/ viernes 6 de marzo de 2020

Jóvenes volver a pensar

Vida después de la vida (Crónicas de hospital)

Pequeñas historias de héroes anónimos, que vivimos dentro del Hospital General de Durango, una pequeña narración que inicia: “Hola... soy Roberto, tenía 35 años cuando mi riñón empezó a fallar me debilité bastante... ya no podía jugar futbol. Pensé que la vida se escapaba de mis manos, que no iba a poder ver crecer a mi hijo.

“Pasaba casi 8 horas 3 veces a la semana entre la espera del turno para la hemodiálisis como en el procedimiento. Después de la diálisis llegaba tan cansado a casa que no podía dedicarle tiempo a mi familia. Tuve que bajar la cantidad de líquidos que consumía. Comencé a sufrir de presión alta, retención de líquidos, se me hinchaban los pies, se me agrandó el corazón. Tantas veces estuve internado en el hospital que hasta perdí la cuenta. Recuerdo el día que me llamaron por teléfono para avisarme que tenía la oportunidad de trasplantarme.

Tuve que tomarlo con calma para que no me diera fiebre o se me subiera la presión por la emoción. Llamé a toda mi familia para avisarles. Ahora que me trasplanté pude recuperar mi vida... ya puedo compartir tiempo con mi esposa y mis hijos. Y Jugar con ellos.

Otra similar. ¡Qué tal! Mi nombre es Manuel N. Hace unos años, estando de viaje empecé a sentirme mal. Al llegar a Durango, me fui sintiendo peor. Me hice unos exámenes y resultó que tenía una hepatitis. Estando hospitalizado, tuve una reacción severa irreversible. Me diagnosticaron Hepatitis C fulminante que solo sucede uno en un millón. El sistema inmunológico para atacar el virus estaba destruyendo mi hígado. Sólo me daban una semana de vida. Rápidamente, mi familia decide enviarme a la Ciudad de México donde estuve en una lista de espera para trasplante de hígado.

Los primeros órganos que aparecieron no eran compatibles conmigo. Estaba en coma, con los riñones paralizados y con escasas una o dos horas de vida, aparece el tercer órgano que, gracias a Dios, era compatible. Luego de 18 horas de operación se me trasplantó con éxito el hígado. Tengo ahora la oportunidad de una vida normal. Ver crecer a mis hijos, disfrutar de la familia, seguir trabajando normalmente y poder llevar una vida más placentera y a gusto.

Sin ese regalo de vida no estaría aquí contando mi historia. Otra Historia de Vida después de la vida: Por sobre Todo gracias por permitirme expresarme… he llorado mucho a partir del momento en que volví a ver, las vi, y las tengo siempre guardados en mi corazón para verlos cuando así lo siento necesario.... me dan mucha fuerza y me hacen tomar conciencia de lo importante que fue la donación de esa córnea que hicieron... tal vez...sólo tal vez, y ojalá así sea, yo tengo una de las corneas de su hija y gracias a él hoy yo esté viendo como los dioses...

A médicos y enfermeras agradecerles todo, pero por sobre toda la oración que hicieron por mí desde el primer momento para que pueda ver.... de alguna manera, ustedes (ella desde el cielo y ustedes desde la tierra, muy dolorida) me ayudan a ver desde el corazón la realidad que estoy viviendo y que es maravillosa, a pesar de las diferentes situaciones adversas que presenta la vida...

Ahora decidí que, a pesar de todo, lo que nos une es el amor por la vida... y que juntas debemos seguir luchando ...y por todo lo que sigue y yo por cuidar estos ojitos, el operado para que pueda seguir viendo como hasta ahora sin rechazo y el que espera otro trasplante… preparándolo para de algún modo recibir de otra familia.... la del que me abra su corazón y done otra córnea.... ahora tengo dos familias, la mía de sangre, la de la córnea trasplantada... ojalá sea la de ella.... y porqué no una tercera, desde el corazón, la tuya, porque ella y médicos y enfermeras están siempre en mis pensamientos… MUCHAS GRACIAS, QUE DIOS LOS BENDIGA.

Así tendríamos muchos relatos de vida después de la vida, sólo gracias a la bondad de las familias que de su ser querido ya con muerte cerebral y conforme a la legislación sanitaria estamos facultados para realizar esta loable labor humanista de la medicina en nuestro Hospital General de Durango, donde un gran equipo multidisciplinario (médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, etc.) de primer orden, sin más interés que dar vida después de la vida, y por qué no querido lector ¿es usted donador voluntario?... Mors certa, sed hora incerta. La muerta es segura, pero la hora incierta.

tomymx@me.com

Vida después de la vida (Crónicas de hospital)

Pequeñas historias de héroes anónimos, que vivimos dentro del Hospital General de Durango, una pequeña narración que inicia: “Hola... soy Roberto, tenía 35 años cuando mi riñón empezó a fallar me debilité bastante... ya no podía jugar futbol. Pensé que la vida se escapaba de mis manos, que no iba a poder ver crecer a mi hijo.

