/ domingo 4 de agosto de 2019

En nuestra entidad el conflicto de los Cadis ya se hizo crónico

El conflicto de los CADI parece que ya forma parte de la cultura reclamante y contestataria de nuestra ciudad capital, dado que cada vez vemos más seguido marchas de maestros, alumnos y padres de familia.

Plantones donde se exhiben las demandas; tomas de oficinas gubernamentales para presionar a los funcionarios a que den respuesta a sus necesidades y la instalación de campamentos en la Plaza de Armas, para dar a conocer a la opinión pública el motivo de sus males, que en el caso al que nos referimos ya se hicieron crónicos.

Todas esas expresiones de lucha, desde sus orígenes me ha tocado observarlas y su único reclamo ha sido siempre: el pago no cumplido a tiempo a su trabajo. Porque nadie ignora las condiciones irregulares en que operan la mayoría de estos centros de trabajo, ya que su fundador el senador Gonzalo Yáñez, lo ha sostenido bajo una partida económica que él personalmente de forma especial tramita y consigue ante la Secretaría de Hacienda. Desconociendo los simples mortales, bajo qué gracia le otorgan dichos recursos.

Para nadie son desconocidos los trastupijes y argucias de Gonzalo, ya que dicho proyecto lo montó, sin duda, en las experiencias adquiridas en la formación del proyecto clientelar de la CNTE, donde tuvo un gran éxito, dadas las componendas que guardaba con Emiliano Hernández Camargo, quien sin rubores hizo crecer a discreción dicho complejo, donde los docentes sin serlo, gozan en la actualidad de doble plaza y un sinfín de prebendas para ellos y sus familiares.

Sin duda, fueron tiempos de gloria para esos docentes, donde la mayoría pertenecía a las filas del Partido del Trabajo (PT), al que le eran fieles y agradecidos por haberlos acogido a un escenario tan importante, donde unos daban mucho que decir y otros dejaban mucho que desear, ahora son grandes potentados de la grilla.

Perdido ese bastión y para borrar sus lastres de fichas malagradecidas, Gonzalo mañosamente se acogió a la importación de un proyecto dizque novedoso, pero a la vez muy caro y elitista y recalco esto, porque al margen de todo lo bueno que lo justifique, los recursos salen de nuestros impuestos.

Pero todavía vayamos más allá: Por qué siendo un proyecto tan importante y trascendental, tuvo que acudir a los mismos trucos de la CNTE, donde con maestros prestados de forma irregular, echaron andar los primeros CADI, de los cuales Gonzalo consiguió las claves y de esos pocos centros reconocidos se acogen los demás, para validar los estudios de aquellos alumnos que asisten a escuelas que carecen de reconocimiento oficial.

De ahí, que debemos entender que el problema lo están enfrentado los trabajadores que laboran en ese tipo de instituciones, los cuales están a expensas de la gestión política ante la federación, para que les den un tipo de ayuda, que a decir del propio secretario de educación, que en el convenio sólo se contempla la educación inicial y preescolar y los CADI sin más expectativa económica a obtener, ofertan por sus pistolas primaria, secundaria y preparatoria.

Dicho proyecto está generando muchos problemas y eso en gran parte se le debe también a gobernadores del pasado reciente, quienes para condescender y congraciarse políticamente con Gonzalo, irresponsablemente accedieron a otorgarle algunas claves, sin tomar en cuenta que éste jamás se iba a conformar con esas, ya que éstas significaban apenas el punto de partida para engrosar su proyecto político, a expensas del erario público y meter en aprietos a otras administraciones como lo está haciendo con la presente, que a base de la presión y el chantaje la ha obligado a que incurra en estrategias emergentes de carácter presupuestal para “otorgarle créditos” y paliar la situación económica de los trabajadores,

Sin duda que estos mercenarios de la política, han dado su golpe estratégico en un punto muy sensible que es la educación. Y en el caso particular de los CADI, nos lo han vendido como un modelo educativo de excelencia, donde dicho rango emana de la propaganda de sus operadores, mas no de las autoridades responsables de evaluar un sistema, que en el caso que nos ocupa, no existe ni siquiera el indicio de una simple supervisión que hiciera oficial tal publicidad.

La autonomía con que se manejan es suficiente para que las autoridades no den por válido el rango de excelencia que pregonan, aunque sea la estrategia que capitalizan perfectamente, cuando emprenden las embestidas contra ellas, a quienes les exigen presupuesto, a cambio de vetarlas en cualquier intento de revisión o supervisión.

