/ domingo 26 de mayo de 2019

En VG Castañeda se compromete a resolver el problema del agua

Antes de hablar del candidato, primero haré una especie de marco referencial sobre la problemática, que ha tomado en serio el joven Daniel Castañeda, como compromiso de campaña y que vale la pena ponderar, porque aquí los aventureros de la política, siempre han prometido, pero sin comprometerse.

De ahí que vierta mi punto de vista no para convencer ni sorprender a nadie, simplemente para demostrarme a mí mismo, la capacidad de reconocer públicamente la propuesta de Daniel, que pese a las circunstancias y sus detractores, ahí está. Y como ahí está, es a él a quien debo describirle el calvario de la falta de agua que hemos estado padeciendo.

Como vecino de la comunidad de San Francisco Javier, municipio de Vicente Guerrero, abordo el tema de la falta de agua potable en toda la región, pero de forma particular el que atañe a mi comunidad, donde hace tres años el alcalde actual prometió el toro y el moro, donde dicho problema era la joya de la corona para priorizar y enfrentar dicha crisis, que va para doce años, donde la desesperación de los pobladores es bastante y nulo y ausente el interés del presidente municipal.

Las causas de la falta del vital líquido son muchas y la voluntad para contrarrestarlas ninguna. De ahí que el que esto escribe, cada fin de semana que acude a la casa de su propiedad asentada en la tierra que le vio nacer, es para sufrir en carne propia los estragos de los que nos hace víctimas, la no escasez de agua, sino la falta total de ella hasta por ocho días, y que ignoro si los ciudadanos han planteado la falta del vital líquido ante los candidatos. De no ser así, ¡Qué malo! Y de haberlo hecho y recibir la misma promesa, ¡Qué grave!

En ese contexto se la han rifado siempre los discursos fraudulentos del PRI y del PAN, que una vez hechos gobierno, han eludido siempre la profundidad de los problemas que persisten en San Francisco, donde existen muchos que es necesario atender y embustes que es indispensable desenmascarar. Dicha evocación viene a cuento por la resistencia del aún alcalde priista, a explicar y explicarse lo que ha impedido atender un problema tan grave como la falta de agua en dicha comunidad.

Sin duda, lo que hoy padecemos de la política, no es lo que hubiéramos querido y menos cuando la negligencia campea en las decisiones revanchistas que nos afectan a todos. Se supone que la tarea de un gobernante es satisfacer las necesidades de su pueblo. De no hacerlo se revienta la burbuja de la comodidad de quienes suben al poder, y son los golpes de la necesidad los que interrumpen los discursos desgalichados, para recordarles a los candidatos ignorantes que afuera hay un pueblo muerto de sed.

Sin embargo, pareciera que a los candidatos lo que pasa en nuestro pueblo no interrumpe su beligerancia de aspirar al poder por el poder. Piensan que así es la vida en San Francisco Javier. Que la falta de agua, se solucione con las lluvias o norias que producen agua de pésima calidad. Que el pésimo estado de las calles con una raspada tienen, aunque atiborren de polvo nuestros pulmones. Que el alcoholismo y drogas no son motivo de alarma, sino beneficio para los proveedores y distribuidores.

En fin, que no son problemas profundos que requieran soluciones urgentes. Dirán los candidatos del PRIAN, aunque San Francisco enfrente problemas de agua, tolvaneras, borracheras, etc. no es la cabecera para darle el mismo trato que se le da a ésta. Que San Francisco no tiene derecho a tener agua potable suficiente, ni pavimento, ni orden social. Porque no es un lugar que lo amerite ni les interese a los candidatos, que sólo llegan para enriquecerse y darle legitimidad a los poderes fácticos.

Porque esos hechos obligan a miles de ciudadanos a vivir a la intemperie. Sin la protección de la ley. Sin el paraguas de la igualdad. Sin el cobertor de la ciudadanía. Sin el arrope de los derechos civiles. Hostigados por los proveedores del vicio, explotados y asaltados por hombres abusivos. Y así, cifra tras cifra, dato tras dato, expediente tras expediente: allí, está la realidad de un pueblo marginado, de un pueblo ignorado por los que están y por los que vienen; seguramente.

Pero dicha realidad no agravia lo suficiente: No indigna lo suficiente. No produce los cambios necesarios y las reformas imprescindibles. Porque mi tierra vive la anormalidad como algo normal. Porque a su presidente municipal le complace ignorar a las comunidades que integran el municipio. De ahí que el oprobio que caracteriza a este paradigma de gobierno, será el ejemplo a seguir por los que le sucedan.

