/ viernes 19 de abril de 2019

Jóvenes volver a pensar

El mártir del Gólgota

Hace unos años se cuenta con la película de Mel Gibson sobre las últimas doce horas de la vida de Nuestro Señor: “La Pasión de Cristo”. No podemos sino alegrarnos de que después de tantos años sea presentada al público de todo el mundo, una película hecha por un católico y que presenta una visión absolutamente ortodoxa de La Pasión.

Estábamos acostumbrados desde treinta años a películas que ofrecían una versión “light” de Jesucristo (como el “Jesús de Nazaret”, de Zefirelli), conforme a la doctrina del Concilio Vaticano II, por no hablar de aquellos deliberadamente blasfemos. Como se sabe, “La Pasión” ha desencadenado mucha polémica en la prensa internacional, aún antes de ser presentada en las salas cinematográficas, sobre todo por la acusación de antisemitismo.

Este artículo quiere completar el de diferentes críticos, en la óptima recensión de la película publicada al paso del tiempo. Presentamos aquí algunos comentarios y juicios de “personajes notables” publicados en los diarios italianos sobre la película de Mel Gibson. Como se verá, son fundamentalmente negativos, pero esto es un buen signo, precisamente por su procedencia (“dime con quién andas y te diré quién eres”, dice el proverbio).

Para Bruno Vespa, la película “pone a los judíos contra los católicos por cuestión de negocios. Francesco Cossiga, que se define “católico conciliar”, define a la película como un “horror, un western religioso... que inspira sentimientos de venganza y destruye totalmente la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre los judíos, “nuestros hermanos mayores”.

Para Furio Colombo, director del ‘Unita (órgano oficial del partido comunista italiano), “La Pasión” es una película pornográfica que debería prohibirse a los niños. (...) Que pertenece más a la historia psiquiátrica que a la del cine”. Colombo se pregunta cómo “en nuestros días, la cultura, la iglesia y el público aceptan una película pornográfica y blasfema. Blasfema sobre todo en esto: En vez de perdonar los pecados del mundo, en esta película la interminable tortura de Cristo sirve para enumerar una por una las culpas de los judíos y su inevitable condenación. Es sorprendente, es vergonzoso, pero está sucediendo.

Hace poco también en Roma, a dos pasos del Papa” (l‘Unita, 20/03/2004), la acusación de “pornografía” parece tomada directamente del Talmud, pero se podría decir más simplemente que “de la abundancia del corazón, habla la boca”; y que es igualmente sorprendente ver al comunista (y judío) Colombo, tomar la defensa de la “Iglesia y del Papa”.

El director Zefirelli durante una entrevista a Radio 24 ha criticado la película de Gibson como “demasiado violenta”; pero su juicio parece derivar más bien de un “conflicto de intereses”, ya que él dirigió en los años ‘70 su “Jesús de Nazaret”, que era hasta ahora considerada como la película católica por excelencia (sobre la cual, a decir verdad, habría mucho para volver a decir).

En cambio, es positiva la recensión que hace de la película el Padre di Noia, de la congregación para la doctrina de la Fe (www.zenit.org.). Para él la película “requiere los ojos de la fe para ver que la desfiguración del cuerpo de Cristo representa la desfiguración espiritual y el desorden causado por el pecado. (...) Hay una sensibilidad católica muy eficaz, la película de Mel Gibson será indudablemente contada entre las mejores”.

Sobre la cuestión del antisemitismo el padre di Noia dice que Gibson “no exagera ni minimiza el papel de las autoridades judías y del procedimiento legal relativos a la condenación de Jesús, (...) y que la película propone lo que los evangelistas y la Iglesia han visto siempre con claridad”.

Finalmente, en cuanto al mensaje espiritual, el padre Di Noia dice: “Creo que la película de Mel Gibson moverá a la gente al amor. El corazón tendría que ser de piedra para permanecer impasible ante esta película extraordinaria y ante la impenetrable profundidad del amor divino que trata de mostrar vivamente en la pantalla”. Se puede decir que se trata de una película “excepcional”, que sale de la norma de cuánto estamos habituados a ver.

A pesar de todos los límites de una obra cinematográfica, parece acercarse a las obras de arte de la pintura del pasado, que tanto han ayudado a la meditación de la Pasión del Señor. Se trata incluso de una “representación sagrada”, que ayuda a meditar en los sufrimientos de Jesucristo Nuestro Salvador, a fin de que los hombres “vean a aquel que han traspasado” (Juan. XIX, 37).

Todos aquellos que miren esta película sin prejuicios, podrán, por la gracia de Dios y a través de la preciosísima Sangre de Jesús, penetrar en el misterio del inefable amor divino, ya que como dice el Evangelio: “no hay amor más grande que dar la vida por sus amigos” (Juan. XV, 13); y justamente Jesús ha muerto por nosotros, para mostrarnos su gran amor.

