/ miércoles 20 de febrero de 2019

Fiodor Dostoievsky

Fiodor Dostoievsky es sin lugar a duda, uno de los escritores más influyentes que nos ha dado la historia, y durante los últimos siglos ha sido un verdadero referente, siendo “Crimen y Castigo” y “Los Hermanos Karamazov” dos de los libros con mayor éxito y fama que se han escrito.

La dimensión del escritor ruso es tan grande que todavía ahora, sus trabajos siguen siendo objeto de estudios literarios, de nuevos descubrimientos en sus textos; las temáticas universales que subyacen en sus novelas continúan tan vigentes en el presente como lo fueron en la Rusia imperial del siglo XIX, porque supo captar la esencia de la existencia humana.

Fiodor Dostoievsky nació en Moscú, Rusia, el 30 de octubre de 1821, en una familia de clase media, y a los 20 años comenzó con su vocación literaria, al escribir su primera novela “Pobres gentes”.

Sin embargo, fue acusado de conspiración en 1849 por su relación con socialistas utópicos, lo que le valió una condena a muerte, más tarde conmutada por 4 años en Siberia y la tensión por ese proceso hizo mella en el autor, especialmente a nivel psicológico, provocándole una epilepsia cuyos graves ataques sufriría durante el reto de su vida.

Pero Siberia no afectó sólo su salud, sino también a su manera de pensar, porque cambió de ser socialista ateo a encontrar directamente a Dios, con lo que calificaría el materialismo y el despilfarro como los grandes males de la sociedad de su época, lo que marcaría el desarrollo de su obra.

En el año 1866 publicaría tres novelas con las que ya se empieza a ganar la fama: “Humillados ofendidos” donde aborda la existencia del mar sin justificación en el mundo y que amenaza con la completa destrucción de la inocencia, “El jugador” es una reflexión profunda sobre la ludopatía, y con “Crimen y Castigo” aborda la historia de un joven asesino que se ve incapaz de superar los remordimientos y en la que se muestran algunas de las características que harán de Dostoievsky un autor único, porque a través de su protagonista, RodiónRomanovichRaskólnikov, realiza una incisiva observación psicológica en la que desarrolla sus tesis religiosas y filosóficas, así como la idea de la redención a través del sufrimiento.

En una sociedad en la que cada vez se tiende más a masificar los pensamientos, a unificar criterios y desmenuzar la importancia del individuo, del pensamiento libre, las obras maestras de Dostoievsky abren las puertas a la filosofía, a la historia, a la sociología… si bien las dos últimas son rehenes de la época en que fueron escritas, la exploración hasta la más profunda de la sima del alma humana es imperecedera.

En “Crimen y Castigo” los lectores pueden explorar la profunda psicología del hombre, sus miedos y sus anhelos universales, y mientras a través del texto conocemos las vicisitudes de su protagonista, se nos ofrece una profunda disertación sobre el existencialismo y la manera en la que nuestros actos, como individuos libres y únicos nos definen y marcan nuestro camino en la vida o la sociedad.

Para 1867, Dostoievsky vuelve a casarse, en esta ocasión con Anna GrigorievnaSnitkina. Por suerte para él nada tuvo que ver con su primer matrimonio, puesto que Anna sería su abnegada colaboradora durante el resto de sus días. Tristemente, de los cuatro hijos del matrimonio, Fíodor vería morir a tres, lo cual lo sumió en un tremendo dolor que trató de expurgar en sus obras.

Con problemas financieros, trabaja regularmente en prensa, firmando artículos que más tarde recogería en “Diario de un escritor” donde aborda principalmente los sucesos de su época, pero desde una perspectiva cristiana, lo que nos permite acercarnos a su propia visión teológica del mundo.

Escribió luego “Los adolescentes” y lo que represente su mejor novela: “Los hermanos Karamazov” donde aborda el drama en torno a su alborotada familia le colocaría en el olimpo de los escritores europeos y pese a su intención de escribir la continuación de “Los hermanos Karamazov”, Fíodor Dostoievsky moría en San Petersburgo en 1881, a causa de una hemorragia pulmonar.

Además de un genio literario, Dostoievsky fue también un ser profundamente atormentado para quien la creación de historias fue casi una necesidad vital, tratando de resolver sus traumas y preocupaciones al volcarlos en sus novelas, lo que le daría una profunda capacidad de examinar la psicología de sus personajes, lo cual se convertiría en una de las principales características de su narrativa.

Así, la capacidad que posee Dostoievsky para hacer reflexionar a sus lectores es impresionante, no podemos perder aquello que nos hace libres, el pensamiento crítico, la capacidad de analizar nuestra realidad y la capacidad de construir un discurso propio.

Como lo señala el propio autor, tenemos que ser críticos con los que nos rodean, con los que nos mandan; exigir y ser exigentes con nosotros mismos, nunca conformarnos con nada y sentir con todos los sentidos de los que nos ha dotado la naturaleza. Y con el ejemplo de sus personajes, si para eso hace falta algo de locura, nos abandonamos a ella con la esperanza de que la razón termine por encontrar el ancla necesaria y evitar el naufragio. Y así debemos ser también nosotros.


