/ jueves 2 de diciembre de 2021

Inflación pospandemia

Para una jefa o jefe de familia puede resultar complicado entender términos como inflación, inflación subyacente y no subyacente, depreciación de la moneda, mercado global.

Pero lo que si alcanzan a comprender -o resentir- es que los precios de algunos productos y servicios básicos se han disparado, provocando que el poder adquisitivo de su salario sea cada vez menor.

Las causas del fenómeno de aumento generalizado y desordenado de los precios de bienes y servicios (inflación) están estrechamente relacionadas con las taras provocadas por la pandemia de Covid-19. En efecto, durante 2020 y parte de 2021 hubo una disminución en la producción como consecuencia del confinamiento sanitario, hecho que hoy está provocando escasez y por ende el alzamiento en los precios. Me explico.

Cuando un producto o servicio es demandado pero no hay o es escaso, su precio irremediablemente tiende a subir. Por tanto, la inflación que hoy padecemos es la consecuencia de que la demanda que comienza a generarse por la apertura de la actividad cotidiana está rebasando a la oferta.

Sin duda que la inflación es un acontecimiento mundial, pero el colapso se siente con mayor intensidad en países en vías de desarrollo –como México- porque la reactivación de la producción ha llevado más tiempo debido a que el proceso de vacunación es lento y deficiente, pero sobre todo, a que carecen de una estrategia de inversión pública y privada que “saque” a la economía del atolladero.

Desafortunadamente para nuestro país el panorama no es nada alentador, el alza en los precios de los productos y servicios de primera necesidad ha ido incrementándose mes tras mes hasta alcanzar, en la primer quincena de noviembre de este 2021, un 7.05% anual, cifra que seguramente se disparará aún más en diciembre debido a que habrá más circulante por los aguinaldos y prestaciones de fin de año.

Huelga decir que una inflación del 7.05% no significa que los precios se incrementen en ese promedio, el porcentaje es acumulado, es decir, hay bienes y servicios que observan un aumento superior, por ejemplo, la electricidad se disparó en un 24% y el tomate verde un 42%.

Pareciera que México está predestinado a repetir los males que ya había superado, en 2018 regresamos al régimen presidencial populista de los años 60’s y 70’s y ahora vivimos una inflación que no se veía desde hace 20 años. Ojalá no se repitan aquellos índices de inflación de 3 dígitos.

Para una jefa o jefe de familia puede resultar complicado entender términos como inflación, inflación subyacente y no subyacente, depreciación de la moneda, mercado global.

Pero lo que si alcanzan a comprender -o resentir- es que los precios de algunos productos y servicios básicos se han disparado, provocando que el poder adquisitivo de su salario sea cada vez menor.

Las causas del fenómeno de aumento generalizado y desordenado de los precios de bienes y servicios (inflación) están estrechamente relacionadas con las taras provocadas por la pandemia de Covid-19. En efecto, durante 2020 y parte de 2021 hubo una disminución en la producción como consecuencia del confinamiento sanitario, hecho que hoy está provocando escasez y por ende el alzamiento en los precios. Me explico.

Cuando un producto o servicio es demandado pero no hay o es escaso, su precio irremediablemente tiende a subir. Por tanto, la inflación que hoy padecemos es la consecuencia de que la demanda que comienza a generarse por la apertura de la actividad cotidiana está rebasando a la oferta.

Sin duda que la inflación es un acontecimiento mundial, pero el colapso se siente con mayor intensidad en países en vías de desarrollo –como México- porque la reactivación de la producción ha llevado más tiempo debido a que el proceso de vacunación es lento y deficiente, pero sobre todo, a que carecen de una estrategia de inversión pública y privada que “saque” a la economía del atolladero.

Desafortunadamente para nuestro país el panorama no es nada alentador, el alza en los precios de los productos y servicios de primera necesidad ha ido incrementándose mes tras mes hasta alcanzar, en la primer quincena de noviembre de este 2021, un 7.05% anual, cifra que seguramente se disparará aún más en diciembre debido a que habrá más circulante por los aguinaldos y prestaciones de fin de año.

Huelga decir que una inflación del 7.05% no significa que los precios se incrementen en ese promedio, el porcentaje es acumulado, es decir, hay bienes y servicios que observan un aumento superior, por ejemplo, la electricidad se disparó en un 24% y el tomate verde un 42%.

Pareciera que México está predestinado a repetir los males que ya había superado, en 2018 regresamos al régimen presidencial populista de los años 60’s y 70’s y ahora vivimos una inflación que no se veía desde hace 20 años. Ojalá no se repitan aquellos índices de inflación de 3 dígitos.