/ domingo 24 de noviembre de 2019

Frente común de las Sec. 12, 35 y 44 del SNTE, mero distractor

Dicho frente se ha constituido, para retomar el asunto de los quinquenios que se ha puesto de moda, porque todos los trabajadores de la educación han hecho de ese brete una ilusión vigente, pese a que muchos docentes se los adeudan desde 1965.

Pero las cuentas no van en el tenor de la antigüedad ni de los porcentajes reales, sino de las marrullerías contables que han aceptado los líderes sindicales.

Dicho problema se ha complicado demasiado, porque cada interesado expresa una interpretación diferente de su conceptualización real. Pero coinciden con un ánimo de gran entusiasmo, al asegurar que sus líderes sindicales les están engordando un cochinito y que no tardan en romper esa alcancía obesa, para llevarse a sus bolsillos el contenido codiciado.

Percibiendo los líderes esa actitud hambrienta, maquiavélicamente los ha impulsado a montar escenarios fraudulentos de lucha, donde han enarbolado la bandera donde retumba la consigna de “Quinquenios para Todos” trampa que han montado estratégicamente para que los trabajadores caigan y los apoyen, pero no para rescatar el adeudo, sino para que los saquen a ellos del hoyo en que se encuentran, batidos en la irresponsabilidad y negligencia.

De ahí, que el trillado y viejo problema de los quinquenios les ha caído como tabla de salvación, donde se han montado los mamíferos más feroces de las organizaciones sindicales, pese a que el tiempo no les alcanzaría para resolverlo, pero sí para salvar el pellejo momentáneamente y orquestar su jugada final con el ruido de un frente común, que no tiene otro fin, más que distraer a los docentes y aliarse al gobierno, para juntos seguir dorándoles la píldora.

Y así, pomposamente la Sección 44 envió un comunicado, donde ha dado a conocer la integración de un frente común, donde sindicatos y gobierno lucharán juntos para resolver el problema de los quinquenios. Cosa que indica que ya se aliaron al patrón para reforzarlo ante el patrón federal, a quien dudo que sorprendan con semejante adeudo, producto del atraco de ex gobernadores.

Pero esa es la visión corta que refleja nuestra honesta y bien ponderada organización. Sin embargo, hay muchos docentes que disienten de esa posición, porque aseguran que han declarado amigo de confianza al enemigo a vencer, y que ahora será él quien trace la agenda a seguir, en donde obviamente las baterías de guerra no las va a poner en dirección suya, sino en la atención de los maestros para distraerlos.

De ahí que se deduzca, que cesarán las exigencias al Gobierno del Estado, y que ahora aglutinados los sindicatos en una sola fuerza, envían el mensaje de pulverizar cualquier presión que intente atosigar al ejecutivo, sin menoscabar la idea de aquellos que aseguran que dicha posición es para que el futuro de los quinquenios acabe arrumbado.

Sin duda que el ejecutivo del Estado, no ve al frente común como una alternativa efectiva, pero ellos lo convencieron de apoyar el truco que lo libera de la presión y el acoso sobre este tema. El gobernador con demasiados frentes abiertos, decidió asumir el riesgo, aunque sin duda tuvo que poner sus condiciones: “Quinquenios sí, pero de la mano de los líderes para que sepan la dificultad que esto implica”. Y éstos preocupados por su reputación desastrosa y cómo trascenderán a la historia, consideran un triunfo que el deudor les trace la agenda.

Ahora que han sonsacado al gobernador para que se una a ese frente charro, implica que están dispuestos a dejarse utilizar y asumir la responsabilidad que juntos: Gobierno y sindicatos obtengan de la gestión. De ahí que el tiempo que transcurra sin la solución, ya no será responsabilidad sólo del patrón, sino también del sindicato, ya que en esa jugada que consideran maestra, también implica haberse echado la soga al cuello, porque insisto, el problema no es del magisterio, sino del gobierno, pero dada la incompetencia de éste para pagar, ellos en una forma más que irresponsable y protagónica han salido al quite.

