/ domingo 31 de mayo de 2020

Habrá nueva relación de los diputados con gobernador

Con las recientes reformas y adiciones a la Ley Orgánica del Congreso local, se vislumbran cambios en la correlación de fuerzas políticas hacia el interior, pero también con los otros poderes, ya que la creación de la figura de Coaliciones Parlamentarias, dará entrada a un escenario diferente con la presencia real de la oposición, lo que se traduciría en equilibrios que garanticen la eficacia legislativa, pero también la gobernabilidad “para bien de Durango”.

De acuerdo a “los que saben de política”, los nombramientos recientes en instancias importantes del servicio público, y los cambios al marco jurídico del Poder Legislativo, es un movimiento estratégico que refleja grandes acuerdos políticos: la Presidencia de la Entidad Superior de Auditoria (EASE), que es el órgano de fiscalización del estado, se queda para el ejecutivo estatal y el PAN, con un perfil que les tiene afinidad como lo es Francisco Javier Guevara Morales.

En el pacto, de existir, hay damnificados, ya que al constituirse las Coaliciones Parlamentarias para el tercer año de ejercicio legal de la actual Legislatura, que inicia el primero de septiembre, la Presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, recaerá en el grupo que ostente la mayoría absoluta. Quedaría sin efecto el acuerdo inicial en que le tocaba al PAN encabezar lo que antes era la Presidencia de la Gran Comisión, para el último año.

Y según las versiones en radiopasillo, el escenario queda a modo para que sea llevada a la práctica, la alianza que ya de facto ha operado en el segundo año de la actual Legislatura: Morena, PRI, PT y Pvem. Se constituirían de manera formal y oficial en una Coalición Parlamentaria, que sumaría 20 diputados, lo cual le daría indudablemente la mayoría absoluta.

Según el decreto que modifica la normatividad del Congreso del Estado, al crearse la Coalición Parlamentaria, la Presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, recaerá en el grupo o coalición que ostente la mayoría absoluta. En este caso sería Morena que tiene 10 diputados, más los 5 priistas, 4 del Partido del Trabajo y uno del Verde Ecologista.

Y la coordinadora actual de la bancada morenista es Sandra Amaya, quien de continuar, se convertiría en la presidenta de la Junta de Coordinación Política, a partir del próximo primero de septiembre, luego de constituirse la Coalición Parlamentaria con PRI, PT y Pvem, que todo apunta habrá de suceder conforme a los pronósticos de los politólogos.

Los enterados de lo que sucede tras bambalinas de la política, dicen que al contrario de lo que se piense por la reagrupación de los diputados, el acuerdo que dejaría al PAN sin el liderazgo legislativo en el tercer año, podrá ser capitalizado políticamente por el gobernador Aispuro, ya que igualmente tendría interlocutores en el Poder Legislativo, para lograr el consenso en iniciativas y proyectos en el cierre de su gestión gubernamental.

Al existir oficio y sensibilidad política en los diputados que integren la Junta de Gobierno y Coordinación Política, el gobernador tendrá la oportunidad de establecer acuerdos consensuados sobre la agenda de iniciativas, pero también para el ejercicio gubernamental, como es lo relacionado con el presupuesto, la fiscalización y lo político – partidista.

Sandra Amaya, inició como presidenta de la LXVIII Legislatura, solamente que grillas internas de su partido, la dejaron fuera en los primeros 4 meses, para que entrara Pablo César Aguilar. Sin embargo, siguió como coordinadora de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional, lo que le permitió continuar como parte de los acuerdos y decisiones legislativas y políticas.

Con el actual presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Esteban Villegas Villarreal, ha mantenido una buena comunicación, lo que se refleja en acuerdos parlamentarios que evidencia la sensibilidad y oportunidad política de ambos diputados.

Y en función del decreto que reformó la Ley Orgánica, a iniciativa que en el 2018 propuso el diputado Otniel García, Esteban Villegas formará parte del órgano directivo de la Legislatura, lo cual puede traducirse en buenos dividendos para el Poder Legislativo, dada la experiencia y colmillo que ha adquirido el sanjuanero.

La nueva figura legislativa, que es una forma de darle continuidad a las alianzas electorales, se traducirá en debates de altura, de acuerdo a la pluralidad y diversidad de ideas políticas de los diputados, pero también deberá propiciar los equilibrios políticos, tanto al interior como hacia el exterior con los otros poderes, y de manera especial con el estatal, con el único propósito, de acuerdo a los considerandos del decreto, de que exista gobernabilidad en Durango.

Entre los argumentos del decreto que crea las coaliciones parlamentarias, señala como objetivo principal de fomentar los acuerdos y consensos con el titular del Poder Ejecutivo, bajo la premisa de evitar “los gobiernos divididos, mediante la creación de mecanismos de gobernabilidad”.

En medio de la pandemia, a la mejor para algunos pasó inadvertida la reforma a la Ley Orgánica, pero para los politólogos, ya desde ahora apuestan tronchado a que Sandra Amaya será la pastora de los legisladores a partir del primero de septiembre.