Esa es la realidad que sin lugar a dudas, Daniel Castañeda Lizardo conoce, porque no es casualidad, que sin titubeos haya aceptado hacer público el compromiso de resolver el problema del agua potable, que en el periodo de estiaje hace crisis a lo largo y ancho del municipio, trayendo como consecuencia la muerte de ganado; así como problemas muy serios en el uso doméstico.

Desde luego que es un gran reto que va acorde a la juventud y sencillez de su candidatura, factores que no han incidido en la larga experiencia que lo identifican con la ciudadanía a la que ha servido. Esa es la realidad de un candidato, que se precia de ser serio en los compromisos que ha adquirido como aspirante a la Presidencia Municipal. De ahí que vea con preocupación los añejos problemas que nos azotan y que los compromisos que ha adquirido, seguro estoy que no quedarán en la frivolidad tribunaria de la aspiración, ya que si la adversidad lo venciera en las urnas, en los hechos por idea y amor propio les seguirá buscando alguna solución.

Daniel es un auténtico luchador social, que en su formación ideológica estriba la tesis de ayudar a la clase trabajadora del campo, Las pruebas ahí están en las comunidades del municipio, donde han sido beneficiadas en la concreción de proyectos agrícolas y ganaderos, así como de la vivienda.

De ahí que no le preocupe observar en algunos beneficiarios negar el favor recibido, mucho menos la insidia pandillera y la traición a flor de piel, de aquellos que ahora andan de tapete por un cono de nieve o un puestecillo de alcahuete para que les mate el hambre.

Pese a las adversidades internas y externas, Daniel sigue adelante, no le arredra el ruido de los enemigos; ni los pronósticos de los analistas de cuota, que se frotan las manos para que a Morena le vaya mal. Lo que estaría por verse, pero no así, la autenticidad de sus propuestas que no están en subasta de campaña, sino en el empeño de su efectividad probada.

La suerte está echada, y al margen de los resultados, Daniel no es candidato que esté expuesto a la devaluación política, porque es un líder natural donde su proyecto político y personal lo integran la inclusión y la tolerancia; así como la democracia y la equidad, cuyos conceptos acrisolan su convicción de justicia, para abogar siempre por los que menos tienen.

Antes de hablar del candidato, primero haré una especie de marco referencial sobre la problemática, que ha tomado en serio el joven Daniel Castañeda, como compromiso de campaña y que vale la pena ponderar, porque aquí los aventureros de la política, siempre han prometido, pero sin comprometerse.

De ahí que vierta mi punto de vista no para convencer ni sorprender a nadie, simplemente para demostrarme a mí mismo, la capacidad de reconocer públicamente la propuesta de Daniel, que pese a las circunstancias y sus detractores, ahí está. Y como ahí está, es a él a quien debo describirle el calvario de la falta de agua que hemos estado padeciendo.

Como vecino de la comunidad de San Francisco Javier, municipio de Vicente Guerrero, abordo el tema de la falta de agua potable en toda la región, pero de forma particular el que atañe a mi comunidad, donde hace tres años el alcalde actual prometió el toro y el moro, donde dicho problema era la joya de la corona para priorizar y enfrentar dicha crisis, que va para doce años, donde la desesperación de los pobladores es bastante y nulo y ausente el interés del presidente municipal.

Las causas de la falta del vital líquido son muchas y la voluntad para contrarrestarlas ninguna. De ahí que el que esto escribe, cada fin de semana que acude a la casa de su propiedad asentada en la tierra que le vio nacer, es para sufrir en carne propia los estragos de los que nos hace víctimas, la no escasez de agua, sino la falta total de ella hasta por ocho días, y que ignoro si los ciudadanos han planteado la falta del vital líquido ante los candidatos. De no ser así, ¡Qué malo! Y de haberlo hecho y recibir la misma promesa, ¡Qué grave!

En ese contexto se la han rifado siempre los discursos fraudulentos del PRI y del PAN, que una vez hechos gobierno, han eludido siempre la profundidad de los problemas que persisten en San Francisco, donde existen muchos que es necesario atender y embustes que es indispensable desenmascarar. Dicha evocación viene a cuento por la resistencia del aún alcalde priista, a explicar y explicarse lo que ha impedido atender un problema tan grave como la falta de agua en dicha comunidad.

