jesús Díez podría ser el candidato de ese partido a la presidencia municipal. De Arturo y Jesús nadie puede decir que no tengan la militancia y experiencia de muchos años, trabajo político con las estructuras y los seccionales, y si “la Guadaña” tiene padrino, “el Gato” Diez tiene madrina. Supongamos que al PRI le quedara el 50% de lo que un día fue, otro gallo les cantaría a Arturo y a Jesús. Sus compañeros y aspirantes del partido a la presidencia municipal hoy no se quejan en los medios, nadie dijo: si no me dan la candidatura, en MORENA me están esperando; o la clásica “renuncio al partido al que tanto le debo, pero desde mi trinchera seguiré haciendo política, porque soy político y así me moriré”.

Se ha filtrado desde el interior del tricolor que, salvo excepciones como sería el caso de Tamazula, donde José Ángel Beltrán podría repetir como presidente municipal. El otro es en Pánuco de Coronado con la maestra Norma Beatriz Reyes Huerta, que ha hecho trabajo intenso político desde 1992 hasta la fecha, con una experiencia incluyendo a la CNOP que ya la quisieran muchos para presumir, ella es la favorita de los priistas de ese municipio. La verdadera guerra en el PRI es para ser regidor o regidora, todas y todos están pidiendo encabezar la primera posición en las planillas priistas, porque perdiendo en política también se gana. Los que aspiran a alguna regiduría hacen cuentas y la única manera de asegurarla es yendo en el primer lugar. Con todo y que perdieron la gubernatura y la presidencia municipal en 2016, al PRI en el tema de los regidores no les fue tan mal, como segunda fuerza política en el estado, tienen un número considerable de regidores. Pero ahora todo apunta a que serán la tercera fuerza, y eso significa menos presidencias y menos regidores.

Si el tricolor cuando pudo no dejó contentos a los grupos a la hora de repartir el pastel, en las actuales circunstancias, aunque quisieran, ya no pueden.

Ya se comenta que los jóvenes del PRI, como la canción, se cansaron de tanto esperar y, en consecuencia, ya tienen un plan B en otros partidos. Se dieron cuenta que en el tricolor a corto y mediano plazo no tienen futuro político, siempre les decían: hagan carrera, son muy jóvenes, pueden esperar, tienen mucho que aprender y ya les llegará su turno. Muchos de ellos tienen más de 10 años haciendo méritos, pero por ironías del destino han visto pasar a otros jóvenes que sin trabajo político han ocupado sus espacios. Cierto o no, los jóvenes se pueden rebelar.