Fiodor Dostoievsky es sin lugar a duda, uno de los escritores más influyentes que nos ha dado la historia, y durante los últimos siglos ha sido un verdadero referente, siendo “Crimen y Castigo” y “Los Hermanos Karamazov” dos de los libros con mayor éxito y fama que se han escrito.

La dimensión del escritor ruso es tan grande que todavía ahora, sus trabajos siguen siendo objeto de estudios literarios, de nuevos descubrimientos en sus textos; las temáticas universales que subyacen en sus novelas continúan tan vigentes en el presente como lo fueron en la Rusia imperial del siglo XIX, porque supo captar la esencia de la existencia humana.

Fiodor Dostoievsky nació en Moscú, Rusia, el 30 de octubre de 1821, en una familia de clase media, y a los 20 años comenzó con su vocación literaria, al escribir su primera novela “Pobres gentes”.

Sin embargo, fue acusado de conspiración en 1849 por su relación con socialistas utópicos, lo que le valió una condena a muerte, más tarde conmutada por 4 años en Siberia y la tensión por ese proceso hizo mella en el autor, especialmente a nivel psicológico, provocándole una epilepsia cuyos graves ataques sufriría durante el reto de su vida.

Pero Siberia no afectó sólo su salud, sino también a su manera de pensar, porque cambió de ser socialista ateo a encontrar directamente a Dios, con lo que calificaría el materialismo y el despilfarro como los grandes males de la sociedad de su época, lo que marcaría el desarrollo de su obra.

En el año 1866 publicaría tres novelas con las que ya se empieza a ganar la fama: “Humillados ofendidos” donde aborda la existencia del mar sin justificación en el mundo y que amenaza con la completa destrucción de la inocencia, “El jugador” es una reflexión profunda sobre la ludopatía, y con “Crimen y Castigo” aborda la historia de un joven asesino que se ve incapaz de superar los remordimientos y en la que se muestran algunas de las características que harán de Dostoievsky un autor único, porque a través de su protagonista, RodiónRomanovichRaskólnikov, realiza una incisiva observación psicológica en la que desarrolla sus tesis religiosas y filosóficas, así como la idea de la redención a través del sufrimiento.

En una sociedad en la que cada vez se tiende más a masificar los pensamientos, a unificar criterios y desmenuzar la importancia del individuo, del pensamiento libre, las obras maestras de Dostoievsky abren las puertas a la filosofía, a la historia, a la sociología… si bien las dos últimas son rehenes de la época en que fueron escritas, la exploración hasta la más profunda de la sima del alma humana es imperecedera.

En “Crimen y Castigo” los lectores pueden explorar la profunda psicología del hombre, sus miedos y sus anhelos universales, y mientras a través del texto conocemos las vicisitudes de su protagonista, se nos ofrece una profunda disertación sobre el existencialismo y la manera en la que nuestros actos, como individuos libres y únicos nos definen y marcan nuestro camino en la vida o la sociedad.

Para 1867, Dostoievsky vuelve a casarse, en esta ocasión con Anna GrigorievnaSnitkina. Por suerte para él nada tuvo que ver con su primer matrimonio, puesto que Anna sería su abnegada colaboradora durante el resto de sus días. Tristemente, de los cuatro hijos del matrimonio, Fíodor vería morir a tres, lo cual lo sumió en un tremendo dolor que trató de expurgar en sus obras.

Con problemas financieros, trabaja regularmente en prensa, firmando artículos que más tarde recogería en “Diario de un escritor” donde aborda principalmente los sucesos de su época, pero desde una perspectiva cristiana, lo que nos permite acercarnos a su propia visión teológica del mundo.

Escribió luego “Los adolescentes” y lo que represente su mejor novela: “Los hermanos Karamazov” donde aborda el drama en torno a su alborotada familia le colocaría en el olimpo de los escritores europeos y pese a su intención de escribir la continuación de “Los hermanos Karamazov”, Fíodor Dostoievsky moría en San Petersburgo en 1881, a causa de una hemorragia pulmonar.

Además de un genio literario, Dostoievsky fue también un ser profundamente atormentado para quien la creación de historias fue casi una necesidad vital, tratando de resolver sus traumas y preocupaciones al volcarlos en sus novelas, lo que le daría una profunda capacidad de examinar la psicología de sus personajes, lo cual se convertiría en una de las principales características de su narrativa.

Así, la capacidad que posee Dostoievsky para hacer reflexionar a sus lectores es impresionante, no podemos perder aquello que nos hace libres, el pensamiento crítico, la capacidad de analizar nuestra realidad y la capacidad de construir un discurso propio.

Como lo señala el propio autor, tenemos que ser críticos con los que nos rodean, con los que nos mandan; exigir y ser exigentes con nosotros mismos, nunca conformarnos con nada y sentir con todos los sentidos de los que nos ha dotado la naturaleza. Y con el ejemplo de sus personajes, si para eso hace falta algo de locura, nos abandonamos a ella con la esperanza de que la razón termine por encontrar el ancla necesaria y evitar el naufragio. Y así debemos ser también nosotros.