Por supuesto que nadie en su sano juicio de aquellos docentes que piensan, podrían estar de acuerdo y ponderar el mérito de dicho frente. Nadie que haya vivido los escollos de una lucha, podría aprobar la forma en que el frente pretende obtener el éxito. Y desafortunadamente en ese rubro han mostrado serias insuficiencias. La iniciativa es impuesta desde arriba, sin consultar hacia abajo; las cúpulas sindicales creen que involucrar al gobernador basta para que los maestros lo acepten y den por bien recibido lo que salga.

Saben que la estrategia burda del frente común, es para considerar al gobierno y echarle montón al magisterio, intentando sorprenderlo y distraerlo bajo el blof apantallador de que ahora sí: “juntos cuatro sindicatos” han armado un cuadro indestructible que amenaza pulverizar por cualquiera de sus ángulos, todo aquello que se mueva en dirección opuesta a lo que ellos determinen.

Ante sus propias ambiciones y su prestigio cuestionado y en el piso, los líderes del SNTE lo único que quieren es evitar la explosión de la bomba que dicho problema ha puesto en sus espaldas, ante la exigencia de maestros institucionales y alborotados, que ya desde el interior están disputándoles el poder, el cual los líderes charros no están dispuestos a ceder ni a democratizar, y que mejor bandera que la de los quinquenios, para rescatar la credibilidad, que cifrada a la esperanza de aquellos muertos de hambre que no les engorda pero les mantiene.

Para resolver el problema de los quinquenios se necesitaban 400 millones, cantidad estimada por el secretario de Educación; pero ahora lamento decirles que son 800 según el cálculo del líder de la Sección 12. De ahí que no se necesita ser economista, para sostener que dicha solución es complicadísima, ante el magro presupuesto del Estado y la declarada austeridad republicana.

Por eso, no es remoto avizorar que la ilusión de los esperanzados tardará tiempo indefinido, morirá en las calles o en una mesa de negociación en cualquiera de las secretarías que se dignen ponerle sentido. Sin embargo, vale la pena analizar la posición pública difícil de defender que han asumido, ya que en su estrategia de lucha, parece que buscan a través de la simulación, desgastar a los maestros y ponerle fin a sus reclamos, mediante esperpentos de frentes comunes, cuya cortina de humo ayudará a ocultar su beneplácito por el fracaso de su batalla.

Dicho frente se ha constituido, para retomar el asunto de los quinquenios que se ha puesto de moda, porque todos los trabajadores de la educación han hecho de ese brete una ilusión vigente, pese a que muchos docentes se los adeudan desde 1965.

Pero las cuentas no van en el tenor de la antigüedad ni de los porcentajes reales, sino de las marrullerías contables que han aceptado los líderes sindicales.

Dicho problema se ha complicado demasiado, porque cada interesado expresa una interpretación diferente de su conceptualización real. Pero coinciden con un ánimo de gran entusiasmo, al asegurar que sus líderes sindicales les están engordando un cochinito y que no tardan en romper esa alcancía obesa, para llevarse a sus bolsillos el contenido codiciado.

Percibiendo los líderes esa actitud hambrienta, maquiavélicamente los ha impulsado a montar escenarios fraudulentos de lucha, donde han enarbolado la bandera donde retumba la consigna de “Quinquenios para Todos” trampa que han montado estratégicamente para que los trabajadores caigan y los apoyen, pero no para rescatar el adeudo, sino para que los saquen a ellos del hoyo en que se encuentran, batidos en la irresponsabilidad y negligencia.

De ahí, que el trillado y viejo problema de los quinquenios les ha caído como tabla de salvación, donde se han montado los mamíferos más feroces de las organizaciones sindicales, pese a que el tiempo no les alcanzaría para resolverlo, pero sí para salvar el pellejo momentáneamente y orquestar su jugada final con el ruido de un frente común, que no tiene otro fin, más que distraer a los docentes y aliarse al gobierno, para juntos seguir dorándoles la píldora.

Y así, pomposamente la Sección 44 envió un comunicado, donde ha dado a conocer la integración de un frente común, donde sindicatos y gobierno lucharán juntos para resolver el problema de los quinquenios. Cosa que indica que ya se aliaron al patrón para reforzarlo ante el patrón federal, a quien dudo que sorprendan con semejante adeudo, producto del atraco de ex gobernadores.

