/ viernes 7 de junio de 2019

Jóvenes volver a pensar

Las mentiras

Los ciudadanos normales, tenemos la obligación de no dejarnos engañar por la clase política actual, que gobierna el país, ni por los medios de comunicación masivos. Nos van en ello, la justicia, la libertad, los pobres, y la ¡corrupción! – y, lo más doloroso: La esperanza popular.

Si nos repiten algo hasta que, invariablemente, creemos que lo hemos pensado nosotros, lo repetido es falso y a esta sencilla máxima hay que remitirse ante cualquier duda o incredulidad. Simple ejemplo de la poca importancia que se da a la verdad en México y del mucho uso que se hace de la mentira. Y es esa mentira la que hiere la convivencia natural de las personas, la que las enfrenta y la que les arrebata partes del mundo que debieran conocer para ser algo más libres.

¿Qué es la mentira? Sin recurrir a una filosofía más o menos complicada, definámosla como se siente: “Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, cree o piensa”. En otras palabras, es la falsificación de uno mismo, ¿Es pura casualidad? Pero para enfrentarse a la mentira no se debe llegar a no creer en nada, que sería una forma de que la mentira no alcanzará jamás al que la recibe. Crearía más problemas el no creer que el creer en lo equivocado.

La postura recomendable es dar a cada cosa su importancia sin olvidar que la jerarquía de las cosas de nuestro mundo siempre es pequeña. Decía el ensayista francés Revel en su “Conocimiento inútil” que vivíamos bajo el dominio de la mentira.

De un sexenio de la mentira, otro patético inicio que será recordado como “los errores de diciembre” sino por el fracaso en términos energéticos, la guerra del “huachicol” ¡qué desorganización! que, en un país petrolero por excelencia, el mal manejo haga una crisis que incida en la macro y microeconomía del país, con los tremendos desabastos del vital líquido en la economía nacional, definitivamente en este inicio de sexenio se va a las peores épocas de ostracismo, inseguridad y de frustración colectiva de los ciudadanos del país.

Me pregunto ¿cuál será la reacción popular? ¿De aceptación? ¿De rechazo? De qué está forjado el mexicano actual, de un conformismo mediocre, o de la belle indifference o quizás ya tendrá suficiente conciencia colectiva y hacer un frente común para iniciar la metamorfosis del poder público, todo las malas decisiones del actual gobierno tales como la cancelación de NAICM, sustituirlo por Santa Lucia, esa refinería de dos bocas que será “el Chernobyl” del sureste mexicano, por la depredación del ecosistema y para “rematarla” ese trenecito maya, que también devastará esa fértil región de la patria, obviamente la economía nacional ya resiente estos errores del orto de este sexenio, que transita si – si hacia una recesión económica, y finalmente con la actual “puñalada trapera” que acaba de propiciar Trump a la economía con el aumentos de aranceles, a la ya muy frágil economía del país y del ciudadano, y aquí precisamente es donde ya no cabe ni ideologías, menos filosofía política, no posiciones de derecha y/o izquierda, todos esos grupúsculos llamados partidos políticos han quedado rebasados por su inoperancia, y por el fracaso político-administrativo del país, siendo lamentable que México ahora vaya al retroceso económico, además el panorama actual y del futuro mediato está demasiado pesimista, ya lo menciono don Porfirio Díaz: “Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Ahora que el estado actual de las cosas, ya están rebasando al gobierno, debemos ser promotores del unión, más no del gobierno, sino de los mexicanos… Salus populi suprema lex – “La seguridad de la gente es la ley suprema”.

tomymx@me.com

Las mentiras

Los ciudadanos normales, tenemos la obligación de no dejarnos engañar por la clase política actual, que gobierna el país, ni por los medios de comunicación masivos. Nos van en ello, la justicia, la libertad, los pobres, y la ¡corrupción! – y, lo más doloroso: La esperanza popular.

Si nos repiten algo hasta que, invariablemente, creemos que lo hemos pensado nosotros, lo repetido es falso y a esta sencilla máxima hay que remitirse ante cualquier duda o incredulidad. Simple ejemplo de la poca importancia que se da a la verdad en México y del mucho uso que se hace de la mentira. Y es esa mentira la que hiere la convivencia natural de las personas, la que las enfrenta y la que les arrebata partes del mundo que debieran conocer para ser algo más libres.

¿Qué es la mentira? Sin recurrir a una filosofía más o menos complicada, definámosla como se siente: “Expresión o manifestación contraria a lo que se sabe, cree o piensa”. En otras palabras, es la falsificación de uno mismo, ¿Es pura casualidad? Pero para enfrentarse a la mentira no se debe llegar a no creer en nada, que sería una forma de que la mentira no alcanzará jamás al que la recibe. Crearía más problemas el no creer que el creer en lo equivocado.

La postura recomendable es dar a cada cosa su importancia sin olvidar que la jerarquía de las cosas de nuestro mundo siempre es pequeña. Decía el ensayista francés Revel en su “Conocimiento inútil” que vivíamos bajo el dominio de la mentira.

De un sexenio de la mentira, otro patético inicio que será recordado como “los errores de diciembre” sino por el fracaso en términos energéticos, la guerra del “huachicol” ¡qué desorganización! que, en un país petrolero por excelencia, el mal manejo haga una crisis que incida en la macro y microeconomía del país, con los tremendos desabastos del vital líquido en la economía nacional, definitivamente en este inicio de sexenio se va a las peores épocas de ostracismo, inseguridad y de frustración colectiva de los ciudadanos del país.

Me pregunto ¿cuál será la reacción popular? ¿De aceptación? ¿De rechazo? De qué está forjado el mexicano actual, de un conformismo mediocre, o de la belle indifference o quizás ya tendrá suficiente conciencia colectiva y hacer un frente común para iniciar la metamorfosis del poder público, todo las malas decisiones del actual gobierno tales como la cancelación de NAICM, sustituirlo por Santa Lucia, esa refinería de dos bocas que será “el Chernobyl” del sureste mexicano, por la depredación del ecosistema y para “rematarla” ese trenecito maya, que también devastará esa fértil región de la patria, obviamente la economía nacional ya resiente estos errores del orto de este sexenio, que transita si – si hacia una recesión económica, y finalmente con la actual “puñalada trapera” que acaba de propiciar Trump a la economía con el aumentos de aranceles, a la ya muy frágil economía del país y del ciudadano, y aquí precisamente es donde ya no cabe ni ideologías, menos filosofía política, no posiciones de derecha y/o izquierda, todos esos grupúsculos llamados partidos políticos han quedado rebasados por su inoperancia, y por el fracaso político-administrativo del país, siendo lamentable que México ahora vaya al retroceso económico, además el panorama actual y del futuro mediato está demasiado pesimista, ya lo menciono don Porfirio Díaz: “Pobre México tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”. Ahora que el estado actual de las cosas, ya están rebasando al gobierno, debemos ser promotores del unión, más no del gobierno, sino de los mexicanos… Salus populi suprema lex – “La seguridad de la gente es la ley suprema”.

tomymx@me.com