“Pasaba casi 8 horas 3 veces a la semana entre la espera del turno para la hemodiálisis como en el procedimiento. Después de la diálisis llegaba tan cansado a casa que no podía dedicarle tiempo a mi familia. Tuve que bajar la cantidad de líquidos que consumía. Comencé a sufrir de presión alta, retención de líquidos, se me hinchaban los pies, se me agrandó el corazón. Tantas veces estuve internado en el hospital que hasta perdí la cuenta. Recuerdo el día que me llamaron por teléfono para avisarme que tenía la oportunidad de trasplantarme.

Tuve que tomarlo con calma para que no me diera fiebre o se me subiera la presión por la emoción. Llamé a toda mi familia para avisarles. Ahora que me trasplanté pude recuperar mi vida... ya puedo compartir tiempo con mi esposa y mis hijos. Y Jugar con ellos.

Otra similar. ¡Qué tal! Mi nombre es Manuel N. Hace unos años, estando de viaje empecé a sentirme mal. Al llegar a Durango, me fui sintiendo peor. Me hice unos exámenes y resultó que tenía una hepatitis. Estando hospitalizado, tuve una reacción severa irreversible. Me diagnosticaron Hepatitis C fulminante que solo sucede uno en un millón. El sistema inmunológico para atacar el virus estaba destruyendo mi hígado. Sólo me daban una semana de vida. Rápidamente, mi familia decide enviarme a la Ciudad de México donde estuve en una lista de espera para trasplante de hígado.

Los primeros órganos que aparecieron no eran compatibles conmigo. Estaba en coma, con los riñones paralizados y con escasas una o dos horas de vida, aparece el tercer órgano que, gracias a Dios, era compatible. Luego de 18 horas de operación se me trasplantó con éxito el hígado. Tengo ahora la oportunidad de una vida normal. Ver crecer a mis hijos, disfrutar de la familia, seguir trabajando normalmente y poder llevar una vida más placentera y a gusto.

Sin ese regalo de vida no estaría aquí contando mi historia. Otra Historia de Vida después de la vida: Por sobre Todo gracias por permitirme expresarme… he llorado mucho a partir del momento en que volví a ver, las vi, y las tengo siempre guardados en mi corazón para verlos cuando así lo siento necesario.... me dan mucha fuerza y me hacen tomar conciencia de lo importante que fue la donación de esa córnea que hicieron... tal vez...sólo tal vez, y ojalá así sea, yo tengo una de las corneas de su hija y gracias a él hoy yo esté viendo como los dioses...

A médicos y enfermeras agradecerles todo, pero por sobre toda la oración que hicieron por mí desde el primer momento para que pueda ver.... de alguna manera, ustedes (ella desde el cielo y ustedes desde la tierra, muy dolorida) me ayudan a ver desde el corazón la realidad que estoy viviendo y que es maravillosa, a pesar de las diferentes situaciones adversas que presenta la vida...

Ahora decidí que, a pesar de todo, lo que nos une es el amor por la vida... y que juntas debemos seguir luchando ...y por todo lo que sigue y yo por cuidar estos ojitos, el operado para que pueda seguir viendo como hasta ahora sin rechazo y el que espera otro trasplante… preparándolo para de algún modo recibir de otra familia.... la del que me abra su corazón y done otra córnea.... ahora tengo dos familias, la mía de sangre, la de la córnea trasplantada... ojalá sea la de ella.... y porqué no una tercera, desde el corazón, la tuya, porque ella y médicos y enfermeras están siempre en mis pensamientos… MUCHAS GRACIAS, QUE DIOS LOS BENDIGA.

Así tendríamos muchos relatos de vida después de la vida, sólo gracias a la bondad de las familias que de su ser querido ya con muerte cerebral y conforme a la legislación sanitaria estamos facultados para realizar esta loable labor humanista de la medicina en nuestro Hospital General de Durango, donde un gran equipo multidisciplinario (médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, etc.) de primer orden, sin más interés que dar vida después de la vida, y por qué no querido lector ¿es usted donador voluntario?... Mors certa, sed hora incerta. La muerta es segura, pero la hora incierta.

tomymx@me.com