/ miércoles 13 de enero de 2021

Festejos en la masonería durangueña

Pasado mañana 15 de enero, se conmemora la iniciación masónica de Benito Juárez, adherido al Rito Nacional Mexicano y al Rito Escocés; por ese motivo se festeja oficialmente el día de la “Masonería en México”.

Para los masones Juárez representa la síntesis ideológica y moral de la fraternidad mexicana y el ejemplo estimulante de las generaciones que sucedieron al hijo predilecto de Oaxaca. Pero… ¿cuál es la lección que Juárez deja como legado a los duranguenses? y ¿cuál fue su participación durante su ejercicio como presidente de México a su paso por el estado de Durango?

He aquí algunos aspectos básicos respecto al rubro de la masonería que se conocen acerca de su itinerante recorrido por esta entidad federativa y sus repercusiones futuras.

El 15 de septiembre de 1859, el gobernador de Durango Juan José Zubízar, publicó el decreto expedido por el presidente interino de México, Benito Juárez García, relativo a la nacionalización de los bienes del clero regular y secular. La expedición de la ley, generó irritación por parte del clero durangueño y los conservadores; con lo anterior sobrevino de manera recurrente la exacerbada pugna entre liberales y conservadores.

Años más tarde, el 26 de diciembre de 1866, el masón liberal, Benito Juárez García, determinó que fuera la capital duranguense donde se establecería su gobierno itinerante hasta el día 14 de enero de 1867, durante ese lapso sostuvo encuentros reservados con distinguidos masones de la entidad, entre ellos Francisco Gómez Palacio y Silvestre Aranda, para conocer de la situación de la Orden Masónica.

Lo anterior se conoce a través de registros orales al seno de la masonería durangueña en la que se ha refrendado la versión de que durante su estancia en la ciudad, efectuó visitas extraordinarias destinadas a la francmasonería.

A la muerte de Benito Juárez el 18 de julio de 1872, el general Florentino Carrillo, gobernador de Durango de abril a octubre de 1872, quien lideraba la muy respetable Gran Logia de Masones en Durango, decretó de 5 de agosto de 1872 el cambio del nombre del institución educativa, por el de Instituto Juárez, merced a los grandes beneficios que había procurado en vida al citado instituto.

Tal fue el apego de la fraternidad masónica en Durango en relación al ilustre Juárez que un sonado caso en la capital durangueña avivó la exaltación hacia el legado juarista, lo anterior sucedió 87 años después de la última visita de Juárez a Durango. De tal suerte que el 24 de noviembre de 1954, la escultura de Benito Juárez García, fue derribada de su pedestal ubicado en Las Alamedas.

La prensa consignó como nota principal que manos criminales habían derribado la estatua de Juárez. La noticia causó indignación en la sociedad duranguense, en particular a los masones quienes condenaron la acción ante las autoridades en busca de esclarecer los hechos y sus autores. Al respecto, el 27 de noviembre de 1954 la respetable Logia Simbólica “Guadiana Ocho”, protestó enérgicamente “contra el cobarde y criminal atentado a la memoria del ínclito Lic. Benito Juárez, Benemérito de las Américas y exigió el castigo a los traidores y malnacidos cuya obra intenta el demérito a la grandeza de nuestra patria”.

Pasado mañana 15 de enero, se conmemora la iniciación masónica de Benito Juárez, adherido al Rito Nacional Mexicano y al Rito Escocés; por ese motivo se festeja oficialmente el día de la “Masonería en México”.

Para los masones Juárez representa la síntesis ideológica y moral de la fraternidad mexicana y el ejemplo estimulante de las generaciones que sucedieron al hijo predilecto de Oaxaca. Pero… ¿cuál es la lección que Juárez deja como legado a los duranguenses? y ¿cuál fue su participación durante su ejercicio como presidente de México a su paso por el estado de Durango?

He aquí algunos aspectos básicos respecto al rubro de la masonería que se conocen acerca de su itinerante recorrido por esta entidad federativa y sus repercusiones futuras.

El 15 de septiembre de 1859, el gobernador de Durango Juan José Zubízar, publicó el decreto expedido por el presidente interino de México, Benito Juárez García, relativo a la nacionalización de los bienes del clero regular y secular. La expedición de la ley, generó irritación por parte del clero durangueño y los conservadores; con lo anterior sobrevino de manera recurrente la exacerbada pugna entre liberales y conservadores.

Años más tarde, el 26 de diciembre de 1866, el masón liberal, Benito Juárez García, determinó que fuera la capital duranguense donde se establecería su gobierno itinerante hasta el día 14 de enero de 1867, durante ese lapso sostuvo encuentros reservados con distinguidos masones de la entidad, entre ellos Francisco Gómez Palacio y Silvestre Aranda, para conocer de la situación de la Orden Masónica.

Lo anterior se conoce a través de registros orales al seno de la masonería durangueña en la que se ha refrendado la versión de que durante su estancia en la ciudad, efectuó visitas extraordinarias destinadas a la francmasonería.

A la muerte de Benito Juárez el 18 de julio de 1872, el general Florentino Carrillo, gobernador de Durango de abril a octubre de 1872, quien lideraba la muy respetable Gran Logia de Masones en Durango, decretó de 5 de agosto de 1872 el cambio del nombre del institución educativa, por el de Instituto Juárez, merced a los grandes beneficios que había procurado en vida al citado instituto.

Tal fue el apego de la fraternidad masónica en Durango en relación al ilustre Juárez que un sonado caso en la capital durangueña avivó la exaltación hacia el legado juarista, lo anterior sucedió 87 años después de la última visita de Juárez a Durango. De tal suerte que el 24 de noviembre de 1954, la escultura de Benito Juárez García, fue derribada de su pedestal ubicado en Las Alamedas.

La prensa consignó como nota principal que manos criminales habían derribado la estatua de Juárez. La noticia causó indignación en la sociedad duranguense, en particular a los masones quienes condenaron la acción ante las autoridades en busca de esclarecer los hechos y sus autores. Al respecto, el 27 de noviembre de 1954 la respetable Logia Simbólica “Guadiana Ocho”, protestó enérgicamente “contra el cobarde y criminal atentado a la memoria del ínclito Lic. Benito Juárez, Benemérito de las Américas y exigió el castigo a los traidores y malnacidos cuya obra intenta el demérito a la grandeza de nuestra patria”.