Sin duda, lo que hoy padecemos de la política, no es lo que hubiéramos querido y menos cuando la negligencia campea en las decisiones revanchistas que nos afectan a todos. Se supone que la tarea de un gobernante es satisfacer las necesidades de su pueblo. De no hacerlo se revienta la burbuja de la comodidad de quienes suben al poder, y son los golpes de la necesidad los que interrumpen los discursos desgalichados, para recordarles a los candidatos ignorantes que afuera hay un pueblo muerto de sed.

Sin embargo, pareciera que a los candidatos lo que pasa en nuestro pueblo no interrumpe su beligerancia de aspirar al poder por el poder. Piensan que así es la vida en San Francisco Javier. Que la falta de agua, se solucione con las lluvias o norias que producen agua de pésima calidad. Que el pésimo estado de las calles con una raspada tienen, aunque atiborren de polvo nuestros pulmones. Que el alcoholismo y drogas no son motivo de alarma, sino beneficio para los proveedores y distribuidores.

En fin, que no son problemas profundos que requieran soluciones urgentes. Dirán los candidatos del PRIAN, aunque San Francisco enfrente problemas de agua, tolvaneras, borracheras, etc. no es la cabecera para darle el mismo trato que se le da a ésta. Que San Francisco no tiene derecho a tener agua potable suficiente, ni pavimento, ni orden social. Porque no es un lugar que lo amerite ni les interese a los candidatos, que sólo llegan para enriquecerse y darle legitimidad a los poderes fácticos.

Porque esos hechos obligan a miles de ciudadanos a vivir a la intemperie. Sin la protección de la ley. Sin el paraguas de la igualdad. Sin el cobertor de la ciudadanía. Sin el arrope de los derechos civiles. Hostigados por los proveedores del vicio, explotados y asaltados por hombres abusivos. Y así, cifra tras cifra, dato tras dato, expediente tras expediente: allí, está la realidad de un pueblo marginado, de un pueblo ignorado por los que están y por los que vienen; seguramente.

Pero dicha realidad no agravia lo suficiente: No indigna lo suficiente. No produce los cambios necesarios y las reformas imprescindibles. Porque mi tierra vive la anormalidad como algo normal. Porque a su presidente municipal le complace ignorar a las comunidades que integran el municipio. De ahí que el oprobio que caracteriza a este paradigma de gobierno, será el ejemplo a seguir por los que le sucedan.

Esa es la realidad que sin lugar a dudas, Daniel Castañeda Lizardo conoce, porque no es casualidad, que sin titubeos haya aceptado hacer público el compromiso de resolver el problema del agua potable, que en el periodo de estiaje hace crisis a lo largo y ancho del municipio, trayendo como consecuencia la muerte de ganado; así como problemas muy serios en el uso doméstico.

Desde luego que es un gran reto que va acorde a la juventud y sencillez de su candidatura, factores que no han incidido en la larga experiencia que lo identifican con la ciudadanía a la que ha servido. Esa es la realidad de un candidato, que se precia de ser serio en los compromisos que ha adquirido como aspirante a la Presidencia Municipal. De ahí que vea con preocupación los añejos problemas que nos azotan y que los compromisos que ha adquirido, seguro estoy que no quedarán en la frivolidad tribunaria de la aspiración, ya que si la adversidad lo venciera en las urnas, en los hechos por idea y amor propio les seguirá buscando alguna solución.

Daniel es un auténtico luchador social, que en su formación ideológica estriba la tesis de ayudar a la clase trabajadora del campo, Las pruebas ahí están en las comunidades del municipio, donde han sido beneficiadas en la concreción de proyectos agrícolas y ganaderos, así como de la vivienda.

De ahí que no le preocupe observar en algunos beneficiarios negar el favor recibido, mucho menos la insidia pandillera y la traición a flor de piel, de aquellos que ahora andan de tapete por un cono de nieve o un puestecillo de alcahuete para que les mate el hambre.

Pese a las adversidades internas y externas, Daniel sigue adelante, no le arredra el ruido de los enemigos; ni los pronósticos de los analistas de cuota, que se frotan las manos para que a Morena le vaya mal. Lo que estaría por verse, pero no así, la autenticidad de sus propuestas que no están en subasta de campaña, sino en el empeño de su efectividad probada.

La suerte está echada, y al margen de los resultados, Daniel no es candidato que esté expuesto a la devaluación política, porque es un líder natural donde su proyecto político y personal lo integran la inclusión y la tolerancia; así como la democracia y la equidad, cuyos conceptos acrisolan su convicción de justicia, para abogar siempre por los que menos tienen.