/ jueves 27 de enero de 2022

Irreversible el cambio climático

No hay duda, la Tierra es mucho más caliente que hace un siglo y su temperatura sigue en aumento. El nuevo informe de cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) asegura que los efectos de la crisis climática no se han visto en milenios y de no reducir sustancialmente las emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera, tomará el mismo tiempo revertirlos.

Olas de calor extremo, incendios forestales incontenibles y disminución de la biodiversidad en el planeta están entre los estragos directos que ya se están observando en la actualidad. Hablar en futuro sobre los problemas que traerá la emergencia climática global nos ha ganado tiempo mentalmente, mientras los ecosistemas en el mundo se estresan hasta extremos críticos a causa de la sobreexplotación y la actividad industrial.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas publicó su esperado informe sobre cómo el calentamiento global cambiará nuestro planeta en las próximas décadas. Se trata del análisis de más de 14 mil artículos científicos, el más completo hasta la fecha.

Según las conclusiones del informe, las emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían quebrar un límite clave de la temperatura global en poco más de una década.

El cambio climático es irreversible, generalizado, rápido y se está intensificando, se están observando cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto.

Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios. Sin embargo, una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático.

Entre 1970 y 2019, el 79% de las catástrofes de todo el mundo estuvieron relacionadas con el tiempo, el agua y el clima. Estas catástrofes representaron el 56% de los fallecimientos y el 75% de las pérdidas económicas derivadas de las catástrofes asociadas a riesgos naturales y notificadas durante ese periodo.

A medida que el cambio climático sigue amenazando las vidas humanas, los ecosistemas y las economías, la información sobre los riesgos y los ecosistemas de alerta temprana se consideran cada vez más fundamentales para reducir estos impactos.

El último informe de la OMM destaca el progreso realizado en la capacidad de los sistemas de alerta temprana e identifica dónde y cómo los gobiernos pueden invertir en estos sistemas efectivos a fin de reforzar la resiliencia de los países frente a los múltiples peligros relacionados con el tiempo, el agua y el clima.

El cambio climático no se ha detenido por la Covid-19, siguen los efectos irreversibles y cada vez mayores, afectando a los glaciares, los océanos, la naturaleza, las economías y las condiciones de vida de los seres humanos, y a menudo se percibe a través de riesgos relacionados con el agua, como sequías o inundaciones.

Asimismo, en el informe se documenta cómo la pandemia ha obstaculizado nuestra capacidad de realizar un seguimiento de esos cambios mediante el sistema de observación mundial.

Es tiempo de volver los ojos a la naturaleza, de ahí depende la sobrevivencia del ser humano como especie.

No hay duda, la Tierra es mucho más caliente que hace un siglo y su temperatura sigue en aumento. El nuevo informe de cambio climático del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) asegura que los efectos de la crisis climática no se han visto en milenios y de no reducir sustancialmente las emisiones de dióxido de carbono en la atmósfera, tomará el mismo tiempo revertirlos.

Olas de calor extremo, incendios forestales incontenibles y disminución de la biodiversidad en el planeta están entre los estragos directos que ya se están observando en la actualidad. Hablar en futuro sobre los problemas que traerá la emergencia climática global nos ha ganado tiempo mentalmente, mientras los ecosistemas en el mundo se estresan hasta extremos críticos a causa de la sobreexplotación y la actividad industrial.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas publicó su esperado informe sobre cómo el calentamiento global cambiará nuestro planeta en las próximas décadas. Se trata del análisis de más de 14 mil artículos científicos, el más completo hasta la fecha.

Según las conclusiones del informe, las emisiones continuas de gases de efecto invernadero podrían quebrar un límite clave de la temperatura global en poco más de una década.

El cambio climático es irreversible, generalizado, rápido y se está intensificando, se están observando cambios en el clima de la Tierra en todas las regiones y en el sistema climático en su conjunto.

Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios. Sin embargo, una reducción sustancial y sostenida de las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de otros gases de efecto invernadero permitiría limitar el cambio climático.

Entre 1970 y 2019, el 79% de las catástrofes de todo el mundo estuvieron relacionadas con el tiempo, el agua y el clima. Estas catástrofes representaron el 56% de los fallecimientos y el 75% de las pérdidas económicas derivadas de las catástrofes asociadas a riesgos naturales y notificadas durante ese periodo.

A medida que el cambio climático sigue amenazando las vidas humanas, los ecosistemas y las economías, la información sobre los riesgos y los ecosistemas de alerta temprana se consideran cada vez más fundamentales para reducir estos impactos.

El último informe de la OMM destaca el progreso realizado en la capacidad de los sistemas de alerta temprana e identifica dónde y cómo los gobiernos pueden invertir en estos sistemas efectivos a fin de reforzar la resiliencia de los países frente a los múltiples peligros relacionados con el tiempo, el agua y el clima.

El cambio climático no se ha detenido por la Covid-19, siguen los efectos irreversibles y cada vez mayores, afectando a los glaciares, los océanos, la naturaleza, las economías y las condiciones de vida de los seres humanos, y a menudo se percibe a través de riesgos relacionados con el agua, como sequías o inundaciones.

Asimismo, en el informe se documenta cómo la pandemia ha obstaculizado nuestra capacidad de realizar un seguimiento de esos cambios mediante el sistema de observación mundial.

Es tiempo de volver los ojos a la naturaleza, de ahí depende la sobrevivencia del ser humano como especie.