ZONA LLANOS DE DURANGO (OEM).- Si pudiéramos comprobar a diario la cantidad de gasolina que no le sirve a los vehículos en cada estación de servicio, la verdad que nos daba un ataque de coraje amigo lector. Créame que como ciudadanos debemos buscar cómo cuidarles las manos a estas personas, es un hingo lo que se roban, porque digan lo que digan, es un robo, ¿o no es cierto?
Nos decía la semana pasada un campesino del municipio de Villa Hidalgo, en el norte de nuestro bello estado, que no era necesario que los gobiernos les estuvieran llevando semilla de una y de otra, lo único que requiere el campesino, dijo, es que el combustible -en este caso el diesel y gasolina- estén a un precio razonable.
Con el costo de estos combustibles no hay ni habrá ganancia alguna para la gente del campo, y de ahí nace la necesidad que el gobierno apoye con semillas, porque al pagar tan altos costos no les dejan la posibilidad de guardar semillas, todo se tiene que vender o regalar a los coyotes.
Claro que sale a relucir la promesa del presidente de la república López Obrador de bajar los costos de combustibles, pero como no se ve que se cumpla, se continua pagando carísimo por producir, y si a esto le agregamos que muchas estaciones de servicio -la gran mayoría- no le entregan al consumidor litros de a litro, incluso hay muchas que le venden 800 mililitros por litro, y las autoridades como la Profeco, muy bien muchas gracias, esperando que el ciudadano denuncie, que lleve 10 testigos de lo que va a denunciar y que acuda a las oficinas en alguna ciudad lejana para presentar la demanda, y claro, espera para ver si procede, porque de lo contrario todo lo gastado económicamente y el tiempo perdido, pues fue eso, tiempo perdido, ¿o no es cierto?
Mientras que sigan robando al ciudadano, cuando llegue a su máximo esplendor la cuarta transformación donde no habrá corrupción, en ese momento nos despacharán litros de a litro: mientras, te ingas querido mexicano.
Un grupo de campesinos de la región llanera está pensado ir a platicar con el gobernador del Estado con toda la intención de pedirle, de implorarle, que las ferias de Durango inicien a principios o mínimo a mediados del mes de junio de cada año, porque ya se comprobó –dicen- que cuando arrancan las ferias de la capital de los alacranes, llega la lluvia del cielo. Así que si se adelantan las ferias, llegaría a tiempo la lluvia para las siembras, ¿o no es cierto?
Que tenga usted amigo lector una excelente semana. Hasta la próxima.