Sin duda que la ausencia de la autoridad les proporciona manga ancha para disponer a su arbitrio en la administración, así como favorecer a sus familiares y amigos y por ende engrosar las filas, en este caso del Partido del Trabajo, del que es dueño el pionero de los CADI, cuyos sacrificados le engordan el caldo en todos sus eventos donde además tienen la obligación de aplaudirle como focas.

De acuerdo con lo que se observa pareciera que su estrellato no está en boga, y desde allí las cosas no parecen tan fáciles, como aquellas que le tocó acomodar en tiempos de despilfarro y corrupción desmedida. Ahora pese al poder que ostenta como senador, creo que este problema se le complicará, si es que el presidente de la República cumpliera la promesa de regularizar el sistema de los CADI, cuya regularización tendería a la federalización y de ser así, tendría que sujetarse a una sacudida que limpie todo aquello que por urgencia o necesidad guarda algunos puntos de los cuales no se puede presumir.

Dicho sistema tendría que resistir la revisión de los perfiles que integran las plantas docentes que se desempeñan en los diferentes centros educativos que atiende; el escalafón que sustenta los dictámenes de los cuerpos directivos y categorías que se ostentan en los diferentes niveles; la tabla de compensaciones y salarios, porque hay indicativos muy serios que aseguran que la coordinadora libre de polvo y paja percibe 100 mil pesos, quizás dicha cantidad no la registra ningún cheque a su nombre, pero si se conjuntan algunas prestaciones extras, a lo mejor cuadran los números que avalan dicha cantidad.

También esta es otra cuestión: ¿Cómo se distribuye el dinero a los trabajadores cuando bajan los recursos federales? Ya que se supone que se desempeñan como meritorios y esos no gozan de derecho alguno, salvo la esperanza que no les engorda pero les mantiene.

Bajo esta situación tan lamentable y la ausencia del responsable, da margen para que los maestros y padres de familia se organicen y le echen montón al gobernador y a las autoridades educativas, quienes legal y económicamente carecen de dichos recursos para responder a las necesidades de pago de este complejo educativo, que ha despertado muchas suspicacias desde el punto de vista político.

Hay otra situación que ignoran las autoridades y por ende la opinión pública. ¿Bajo qué criterios y condiciones contratan al personal? ¿Quiénes deciden? Al respecto se especula que dichas contrataciones son a discreción, donde pesa el dedazo de una sola persona.

El conflicto de los CADI parece que ya forma parte de la cultura reclamante y contestataria de nuestra ciudad capital, dado que cada vez vemos más seguido marchas de maestros, alumnos y padres de familia.

Plantones donde se exhiben las demandas; tomas de oficinas gubernamentales para presionar a los funcionarios a que den respuesta a sus necesidades y la instalación de campamentos en la Plaza de Armas, para dar a conocer a la opinión pública el motivo de sus males, que en el caso al que nos referimos ya se hicieron crónicos.

Todas esas expresiones de lucha, desde sus orígenes me ha tocado observarlas y su único reclamo ha sido siempre: el pago no cumplido a tiempo a su trabajo. Porque nadie ignora las condiciones irregulares en que operan la mayoría de estos centros de trabajo, ya que su fundador el senador Gonzalo Yáñez, lo ha sostenido bajo una partida económica que él personalmente de forma especial tramita y consigue ante la Secretaría de Hacienda. Desconociendo los simples mortales, bajo qué gracia le otorgan dichos recursos.

Para nadie son desconocidos los trastupijes y argucias de Gonzalo, ya que dicho proyecto lo montó, sin duda, en las experiencias adquiridas en la formación del proyecto clientelar de la CNTE, donde tuvo un gran éxito, dadas las componendas que guardaba con Emiliano Hernández Camargo, quien sin rubores hizo crecer a discreción dicho complejo, donde los docentes sin serlo, gozan en la actualidad de doble plaza y un sinfín de prebendas para ellos y sus familiares.

Sin duda, fueron tiempos de gloria para esos docentes, donde la mayoría pertenecía a las filas del Partido del Trabajo (PT), al que le eran fieles y agradecidos por haberlos acogido a un escenario tan importante, donde unos daban mucho que decir y otros dejaban mucho que desear, ahora son grandes potentados de la grilla.

Perdido ese bastión y para borrar sus lastres de fichas malagradecidas, Gonzalo mañosamente se acogió a la importación de un proyecto dizque novedoso, pero a la vez muy caro y elitista y recalco esto, porque al margen de todo lo bueno que lo justifique, los recursos salen de nuestros impuestos.