Con las recientes reformas y adiciones a la Ley Orgánica del Congreso local, se vislumbran cambios en la correlación de fuerzas políticas hacia el interior, pero también con los otros poderes, ya que la creación de la figura de Coaliciones Parlamentarias, dará entrada a un escenario diferente con la presencia real de la oposición, lo que se traduciría en equilibrios que garanticen la eficacia legislativa, pero también la gobernabilidad “para bien de Durango”.

De acuerdo a “los que saben de política”, los nombramientos recientes en instancias importantes del servicio público, y los cambios al marco jurídico del Poder Legislativo, es un movimiento estratégico que refleja grandes acuerdos políticos: la Presidencia de la Entidad Superior de Auditoria (EASE), que es el órgano de fiscalización del estado, se queda para el ejecutivo estatal y el PAN, con un perfil que les tiene afinidad como lo es Francisco Javier Guevara Morales.

En el pacto, de existir, hay damnificados, ya que al constituirse las Coaliciones Parlamentarias para el tercer año de ejercicio legal de la actual Legislatura, que inicia el primero de septiembre, la Presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, recaerá en el grupo que ostente la mayoría absoluta. Quedaría sin efecto el acuerdo inicial en que le tocaba al PAN encabezar lo que antes era la Presidencia de la Gran Comisión, para el último año.

Y según las versiones en radiopasillo, el escenario queda a modo para que sea llevada a la práctica, la alianza que ya de facto ha operado en el segundo año de la actual Legislatura: Morena, PRI, PT y Pvem. Se constituirían de manera formal y oficial en una Coalición Parlamentaria, que sumaría 20 diputados, lo cual le daría indudablemente la mayoría absoluta.

Según el decreto que modifica la normatividad del Congreso del Estado, al crearse la Coalición Parlamentaria, la Presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, recaerá en el grupo o coalición que ostente la mayoría absoluta. En este caso sería Morena que tiene 10 diputados, más los 5 priistas, 4 del Partido del Trabajo y uno del Verde Ecologista.

Y la coordinadora actual de la bancada morenista es Sandra Amaya, quien de continuar, se convertiría en la presidenta de la Junta de Coordinación Política, a partir del próximo primero de septiembre, luego de constituirse la Coalición Parlamentaria con PRI, PT y Pvem, que todo apunta habrá de suceder conforme a los pronósticos de los politólogos.

Los enterados de lo que sucede tras bambalinas de la política, dicen que al contrario de lo que se piense por la reagrupación de los diputados, el acuerdo que dejaría al PAN sin el liderazgo legislativo en el tercer año, podrá ser capitalizado políticamente por el gobernador Aispuro, ya que igualmente tendría interlocutores en el Poder Legislativo, para lograr el consenso en iniciativas y proyectos en el cierre de su gestión gubernamental.

Al existir oficio y sensibilidad política en los diputados que integren la Junta de Gobierno y Coordinación Política, el gobernador tendrá la oportunidad de establecer acuerdos consensuados sobre la agenda de iniciativas, pero también para el ejercicio gubernamental, como es lo relacionado con el presupuesto, la fiscalización y lo político – partidista.

Sandra Amaya, inició como presidenta de la LXVIII Legislatura, solamente que grillas internas de su partido, la dejaron fuera en los primeros 4 meses, para que entrara Pablo César Aguilar. Sin embargo, siguió como coordinadora de la bancada del Movimiento de Regeneración Nacional, lo que le permitió continuar como parte de los acuerdos y decisiones legislativas y políticas.

Con el actual presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Esteban Villegas Villarreal, ha mantenido una buena comunicación, lo que se refleja en acuerdos parlamentarios que evidencia la sensibilidad y oportunidad política de ambos diputados.

Y en función del decreto que reformó la Ley Orgánica, a iniciativa que en el 2018 propuso el diputado Otniel García, Esteban Villegas formará parte del órgano directivo de la Legislatura, lo cual puede traducirse en buenos dividendos para el Poder Legislativo, dada la experiencia y colmillo que ha adquirido el sanjuanero.

La nueva figura legislativa, que es una forma de darle continuidad a las alianzas electorales, se traducirá en debates de altura, de acuerdo a la pluralidad y diversidad de ideas políticas de los diputados, pero también deberá propiciar los equilibrios políticos, tanto al interior como hacia el exterior con los otros poderes, y de manera especial con el estatal, con el único propósito, de acuerdo a los considerandos del decreto, de que exista gobernabilidad en Durango.

Entre los argumentos del decreto que crea las coaliciones parlamentarias, señala como objetivo principal de fomentar los acuerdos y consensos con el titular del Poder Ejecutivo, bajo la premisa de evitar “los gobiernos divididos, mediante la creación de mecanismos de gobernabilidad”.

En medio de la pandemia, a la mejor para algunos pasó inadvertida la reforma a la Ley Orgánica, pero para los politólogos, ya desde ahora apuestan tronchado a que Sandra Amaya será la pastora de los legisladores a partir del primero de septiembre.