/ miércoles 24 de junio de 2020

Invocar la libertad para obtener ganancia

Diputado, senador, gobernador de Veracruz y primer presidente del México independiente (1824-1829), fue Guadalupe Victoria. Republicano, firme en su actuar, comprometido, hábil en la táctica de guerrillas y gran impulsor de la fuerza de las ideas y del federalismo mexicano.

En cuatro años nuestra nación conmemorará el bicentenario del federalismo, en un momento posterior a décadas de saqueos e injusticias, ahora enfrenta múltiples y complejos desafíos: La desigualdad social, la corrupción e impunidad y los reacomodos políticos de grupos que pretenden resistir los cambios que la sociedad demanda.

Una de las constantes ante la pandemia del Covid-19 y aprovechando la coyuntura del sufrimiento de la población, ha sido la conformación de bloques de gobernadores, independientemente de su ideología partidista en aras de la libertad y con la bandera de una mejor distribución de la riqueza en el país.

Así hemos visto a gobernadores que más allá del #QuédateEnCasa van de un estado a otro, del bosque a la playa y de la seca a la meca, para pregonar como adalides medievales que hay que rescatar la libertad, atacar la corrupción y la impunidad.

Pocos son los que les han creído, ya que mientras recorren el país en jets de lujo, escoltas y la misma parafernalia humillante para el pueblo, entregan recursos a unos cuantos de preferencia amigos y familiares, desbaratan fondos sin límite alguno sin resolver la crítica situación económica y pidiendo préstamos de 2 mil 800 millones endeudando a los estados, ya que al fin y al cabo ellos no los pagarán y desde esa visión irresponsable se atreven a solicitar al presidente de la República que endeude al país para que les lleguen más recursos a las arcas estatales.

Invocar la libertad remitiéndose al ejemplo de los otros, así lo mencionan en su manifiesto para la defensa del federalismo ante la contingencia por el Covid-19, impartir una mejor educación, pero olvidan que justo tres de los congresos locales en estados gobernados por Acción Nacional y en uno gobernado por un independiente, se promueve conculcar los derechos educativos mediante el PIN parental.

En varios de los casos los gobernadores turistas le quedan a deber a los ciudadanos al haber incumplido sus promesas de campaña.

Esos mandatarios estatales también han fijado una posición en contra de que sea el Gobierno Federal quien regule los semáforos sanitarios, establecieron desde hace varias semanas sus propios semáforos y medidas para combatir la emergencia sanitaria. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados, ni los mejores para la población ya que varios de los estados gobernados por los manifestantes son los que se encuentran en las condiciones sanitarias más complicadas, así cito el caso de nuestro Durango donde ya tenemos más de mil contagios y la desesperanza permea entre los habitantes y el personal de salud.

Dentro de lo críticos que han sido este bloque de gobernadores con el Gobierno Federal, sería bueno que más allá de cerrar el Centro Histórico de la capital, se explicara por qué se autorizó la reapertura de los centros comerciales y la relajación de medidas que permitieron la desobediencia civil, por qué dentro de sus gobiernos de avanzada no han implementado cercos sanitarios útiles cerrando las empresas que se han convertido en focos de contagio locales y nacionales y sobre todo, por qué han implementado medidas coercitivas que han costado vidas en sus entidades.

Entonces, todo este desordenado despliegue de aparente unidad, riqueza, interés ciudadano, este concierto de personalidades, intereses y aparente entendimiento, ¿qué pretende? Pues la respuesta salta a la vista: Las elecciones del 6 de junio de 2021. Para poner en perspectiva esos comicios, porque en 15 estados se renovarán gubernaturas y los 500 diputados federales, congresos locales de entre más de tres mil puestos de representación popular. México es un país con historia, construida con la sangre y esfuerzo de millones. A la par de los procesos y transformaciones del país, Durango ha caminado en consonancia. Guadalupe Victoria es claro ejemplo del camino a seguir.

