/ lunes 13 de junio de 2022

¡Ganaron los empresarios!

Siempre he tenido la mejor opinión del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y no voy a cambiarla porque aquí en Durango haya perdido. Tampoco voy a replegarme o agazaparme para despistar a los que se regodean en el triunfalismo, nomás porque votaron a favor de los ganones, aunque jamás los pelen y los fumen.

Aunque los partidos ya no pueden contratar espacios en la radio y la televisión, pero hay evidencias de que existe un mercado negro para la contratación de publicidad en dichos medios de manera simulada, donde los empresarios acapararon los espacios para motivar la participación, donde sus patrañas no despistaban el lado hacia donde cargaban los dados.

Y ahí está el resultado de las elecciones pasadas, donde sin duda los más complacidos son ellos, porque a diario se desgañitaban a que los ciudadanos acudieran a votar, pero de “forma razonada”, donde la carga publicitaria y tendenciosa apuntaba por quienes deberían hacerlo.

El llamado a votar de los empresarios no era a los de la casta dorada, sino a los que estigmatizan de focas cuando aplauden al presidente de la República y que dicho mote no dejarán de aplicárselos, cuando sus finos oídos escuchen de éstos los aplausos a su proyecto ganador, en el que para ellos jamás se aplicará la sentencia del agradecimiento: “Amor con amor se paga”.

Porque su consigna no tenía más compromiso que el de llamarlos a votar, pero no a gobernar. De ahí que, una vez celebrado el rito del conteo de las papeletas electorales, son ellos los que indican a sus protegidos el trato que deben dar a los ignorantes y miserables, así como la encomienda de que olviden la letra del himno de las promesas.

En su propaganda reiteraban que los beneficios a los adultos mayores estaban plasmados en la Constitución y que no permitieran el chantaje electoral, omitiendo que el PAN se opuso a que se estipularan en la Carta Magna, lo que despertó la rabia en aquellos que magnificaron su desprecio, cuando rebajaron a los beneficiarios a mascotas y las pensiones a croquetas.

El gremio del dinero siempre ha pensado que los ciudadanos comunes y corrientes votamos a lo buey, por eso se van a fondo cuando se montan en las campañas de los candidatos de su agrado, los que les conceden el uso de la voz, para que exploten a sus anchas la miseria y la ignorancia, que detestan cuando favorecen al presidente; pero que hipócritamente las aman cuando éstas en las urnas se acurrucan de su lado.

Y ahí está la cosecha de su gran esfuerzo, donde las cuentas de los miserables e ignorantes cuadraron a su favor, pero no por la gracia de servir a Dios ni a sus mercedes, sino porque el pueblo en lo particular sabe perfectamente cuál es su juego y además le gusta darse el lujo de ser espléndido con aquellos que siempre han vivido a sus costillas.

Saben que cuando llegan al poder los compensan con el escupitajo del desprecio, pero jamás se dan por mal servidos, porque a ellos la ropa de marca no les queda y la buena comida les hace daño. De ahí la seguridad que el pueblo adquiere, al resistir las peores incomodidades que paradójicamente a nivel local los empresarios aprueban y a nivel federal reprueban

Desafortunadamente a esta posición voraz se unen los analistas de derecha, donde un día sí y otro también, de forma grosera y ordinaria, sostienen que el gobierno federal mantiene su poder en la voluntad de los ignorantes y miserables; lo que los unce para que no vean el desastre en que tiene sumido al país.

Yo no lo veo así, y donde si capto el desastre es a nivel local y no me asusta que los ignorantes y miserables hayan ratificado el poder a quienes lo han generado, porque la voluntad es sagrada y si se equivocaron pensando que los que mataron la vaca y los que le tuvieron la pata, ahora son vegetarianos, pues enhorabuena!

Siempre he tenido la mejor opinión del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y no voy a cambiarla porque aquí en Durango haya perdido. Tampoco voy a replegarme o agazaparme para despistar a los que se regodean en el triunfalismo, nomás porque votaron a favor de los ganones, aunque jamás los pelen y los fumen.

Aunque los partidos ya no pueden contratar espacios en la radio y la televisión, pero hay evidencias de que existe un mercado negro para la contratación de publicidad en dichos medios de manera simulada, donde los empresarios acapararon los espacios para motivar la participación, donde sus patrañas no despistaban el lado hacia donde cargaban los dados.

Y ahí está el resultado de las elecciones pasadas, donde sin duda los más complacidos son ellos, porque a diario se desgañitaban a que los ciudadanos acudieran a votar, pero de “forma razonada”, donde la carga publicitaria y tendenciosa apuntaba por quienes deberían hacerlo.

El llamado a votar de los empresarios no era a los de la casta dorada, sino a los que estigmatizan de focas cuando aplauden al presidente de la República y que dicho mote no dejarán de aplicárselos, cuando sus finos oídos escuchen de éstos los aplausos a su proyecto ganador, en el que para ellos jamás se aplicará la sentencia del agradecimiento: “Amor con amor se paga”.

Porque su consigna no tenía más compromiso que el de llamarlos a votar, pero no a gobernar. De ahí que, una vez celebrado el rito del conteo de las papeletas electorales, son ellos los que indican a sus protegidos el trato que deben dar a los ignorantes y miserables, así como la encomienda de que olviden la letra del himno de las promesas.

En su propaganda reiteraban que los beneficios a los adultos mayores estaban plasmados en la Constitución y que no permitieran el chantaje electoral, omitiendo que el PAN se opuso a que se estipularan en la Carta Magna, lo que despertó la rabia en aquellos que magnificaron su desprecio, cuando rebajaron a los beneficiarios a mascotas y las pensiones a croquetas.

El gremio del dinero siempre ha pensado que los ciudadanos comunes y corrientes votamos a lo buey, por eso se van a fondo cuando se montan en las campañas de los candidatos de su agrado, los que les conceden el uso de la voz, para que exploten a sus anchas la miseria y la ignorancia, que detestan cuando favorecen al presidente; pero que hipócritamente las aman cuando éstas en las urnas se acurrucan de su lado.

Y ahí está la cosecha de su gran esfuerzo, donde las cuentas de los miserables e ignorantes cuadraron a su favor, pero no por la gracia de servir a Dios ni a sus mercedes, sino porque el pueblo en lo particular sabe perfectamente cuál es su juego y además le gusta darse el lujo de ser espléndido con aquellos que siempre han vivido a sus costillas.

Saben que cuando llegan al poder los compensan con el escupitajo del desprecio, pero jamás se dan por mal servidos, porque a ellos la ropa de marca no les queda y la buena comida les hace daño. De ahí la seguridad que el pueblo adquiere, al resistir las peores incomodidades que paradójicamente a nivel local los empresarios aprueban y a nivel federal reprueban

Desafortunadamente a esta posición voraz se unen los analistas de derecha, donde un día sí y otro también, de forma grosera y ordinaria, sostienen que el gobierno federal mantiene su poder en la voluntad de los ignorantes y miserables; lo que los unce para que no vean el desastre en que tiene sumido al país.

Yo no lo veo así, y donde si capto el desastre es a nivel local y no me asusta que los ignorantes y miserables hayan ratificado el poder a quienes lo han generado, porque la voluntad es sagrada y si se equivocaron pensando que los que mataron la vaca y los que le tuvieron la pata, ahora son vegetarianos, pues enhorabuena!