Pero esa es la visión corta que refleja nuestra honesta y bien ponderada organización. Sin embargo, hay muchos docentes que disienten de esa posición, porque aseguran que han declarado amigo de confianza al enemigo a vencer, y que ahora será él quien trace la agenda a seguir, en donde obviamente las baterías de guerra no las va a poner en dirección suya, sino en la atención de los maestros para distraerlos.

De ahí que se deduzca, que cesarán las exigencias al Gobierno del Estado, y que ahora aglutinados los sindicatos en una sola fuerza, envían el mensaje de pulverizar cualquier presión que intente atosigar al ejecutivo, sin menoscabar la idea de aquellos que aseguran que dicha posición es para que el futuro de los quinquenios acabe arrumbado.

Sin duda que el ejecutivo del Estado, no ve al frente común como una alternativa efectiva, pero ellos lo convencieron de apoyar el truco que lo libera de la presión y el acoso sobre este tema. El gobernador con demasiados frentes abiertos, decidió asumir el riesgo, aunque sin duda tuvo que poner sus condiciones: “Quinquenios sí, pero de la mano de los líderes para que sepan la dificultad que esto implica”. Y éstos preocupados por su reputación desastrosa y cómo trascenderán a la historia, consideran un triunfo que el deudor les trace la agenda.

Ahora que han sonsacado al gobernador para que se una a ese frente charro, implica que están dispuestos a dejarse utilizar y asumir la responsabilidad que juntos: Gobierno y sindicatos obtengan de la gestión. De ahí que el tiempo que transcurra sin la solución, ya no será responsabilidad sólo del patrón, sino también del sindicato, ya que en esa jugada que consideran maestra, también implica haberse echado la soga al cuello, porque insisto, el problema no es del magisterio, sino del gobierno, pero dada la incompetencia de éste para pagar, ellos en una forma más que irresponsable y protagónica han salido al quite.

Por supuesto que nadie en su sano juicio de aquellos docentes que piensan, podrían estar de acuerdo y ponderar el mérito de dicho frente. Nadie que haya vivido los escollos de una lucha, podría aprobar la forma en que el frente pretende obtener el éxito. Y desafortunadamente en ese rubro han mostrado serias insuficiencias. La iniciativa es impuesta desde arriba, sin consultar hacia abajo; las cúpulas sindicales creen que involucrar al gobernador basta para que los maestros lo acepten y den por bien recibido lo que salga.

Saben que la estrategia burda del frente común, es para considerar al gobierno y echarle montón al magisterio, intentando sorprenderlo y distraerlo bajo el blof apantallador de que ahora sí: “juntos cuatro sindicatos” han armado un cuadro indestructible que amenaza pulverizar por cualquiera de sus ángulos, todo aquello que se mueva en dirección opuesta a lo que ellos determinen.

Ante sus propias ambiciones y su prestigio cuestionado y en el piso, los líderes del SNTE lo único que quieren es evitar la explosión de la bomba que dicho problema ha puesto en sus espaldas, ante la exigencia de maestros institucionales y alborotados, que ya desde el interior están disputándoles el poder, el cual los líderes charros no están dispuestos a ceder ni a democratizar, y que mejor bandera que la de los quinquenios, para rescatar la credibilidad, que cifrada a la esperanza de aquellos muertos de hambre que no les engorda pero les mantiene.

Para resolver el problema de los quinquenios se necesitaban 400 millones, cantidad estimada por el secretario de Educación; pero ahora lamento decirles que son 800 según el cálculo del líder de la Sección 12. De ahí que no se necesita ser economista, para sostener que dicha solución es complicadísima, ante el magro presupuesto del Estado y la declarada austeridad republicana.

Por eso, no es remoto avizorar que la ilusión de los esperanzados tardará tiempo indefinido, morirá en las calles o en una mesa de negociación en cualquiera de las secretarías que se dignen ponerle sentido. Sin embargo, vale la pena analizar la posición pública difícil de defender que han asumido, ya que en su estrategia de lucha, parece que buscan a través de la simulación, desgastar a los maestros y ponerle fin a sus reclamos, mediante esperpentos de frentes comunes, cuya cortina de humo ayudará a ocultar su beneplácito por el fracaso de su batalla.