/ viernes 19 de junio de 2020

Entre pandemias, BOAs y coaliciones

A los mexicanos hasta el América y el Guadalajara nos dividen. Sin duda, México tiene muchos problemas complejos, estructurales y de los que usted quiera, pero también este país para unos resulta el infierno y para otros un paraíso. Nadie puede negar que México ha sido para unos cuantos un gran negocio.

Pocas familias concentran en sus manos la mayor parte de la riqueza. Estas familias tienen nombres y apellidos, sabemos cuáles son sus negocios. A esto agregue usted las transnacionales que no reinvierten sus ganancias en nuestro país, y en ocasiones ni siquiera pagan impuestos, o hacen en sus países de origen. ¿Cómo no vamos a ser el México de unos cuantos ricos y de millones pobres?

Desde hace varios años, no ahora, el presidente López Obrador ha dividido las opiniones de la sociedad. El primer bloque, porque siempre han existido, fue el TUCOM. De ahí en adelante, se hizo viral. En este contexto, el Bloque Opositor Amplio, conocido como la BOA, como la canción de la Sonora Santanera, está de moda.

Hay otro frente opositor a AMLO que hace sus protestas en vehículos de lujo. No se sorprenda si el día de mañana aparece otro frente en contra del presidente de la República y protesten en Learjets, avionetas, helicópteros y yates como el de Romero Deschamps. Es posible que veamos en las calles a jinetes montando caballos purasangre, cuartos de milla de los que compiten en el Derby de Kentucky.

La clase política y los partidos políticos tal parece que la pandemia les cayó como anillo al dedo. El coronavirus nos vino a recordar que no somos nada o que “polvo eres y en polvo te convertirás”. Pero el Covid-19 no detiene las ambiciones de los partidos de oposición para quitarle la mayoría en la Cámara de Diputados no a Morena, sino al presidente López Obrador. El PAN, Movimiento Ciudadano y PRD son los primeros en apuntarse.

El PRI tiene la idea de ir en coalición con el PAN al menos en las elecciones federales de 2021. Piensan los partidos políticos, los poderes fácticos, que con la mayoría de diputados México volverá a ser como la vieja realidad, la de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, López Portillo, Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo o Carlos Salinas de Gortari.

Amigas y amigos, ya sabemos la solución para nuestro país, vote por el PRI y el PAN, para que México sea lo que hace dos años: “Casi el paraíso”. Por ejemplo, regresarán los empresarios que no pagan impuestos al fisco, como es el caso de Ricardo Salinas Pliego, que le debe al SAT 32 mil millones de pesos.

Otros empresarios, de los que muy pronto sabremos los nombres, durante los sexenios de Felipe Calderón y Peña Nieto adeudan a Hacienda 300 mil millones de pesos. Hay qué premiar con nuestro voto a quienes son los responsables de que no exista infraestructura hospitalaria. Votando por ellos, que regresen los líderes como Romero Deschamps, quienes mandan a viajar a sus hijos alrededor del mundo en aviones privados.

Los Emilios Lozoya, presidentes de la República y gobernadores que en seis años se hacen millonarios con recursos públicos. “Para muestra basta un botón, los demás a la camisa”.

A los mexicanos hasta el América y el Guadalajara nos dividen. Sin duda, México tiene muchos problemas complejos, estructurales y de los que usted quiera, pero también este país para unos resulta el infierno y para otros un paraíso. Nadie puede negar que México ha sido para unos cuantos un gran negocio.

Pocas familias concentran en sus manos la mayor parte de la riqueza. Estas familias tienen nombres y apellidos, sabemos cuáles son sus negocios. A esto agregue usted las transnacionales que no reinvierten sus ganancias en nuestro país, y en ocasiones ni siquiera pagan impuestos, o hacen en sus países de origen. ¿Cómo no vamos a ser el México de unos cuantos ricos y de millones pobres?

Desde hace varios años, no ahora, el presidente López Obrador ha dividido las opiniones de la sociedad. El primer bloque, porque siempre han existido, fue el TUCOM. De ahí en adelante, se hizo viral. En este contexto, el Bloque Opositor Amplio, conocido como la BOA, como la canción de la Sonora Santanera, está de moda.

Hay otro frente opositor a AMLO que hace sus protestas en vehículos de lujo. No se sorprenda si el día de mañana aparece otro frente en contra del presidente de la República y protesten en Learjets, avionetas, helicópteros y yates como el de Romero Deschamps. Es posible que veamos en las calles a jinetes montando caballos purasangre, cuartos de milla de los que compiten en el Derby de Kentucky.

La clase política y los partidos políticos tal parece que la pandemia les cayó como anillo al dedo. El coronavirus nos vino a recordar que no somos nada o que “polvo eres y en polvo te convertirás”. Pero el Covid-19 no detiene las ambiciones de los partidos de oposición para quitarle la mayoría en la Cámara de Diputados no a Morena, sino al presidente López Obrador. El PAN, Movimiento Ciudadano y PRD son los primeros en apuntarse.

El PRI tiene la idea de ir en coalición con el PAN al menos en las elecciones federales de 2021. Piensan los partidos políticos, los poderes fácticos, que con la mayoría de diputados México volverá a ser como la vieja realidad, la de Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, López Portillo, Miguel de la Madrid, Ernesto Zedillo o Carlos Salinas de Gortari.

Amigas y amigos, ya sabemos la solución para nuestro país, vote por el PRI y el PAN, para que México sea lo que hace dos años: “Casi el paraíso”. Por ejemplo, regresarán los empresarios que no pagan impuestos al fisco, como es el caso de Ricardo Salinas Pliego, que le debe al SAT 32 mil millones de pesos.

Otros empresarios, de los que muy pronto sabremos los nombres, durante los sexenios de Felipe Calderón y Peña Nieto adeudan a Hacienda 300 mil millones de pesos. Hay qué premiar con nuestro voto a quienes son los responsables de que no exista infraestructura hospitalaria. Votando por ellos, que regresen los líderes como Romero Deschamps, quienes mandan a viajar a sus hijos alrededor del mundo en aviones privados.

Los Emilios Lozoya, presidentes de la República y gobernadores que en seis años se hacen millonarios con recursos públicos. “Para muestra basta un botón, los demás a la camisa”.