/ lunes 17 de agosto de 2020

Jóvenes volver a pensar

El retorno a clases antes de la pandemia



“Caminito de la escuela. Apurándose a llegar. Con sus libros bajo el brazo. Va todo el reino animal. El ratón con espejuelos. De cuaderno el pavo real. Y en la boca lleva el perro. Una goma de borrar. Cinco gatitos Muy bien bañados alzando los pies. Van para el kínder. Entusiasmados de ir por primera vez”.

Quien no escuchó esta canción de Francisco Gabilondo Soler, claro es su tierna infancia, aquellos meses de agosto, que emocionados porque llegaba al fin -el deseado- ¡regreso a clases!

Con lo que implicaba desde la fila, para ir a la inscripción con su boleta escolar, con aquella ilusión de quedar en el mismo grupo de amigos, ya de años que compartían los deberes escolares, el equipo deportivo y la competencia por la excelencia, una vez iniciado ese ritual de la inscripción era necesario ir a la papelería a comprar ese pedido de cuadernos de marca Polito o Scribe, un tanto por materia, sin olvidar el respectivo juego de geometría, las gomas y el pequeño diccionario acompañado por su caja de “los colores” los lápices y una pluma atómica.

Todo eso formaba un paquete que alegremente cargaba el escolapio una vez terminada esa jornada, al día siguiente emocionante porque era el día de la compra de los zapatos y tenis, además del reglamentario pantalón de color azul y su camisa blanca, siempre acudiendo al comercio que estaba en esa ocasión lleno de marchantes, atiborrado de personas y niños unos con lloriqueos y los más distraídos con los juguetes que estratégicamente disponía el comerciante, era una verdadera algarabía. Y claro al final del día siempre había un pequeño olvido ¡los forros!

El plazo fatal llegó, así que escrupulosamente los padres y los hijos modificaban su rutina para que temprano por la mañana eran llevados con sus pesadas mochilas al primer día de clases... pequeño relato que todos vivimos con alguna o muchas modificaciones, sin embargo, en la actualidad debido a esta pandemia que nos azota nuestras costumbres también nos las mató, ahora este retorno a las aulas será con una desesperanza que quizá se torne depresiva, tanto al escolapio como al docente, no habrá nuestros clásicos honores a la bandera en el patio central de la escuela, se fue... no habrá caras nuevas de compañeros ni notaremos ausencias, no habrá una aula sino la fría y autista pantalla del televisor o de una computadora, que será la compañía de nuestros hijos, se despersonaliza la enseñanza, ¡adiós al profe! se acaba el recreo... se acaba la pica de básquet, se acabaron las visitas a la tienda escolar a comprar las bebidas refrescantes y las golosinas para reiniciar las clases previo sonido del timbre de la dirección.

En fin, una serie de vivencias que se perderán al menos este año escolar, gracias a la temible presencia de este virus que desgraciadamente se tornó mortal e imbatible hasta este momento, la única terapéutica esta cimentada la esperanza en los grandes consorcios de laboratorios de investigación (Astra, Pfzier, BioNTech, los rusos, etc.)

La pandemia del coronavirus no da un respiro prácticamente a ningún país y tampoco a sus economías. Menos a México. A medida que los casos suben en ambos hemisferios, la preocupación aumenta y, sobre todo, la necesidad de una vacuna o cura que solucione todo, o al menos ayude a aligerar la situación. La Universidad de Oxford, en combinación con la farmacéutica Astra Zeneca, Según ellos, en el escenario más positivo se podrían tener las primeras dosis para septiembre del 2020; en el peor habría que esperar hasta finales de año. Mientras ¿Qué hacer?

Hay que recordar que el virus se transmite por el contacto directo con las gotas de la respiración que una persona infectada puede expulsar cuando tose o estornuda, o al tocar superficies contaminadas por el virus. El Covid-19 puede sobrevivir en una superficie varias horas, pero puede eliminarse con desinfectantes sencillos. Primero aceptar la pandemia y ser consiente que es un peligro mortal para ti y tu familia, aceptar las medidas del confinamiento social, lavado frecuente de manos, y el siempre uso del cubrebocas, hasta ahora es lo UNICO... radix malorum. Raíz de los males.

tomymx@me.com

El retorno a clases antes de la pandemia



“Caminito de la escuela. Apurándose a llegar. Con sus libros bajo el brazo. Va todo el reino animal. El ratón con espejuelos. De cuaderno el pavo real. Y en la boca lleva el perro. Una goma de borrar. Cinco gatitos Muy bien bañados alzando los pies. Van para el kínder. Entusiasmados de ir por primera vez”.