Diputado, senador, gobernador de Veracruz y primer presidente del México independiente (1824-1829), fue Guadalupe Victoria. Republicano, firme en su actuar, comprometido, hábil en la táctica de guerrillas y gran impulsor de la fuerza de las ideas y del federalismo mexicano.

En cuatro años nuestra nación conmemorará el bicentenario del federalismo, en un momento posterior a décadas de saqueos e injusticias, ahora enfrenta múltiples y complejos desafíos: La desigualdad social, la corrupción e impunidad y los reacomodos políticos de grupos que pretenden resistir los cambios que la sociedad demanda.

Una de las constantes ante la pandemia del Covid-19 y aprovechando la coyuntura del sufrimiento de la población, ha sido la conformación de bloques de gobernadores, independientemente de su ideología partidista en aras de la libertad y con la bandera de una mejor distribución de la riqueza en el país.

Así hemos visto a gobernadores que más allá del #QuédateEnCasa van de un estado a otro, del bosque a la playa y de la seca a la meca, para pregonar como adalides medievales que hay que rescatar la libertad, atacar la corrupción y la impunidad.

Pocos son los que les han creído, ya que mientras recorren el país en jets de lujo, escoltas y la misma parafernalia humillante para el pueblo, entregan recursos a unos cuantos de preferencia amigos y familiares, desbaratan fondos sin límite alguno sin resolver la crítica situación económica y pidiendo préstamos de 2 mil 800 millones endeudando a los estados, ya que al fin y al cabo ellos no los pagarán y desde esa visión irresponsable se atreven a solicitar al presidente de la República que endeude al país para que les lleguen más recursos a las arcas estatales.

Invocar la libertad remitiéndose al ejemplo de los otros, así lo mencionan en su manifiesto para la defensa del federalismo ante la contingencia por el Covid-19, impartir una mejor educación, pero olvidan que justo tres de los congresos locales en estados gobernados por Acción Nacional y en uno gobernado por un independiente, se promueve conculcar los derechos educativos mediante el PIN parental.

En varios de los casos los gobernadores turistas le quedan a deber a los ciudadanos al haber incumplido sus promesas de campaña.

Esos mandatarios estatales también han fijado una posición en contra de que sea el Gobierno Federal quien regule los semáforos sanitarios, establecieron desde hace varias semanas sus propios semáforos y medidas para combatir la emergencia sanitaria. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados, ni los mejores para la población ya que varios de los estados gobernados por los manifestantes son los que se encuentran en las condiciones sanitarias más complicadas, así cito el caso de nuestro Durango donde ya tenemos más de mil contagios y la desesperanza permea entre los habitantes y el personal de salud.

Dentro de lo críticos que han sido este bloque de gobernadores con el Gobierno Federal, sería bueno que más allá de cerrar el Centro Histórico de la capital, se explicara por qué se autorizó la reapertura de los centros comerciales y la relajación de medidas que permitieron la desobediencia civil, por qué dentro de sus gobiernos de avanzada no han implementado cercos sanitarios útiles cerrando las empresas que se han convertido en focos de contagio locales y nacionales y sobre todo, por qué han implementado medidas coercitivas que han costado vidas en sus entidades.

Entonces, todo este desordenado despliegue de aparente unidad, riqueza, interés ciudadano, este concierto de personalidades, intereses y aparente entendimiento, ¿qué pretende? Pues la respuesta salta a la vista: Las elecciones del 6 de junio de 2021. Para poner en perspectiva esos comicios, porque en 15 estados se renovarán gubernaturas y los 500 diputados federales, congresos locales de entre más de tres mil puestos de representación popular. México es un país con historia, construida con la sangre y esfuerzo de millones. A la par de los procesos y transformaciones del país, Durango ha caminado en consonancia. Guadalupe Victoria es claro ejemplo del camino a seguir.

ÚLTIMASCOLUMNAS