/ viernes 8 de marzo de 2019

Hombres y mujeres “casi” con los mismos derechos

“Ni machismo ni feminismo”, expresión coincidente que cobra relevancia en ocasión de los movimientos de reivindicación por la igualdad de género que surgen al amparo del marco “conmemorativo” del Día Internacional de la Mujer.

Son los dos extremos peligrosos a los que se puede llegar en aras de promover la defensa de los derechos de las mujeres, consideradas desde antaño, como “el sexo débil”, pero que desde 1975 en que la ONU declaró el Día Internacional de la Mujer, han surgido luchas para que no haya discriminación en la vida social, pública y privada de las féminas.

“Ni tanto que queme al santo, ni poco que no lo alumbre”, reza el refranero popular que aplica en la forma como se asimila la lucha en defensa de los derechos humanos, sociales, políticos, privados y públicos de “las reinas del hogar”, con lo cual se evitaría llegar a los extremos que generan fanatismos y falsos apasionamientos.

Hay mujeres “más papistas que el Papa”, que desde su óptica pretenden el empoderamiento, pero a costa de los derechos del sector masculino, lo cual tergiversa las reivindicaciones de igualdad de género.

Y del otro lado, hombres que en su corta visión consideran inferiores a sus compañeras de trabajo, de la casa y de la sociedad en general, lo que alienta riesgos de actitudes agresivas física y verbal, que violentan los derechos de aquellas.

Afortunadamente son escenarios que desaparecen gradualmente para dar paso a la convivencia igualitaria y armónica, pero que sin embargo, según los especialistas, aún hay brechas de desigualdad que provocan irritación social, lo cual es aprovechado por malandros para causar daño.

Para las autoridades y los organismos defensores de los Derechos Humanos, tan malo es negar condiciones de igualdad de género en todos los ámbitos de convivencia social, como denigrar a unos u otros en aras de supuestas reivindicaciones, disfrazadas con fachadas altruistas, pero que en la mayoría de las ocasiones esconden intenciones nefastas.

En tal contexto, es importante recordar en este día dedicado a las mujeres de todo el mundo, que ya no hay sexo débil, y que tanto “las unas como los otros”, ostentan los mismos derechos para desarrollarse en los espacios laborales, políticos, sociales y sobre todo del hogar.

Eso no obsta para que conste el reconocimiento doble a “las madres solteras” que a la par con llevar el hogar, trabajan para el sostén económico y de formación de sus hijos, y en muchos casos llevan a cuestas el cuidado de padres y hermanos en edad adulta.

Está en proyecto crear el marco jurídico que permita a las mujeres competir en igualdad de circunstancias con los hombres, por los espacios laborales, y además para que obtengan los mismos salarios, y no más bajos como suele ocurrir.

Y aunque los pesimistas dicen que no hay nada que conmemorar en el Día Internacional de la Mujer, por ser muchos los pendientes que existen para que alcance el status social, económico y político que tienen los hombres, en los últimos años el avance ha sido significativo y más acelerado que lo que sucedió en el siglo pasado, de ahí que los festejos al menos deberán ser en lo particular con las amas de casa, con las madres, hermanas e hijas.

En otras latitudes es cierto que no hay reconocimiento a los derechos de las mujeres, que son minimizadas en lo que hacen, y tienen puertas cerradas para incursionar en sectores políticos y labores. Pero en México el escenario es diferente, y eso es algo que sí se puede alabar.

Al menos en el papel, en México hay respeto a los derechos fundamentales de las mujeres, y ya con poca distancia de los hombres en ese aspecto.

“Ni machismo ni feminismo”, expresión coincidente que cobra relevancia en ocasión de los movimientos de reivindicación por la igualdad de género que surgen al amparo del marco “conmemorativo” del Día Internacional de la Mujer.

Son los dos extremos peligrosos a los que se puede llegar en aras de promover la defensa de los derechos de las mujeres, consideradas desde antaño, como “el sexo débil”, pero que desde 1975 en que la ONU declaró el Día Internacional de la Mujer, han surgido luchas para que no haya discriminación en la vida social, pública y privada de las féminas.

“Ni tanto que queme al santo, ni poco que no lo alumbre”, reza el refranero popular que aplica en la forma como se asimila la lucha en defensa de los derechos humanos, sociales, políticos, privados y públicos de “las reinas del hogar”, con lo cual se evitaría llegar a los extremos que generan fanatismos y falsos apasionamientos.

Hay mujeres “más papistas que el Papa”, que desde su óptica pretenden el empoderamiento, pero a costa de los derechos del sector masculino, lo cual tergiversa las reivindicaciones de igualdad de género.

Y del otro lado, hombres que en su corta visión consideran inferiores a sus compañeras de trabajo, de la casa y de la sociedad en general, lo que alienta riesgos de actitudes agresivas física y verbal, que violentan los derechos de aquellas.

Afortunadamente son escenarios que desaparecen gradualmente para dar paso a la convivencia igualitaria y armónica, pero que sin embargo, según los especialistas, aún hay brechas de desigualdad que provocan irritación social, lo cual es aprovechado por malandros para causar daño.

Para las autoridades y los organismos defensores de los Derechos Humanos, tan malo es negar condiciones de igualdad de género en todos los ámbitos de convivencia social, como denigrar a unos u otros en aras de supuestas reivindicaciones, disfrazadas con fachadas altruistas, pero que en la mayoría de las ocasiones esconden intenciones nefastas.

En tal contexto, es importante recordar en este día dedicado a las mujeres de todo el mundo, que ya no hay sexo débil, y que tanto “las unas como los otros”, ostentan los mismos derechos para desarrollarse en los espacios laborales, políticos, sociales y sobre todo del hogar.

Eso no obsta para que conste el reconocimiento doble a “las madres solteras” que a la par con llevar el hogar, trabajan para el sostén económico y de formación de sus hijos, y en muchos casos llevan a cuestas el cuidado de padres y hermanos en edad adulta.

Está en proyecto crear el marco jurídico que permita a las mujeres competir en igualdad de circunstancias con los hombres, por los espacios laborales, y además para que obtengan los mismos salarios, y no más bajos como suele ocurrir.

Y aunque los pesimistas dicen que no hay nada que conmemorar en el Día Internacional de la Mujer, por ser muchos los pendientes que existen para que alcance el status social, económico y político que tienen los hombres, en los últimos años el avance ha sido significativo y más acelerado que lo que sucedió en el siglo pasado, de ahí que los festejos al menos deberán ser en lo particular con las amas de casa, con las madres, hermanas e hijas.

En otras latitudes es cierto que no hay reconocimiento a los derechos de las mujeres, que son minimizadas en lo que hacen, y tienen puertas cerradas para incursionar en sectores políticos y labores. Pero en México el escenario es diferente, y eso es algo que sí se puede alabar.

Al menos en el papel, en México hay respeto a los derechos fundamentales de las mujeres, y ya con poca distancia de los hombres en ese aspecto.