/ domingo 25 de agosto de 2019

Equilibrio político genera estabilidad y desarrollo

Durango atraviesa una etapa política, social y económica que le puede redundar en beneficios para el progreso, al existir los equilibrios que sostienen a los sistemas gubernamentales, y que también son producto de la pluralidad democrática, y los nuevos tiempos que permean en la vida de los duranguenses.

Tal vez sea producto de la transición política y democrática que vive el país, desde hace cuando menos tres sexenios, y que no se ha podido consolidar, por cuestiones de estilo personal de quienes han ostentado el poder omnímodo en México, y que existían esperanzas de que en el actual se erradicaran las prácticas presidencialistas, pero que hay visos de que pudiera tardarse más.

Los duranguenses, aunque algo alejados de lo que sucede a nivel nacional, no pueden abstraerse de lo que pasa en el estado, cuando hay un equilibrio de fuerzas políticas sin precedente, y que ello puede ser de alto beneficio, si se antepone el objetivo de lo que necesita la entidad, a los intereses políticos, sociales y económicos que buscan dividendos muy particulares.

Los factores de equilibrio en el sistema político que se vive en la actualidad, además de los poderes oficiales como son el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, lo representan los partidos, el clero, la Iniciativa Privada, a través de las cámaras y colegios de profesionistas, la UJED y el ITD, y los poderes fácticos como las televisoras, otros medios de comunicación, así como los grandes potentados capitalistas, además de los “oscuros” como son los representantes del crimen organizado en el servicio público y privado.

En Durango, el PAN gobierna en el Estado, y tiene el principal bastión municipal que es la capital; mientras que Morena es la primera fuerza nacional con la Presidencia de la República, y en Gómez Palacio tendrá un soporte económico, político y social importante.

Mientras que el PRI, además de Lerdo que es la tercera fuerza en la división política del estado, a partir del primero de septiembre, sumará a su capital social y político, la Coordinación de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, de acuerdo a lo convenido al inicio de la actual Legislatura, entre las bancadas que convergen al Poder Legislativo.

Morena, que ostenta la mayoría parlamentaria, accedió a que el segundo año el Revolucionario Institucional tuviera el liderazgo, y en el tercero de la Legislatura, lo hiciera el PAN.

Todo indica que en este segundo año, la responsabilidad recaerá en Esteban Villegas Villarreal, priista con un peso específico importante, adquirido después de la búsqueda fallida de la gubernatura, con experiencia y madurez política, pero sobre todo esa sapiencia e inteligencia emocional de la que carecen algunos políticos actuales.

De cumplirse con lo acordado por las fuerzas legislativas, Villegas Villarreal desarrollaría una coordinación política inteligente, ya que según han comentado sus cercanos, su liderazgo será equilibrado, ya que aprendió a interpretar todas las señales de los gobiernos, que en este caso pretendan de manera transparente, ayudar al progreso de Durango.

Villegas representa a la nueva generación de priistas que están en contra de todo lo que represente el retroceso, sabedor de que el PRI perdió porque se alejó de las bases. A pesar de su experiencia, dicen sus allegados, es un joven con el vigor físico y político para reflejar los lineamientos del nuevo dirigente nacional priista, pero dentro de un marco de civilidad política con las otras fuerzas.

El excandidato a gobernador, tiene relación de calidad con las otras fuerzas políticas, pero también comparte experiencias con funcionarios federales, estatales y municipales. Con el gobernador tiene comunicación abierta para discutir disensos y consensos.

Será un factor determinante en los equilibrios políticos, ya que sostiene relaciones lo mismo con Jorge Salum el presidente electo de Durango por el PAN, que con Marina Vitela, de Morena, en Gómez Palacio.

Durango anhela que los políticos se pongan de acuerdo, y el escenario actual que se registra, como se dice en las pláticas coloquiales, se presta para ello, solamente falta la voluntad de los actores para alcanzarlo.

Para los duranguenses, independientemente de colores y siglas, primero debe estar Durango, y los políticos están ante la oportunidad de lograr atraer la credibilidad ciudadana, mediante acciones transparentes, honestas, y que realmente evidencien que pretenden llevar a mejores estadíos a uno de los estados menos desarrollados del país. Ojalá los políticos lo interpreten, pero sobre todo que lo traduzcan en hechos.