Omnes homines natura scire desiderant “Todos los hombres desean por naturaleza saber”.

tomymx@me.com

El mártir del Gólgota

Hace unos años se cuenta con la película de Mel Gibson sobre las últimas doce horas de la vida de Nuestro Señor: “La Pasión de Cristo”. No podemos sino alegrarnos de que después de tantos años sea presentada al público de todo el mundo, una película hecha por un católico y que presenta una visión absolutamente ortodoxa de La Pasión.

Estábamos acostumbrados desde treinta años a películas que ofrecían una versión “light” de Jesucristo (como el “Jesús de Nazaret”, de Zefirelli), conforme a la doctrina del Concilio Vaticano II, por no hablar de aquellos deliberadamente blasfemos. Como se sabe, “La Pasión” ha desencadenado mucha polémica en la prensa internacional, aún antes de ser presentada en las salas cinematográficas, sobre todo por la acusación de antisemitismo.

Este artículo quiere completar el de diferentes críticos, en la óptima recensión de la película publicada al paso del tiempo. Presentamos aquí algunos comentarios y juicios de “personajes notables” publicados en los diarios italianos sobre la película de Mel Gibson. Como se verá, son fundamentalmente negativos, pero esto es un buen signo, precisamente por su procedencia (“dime con quién andas y te diré quién eres”, dice el proverbio).

Para Bruno Vespa, la película “pone a los judíos contra los católicos por cuestión de negocios. Francesco Cossiga, que se define “católico conciliar”, define a la película como un “horror, un western religioso... que inspira sentimientos de venganza y destruye totalmente la enseñanza del Concilio Vaticano II sobre los judíos, “nuestros hermanos mayores”.

Para Furio Colombo, director del ‘Unita (órgano oficial del partido comunista italiano), “La Pasión” es una película pornográfica que debería prohibirse a los niños. (...) Que pertenece más a la historia psiquiátrica que a la del cine”. Colombo se pregunta cómo “en nuestros días, la cultura, la iglesia y el público aceptan una película pornográfica y blasfema. Blasfema sobre todo en esto: En vez de perdonar los pecados del mundo, en esta película la interminable tortura de Cristo sirve para enumerar una por una las culpas de los judíos y su inevitable condenación. Es sorprendente, es vergonzoso, pero está sucediendo.

Hace poco también en Roma, a dos pasos del Papa” (l‘Unita, 20/03/2004), la acusación de “pornografía” parece tomada directamente del Talmud, pero se podría decir más simplemente que “de la abundancia del corazón, habla la boca”; y que es igualmente sorprendente ver al comunista (y judío) Colombo, tomar la defensa de la “Iglesia y del Papa”.

El director Zefirelli durante una entrevista a Radio 24 ha criticado la película de Gibson como “demasiado violenta”; pero su juicio parece derivar más bien de un “conflicto de intereses”, ya que él dirigió en los años ‘70 su “Jesús de Nazaret”, que era hasta ahora considerada como la película católica por excelencia (sobre la cual, a decir verdad, habría mucho para volver a decir).

En cambio, es positiva la recensión que hace de la película el Padre di Noia, de la congregación para la doctrina de la Fe (www.zenit.org.). Para él la película “requiere los ojos de la fe para ver que la desfiguración del cuerpo de Cristo representa la desfiguración espiritual y el desorden causado por el pecado. (...) Hay una sensibilidad católica muy eficaz, la película de Mel Gibson será indudablemente contada entre las mejores”.

Sobre la cuestión del antisemitismo el padre di Noia dice que Gibson “no exagera ni minimiza el papel de las autoridades judías y del procedimiento legal relativos a la condenación de Jesús, (...) y que la película propone lo que los evangelistas y la Iglesia han visto siempre con claridad”.

Finalmente, en cuanto al mensaje espiritual, el padre Di Noia dice: “Creo que la película de Mel Gibson moverá a la gente al amor. El corazón tendría que ser de piedra para permanecer impasible ante esta película extraordinaria y ante la impenetrable profundidad del amor divino que trata de mostrar vivamente en la pantalla”. Se puede decir que se trata de una película “excepcional”, que sale de la norma de cuánto estamos habituados a ver.

A pesar de todos los límites de una obra cinematográfica, parece acercarse a las obras de arte de la pintura del pasado, que tanto han ayudado a la meditación de la Pasión del Señor. Se trata incluso de una “representación sagrada”, que ayuda a meditar en los sufrimientos de Jesucristo Nuestro Salvador, a fin de que los hombres “vean a aquel que han traspasado” (Juan. XIX, 37).

Todos aquellos que miren esta película sin prejuicios, podrán, por la gracia de Dios y a través de la preciosísima Sangre de Jesús, penetrar en el misterio del inefable amor divino, ya que como dice el Evangelio: “no hay amor más grande que dar la vida por sus amigos” (Juan. XV, 13); y justamente Jesús ha muerto por nosotros, para mostrarnos su gran amor.

Omnes homines natura scire desiderant “Todos los hombres desean por naturaleza saber”.

tomymx@me.com