Pero todavía vayamos más allá: Por qué siendo un proyecto tan importante y trascendental, tuvo que acudir a los mismos trucos de la CNTE, donde con maestros prestados de forma irregular, echaron andar los primeros CADI, de los cuales Gonzalo consiguió las claves y de esos pocos centros reconocidos se acogen los demás, para validar los estudios de aquellos alumnos que asisten a escuelas que carecen de reconocimiento oficial.

De ahí, que debemos entender que el problema lo están enfrentado los trabajadores que laboran en ese tipo de instituciones, los cuales están a expensas de la gestión política ante la federación, para que les den un tipo de ayuda, que a decir del propio secretario de educación, que en el convenio sólo se contempla la educación inicial y preescolar y los CADI sin más expectativa económica a obtener, ofertan por sus pistolas primaria, secundaria y preparatoria.

Dicho proyecto está generando muchos problemas y eso en gran parte se le debe también a gobernadores del pasado reciente, quienes para condescender y congraciarse políticamente con Gonzalo, irresponsablemente accedieron a otorgarle algunas claves, sin tomar en cuenta que éste jamás se iba a conformar con esas, ya que éstas significaban apenas el punto de partida para engrosar su proyecto político, a expensas del erario público y meter en aprietos a otras administraciones como lo está haciendo con la presente, que a base de la presión y el chantaje la ha obligado a que incurra en estrategias emergentes de carácter presupuestal para “otorgarle créditos” y paliar la situación económica de los trabajadores,

Sin duda que estos mercenarios de la política, han dado su golpe estratégico en un punto muy sensible que es la educación. Y en el caso particular de los CADI, nos lo han vendido como un modelo educativo de excelencia, donde dicho rango emana de la propaganda de sus operadores, mas no de las autoridades responsables de evaluar un sistema, que en el caso que nos ocupa, no existe ni siquiera el indicio de una simple supervisión que hiciera oficial tal publicidad.

La autonomía con que se manejan es suficiente para que las autoridades no den por válido el rango de excelencia que pregonan, aunque sea la estrategia que capitalizan perfectamente, cuando emprenden las embestidas contra ellas, a quienes les exigen presupuesto, a cambio de vetarlas en cualquier intento de revisión o supervisión.

Sin duda que la ausencia de la autoridad les proporciona manga ancha para disponer a su arbitrio en la administración, así como favorecer a sus familiares y amigos y por ende engrosar las filas, en este caso del Partido del Trabajo, del que es dueño el pionero de los CADI, cuyos sacrificados le engordan el caldo en todos sus eventos donde además tienen la obligación de aplaudirle como focas.

De acuerdo con lo que se observa pareciera que su estrellato no está en boga, y desde allí las cosas no parecen tan fáciles, como aquellas que le tocó acomodar en tiempos de despilfarro y corrupción desmedida. Ahora pese al poder que ostenta como senador, creo que este problema se le complicará, si es que el presidente de la República cumpliera la promesa de regularizar el sistema de los CADI, cuya regularización tendería a la federalización y de ser así, tendría que sujetarse a una sacudida que limpie todo aquello que por urgencia o necesidad guarda algunos puntos de los cuales no se puede presumir.

Dicho sistema tendría que resistir la revisión de los perfiles que integran las plantas docentes que se desempeñan en los diferentes centros educativos que atiende; el escalafón que sustenta los dictámenes de los cuerpos directivos y categorías que se ostentan en los diferentes niveles; la tabla de compensaciones y salarios, porque hay indicativos muy serios que aseguran que la coordinadora libre de polvo y paja percibe 100 mil pesos, quizás dicha cantidad no la registra ningún cheque a su nombre, pero si se conjuntan algunas prestaciones extras, a lo mejor cuadran los números que avalan dicha cantidad.

También esta es otra cuestión: ¿Cómo se distribuye el dinero a los trabajadores cuando bajan los recursos federales? Ya que se supone que se desempeñan como meritorios y esos no gozan de derecho alguno, salvo la esperanza que no les engorda pero les mantiene.

Bajo esta situación tan lamentable y la ausencia del responsable, da margen para que los maestros y padres de familia se organicen y le echen montón al gobernador y a las autoridades educativas, quienes legal y económicamente carecen de dichos recursos para responder a las necesidades de pago de este complejo educativo, que ha despertado muchas suspicacias desde el punto de vista político.

Hay otra situación que ignoran las autoridades y por ende la opinión pública. ¿Bajo qué criterios y condiciones contratan al personal? ¿Quiénes deciden? Al respecto se especula que dichas contrataciones son a discreción, donde pesa el dedazo de una sola persona.