Durango atraviesa una etapa política, social y económica que le puede redundar en beneficios para el progreso, al existir los equilibrios que sostienen a los sistemas gubernamentales, y que también son producto de la pluralidad democrática, y los nuevos tiempos que permean en la vida de los duranguenses.

Tal vez sea producto de la transición política y democrática que vive el país, desde hace cuando menos tres sexenios, y que no se ha podido consolidar, por cuestiones de estilo personal de quienes han ostentado el poder omnímodo en México, y que existían esperanzas de que en el actual se erradicaran las prácticas presidencialistas, pero que hay visos de que pudiera tardarse más.

Los duranguenses, aunque algo alejados de lo que sucede a nivel nacional, no pueden abstraerse de lo que pasa en el estado, cuando hay un equilibrio de fuerzas políticas sin precedente, y que ello puede ser de alto beneficio, si se antepone el objetivo de lo que necesita la entidad, a los intereses políticos, sociales y económicos que buscan dividendos muy particulares.

Los factores de equilibrio en el sistema político que se vive en la actualidad, además de los poderes oficiales como son el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, lo representan los partidos, el clero, la Iniciativa Privada, a través de las cámaras y colegios de profesionistas, la UJED y el ITD, y los poderes fácticos como las televisoras, otros medios de comunicación, así como los grandes potentados capitalistas, además de los “oscuros” como son los representantes del crimen organizado en el servicio público y privado.

En Durango, el PAN gobierna en el Estado, y tiene el principal bastión municipal que es la capital; mientras que Morena es la primera fuerza nacional con la Presidencia de la República, y en Gómez Palacio tendrá un soporte económico, político y social importante.

Mientras que el PRI, además de Lerdo que es la tercera fuerza en la división política del estado, a partir del primero de septiembre, sumará a su capital social y político, la Coordinación de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, de acuerdo a lo convenido al inicio de la actual Legislatura, entre las bancadas que convergen al Poder Legislativo.

Morena, que ostenta la mayoría parlamentaria, accedió a que el segundo año el Revolucionario Institucional tuviera el liderazgo, y en el tercero de la Legislatura, lo hiciera el PAN.

Todo indica que en este segundo año, la responsabilidad recaerá en Esteban Villegas Villarreal, priista con un peso específico importante, adquirido después de la búsqueda fallida de la gubernatura, con experiencia y madurez política, pero sobre todo esa sapiencia e inteligencia emocional de la que carecen algunos políticos actuales.

De cumplirse con lo acordado por las fuerzas legislativas, Villegas Villarreal desarrollaría una coordinación política inteligente, ya que según han comentado sus cercanos, su liderazgo será equilibrado, ya que aprendió a interpretar todas las señales de los gobiernos, que en este caso pretendan de manera transparente, ayudar al progreso de Durango.

Villegas representa a la nueva generación de priistas que están en contra de todo lo que represente el retroceso, sabedor de que el PRI perdió porque se alejó de las bases. A pesar de su experiencia, dicen sus allegados, es un joven con el vigor físico y político para reflejar los lineamientos del nuevo dirigente nacional priista, pero dentro de un marco de civilidad política con las otras fuerzas.

El excandidato a gobernador, tiene relación de calidad con las otras fuerzas políticas, pero también comparte experiencias con funcionarios federales, estatales y municipales. Con el gobernador tiene comunicación abierta para discutir disensos y consensos.

Será un factor determinante en los equilibrios políticos, ya que sostiene relaciones lo mismo con Jorge Salum el presidente electo de Durango por el PAN, que con Marina Vitela, de Morena, en Gómez Palacio.

Durango anhela que los políticos se pongan de acuerdo, y el escenario actual que se registra, como se dice en las pláticas coloquiales, se presta para ello, solamente falta la voluntad de los actores para alcanzarlo.

Para los duranguenses, independientemente de colores y siglas, primero debe estar Durango, y los políticos están ante la oportunidad de lograr atraer la credibilidad ciudadana, mediante acciones transparentes, honestas, y que realmente evidencien que pretenden llevar a mejores estadíos a uno de los estados menos desarrollados del país. Ojalá los políticos lo interpreten, pero sobre todo que lo traduzcan en hechos.