Quien no escuchó esta canción de Francisco Gabilondo Soler, claro es su tierna infancia, aquellos meses de agosto, que emocionados porque llegaba al fin -el deseado- ¡regreso a clases!

Con lo que implicaba desde la fila, para ir a la inscripción con su boleta escolar, con aquella ilusión de quedar en el mismo grupo de amigos, ya de años que compartían los deberes escolares, el equipo deportivo y la competencia por la excelencia, una vez iniciado ese ritual de la inscripción era necesario ir a la papelería a comprar ese pedido de cuadernos de marca Polito o Scribe, un tanto por materia, sin olvidar el respectivo juego de geometría, las gomas y el pequeño diccionario acompañado por su caja de “los colores” los lápices y una pluma atómica.

Todo eso formaba un paquete que alegremente cargaba el escolapio una vez terminada esa jornada, al día siguiente emocionante porque era el día de la compra de los zapatos y tenis, además del reglamentario pantalón de color azul y su camisa blanca, siempre acudiendo al comercio que estaba en esa ocasión lleno de marchantes, atiborrado de personas y niños unos con lloriqueos y los más distraídos con los juguetes que estratégicamente disponía el comerciante, era una verdadera algarabía. Y claro al final del día siempre había un pequeño olvido ¡los forros!

El plazo fatal llegó, así que escrupulosamente los padres y los hijos modificaban su rutina para que temprano por la mañana eran llevados con sus pesadas mochilas al primer día de clases... pequeño relato que todos vivimos con alguna o muchas modificaciones, sin embargo, en la actualidad debido a esta pandemia que nos azota nuestras costumbres también nos las mató, ahora este retorno a las aulas será con una desesperanza que quizá se torne depresiva, tanto al escolapio como al docente, no habrá nuestros clásicos honores a la bandera en el patio central de la escuela, se fue... no habrá caras nuevas de compañeros ni notaremos ausencias, no habrá una aula sino la fría y autista pantalla del televisor o de una computadora, que será la compañía de nuestros hijos, se despersonaliza la enseñanza, ¡adiós al profe! se acaba el recreo... se acaba la pica de básquet, se acabaron las visitas a la tienda escolar a comprar las bebidas refrescantes y las golosinas para reiniciar las clases previo sonido del timbre de la dirección.

En fin, una serie de vivencias que se perderán al menos este año escolar, gracias a la temible presencia de este virus que desgraciadamente se tornó mortal e imbatible hasta este momento, la única terapéutica esta cimentada la esperanza en los grandes consorcios de laboratorios de investigación (Astra, Pfzier, BioNTech, los rusos, etc.)

La pandemia del coronavirus no da un respiro prácticamente a ningún país y tampoco a sus economías. Menos a México. A medida que los casos suben en ambos hemisferios, la preocupación aumenta y, sobre todo, la necesidad de una vacuna o cura que solucione todo, o al menos ayude a aligerar la situación. La Universidad de Oxford, en combinación con la farmacéutica Astra Zeneca, Según ellos, en el escenario más positivo se podrían tener las primeras dosis para septiembre del 2020; en el peor habría que esperar hasta finales de año. Mientras ¿Qué hacer?

Hay que recordar que el virus se transmite por el contacto directo con las gotas de la respiración que una persona infectada puede expulsar cuando tose o estornuda, o al tocar superficies contaminadas por el virus. El Covid-19 puede sobrevivir en una superficie varias horas, pero puede eliminarse con desinfectantes sencillos. Primero aceptar la pandemia y ser consiente que es un peligro mortal para ti y tu familia, aceptar las medidas del confinamiento social, lavado frecuente de manos, y el siempre uso del cubrebocas, hasta ahora es lo UNICO... radix malorum. Raíz de los males.

tomymx@me.com