/ viernes 16 de octubre de 2020

Jóvenes volver a pensar

Lo que viene


Estos hechos tan discutibles en la realidad nacional, tales como la abolición de los famosos “fideicomisos”, su cancelación que se siente una decisión vertical.

La controversia de la Suprema Corte en que se doblega ante el ejecutivo por la famosa legalización de la encuesta para enjuiciamiento del ex presidentes, la sumisión de la mayoría, de las cámaras de senadores y de diputados, regresando al Mexico de los 70`s, a la Presidencia Imperial… pensábamos que ya habíamos superada esa etapa, que vivíamos en el contrapeso de los poderes legislativo y judicial, hemos vuelto al pasado, ahora la población en lo general esta situación la percibe en forma negativa. Sin remontarnos a épocas más antiguas, y partiendo de principios del siglo XIX, constatamos esa intransigencia histórica en la política mexicana

La desmesurada adhesión política puede degenerar en una fe ciega que conduce al empecinamiento irracional impidiendo aceptar cualquier argumento razonable ajeno al propio. Hoy vemos como el gobierno se manejan entre argumentos personalistas y simplistas que atentan contra la razón y el bien general a la hora de aproximar posturas.

Estos nuevos dirigentes políticos surgidos de una entelequia doctrinal, ignoran que la tolerancia es uno de los principios éticos de la democracia y es necesaria en cualquier orden de la vida cuando las circunstancias lo requieran, porque sólo recurriendo a ella se producen acercamiento que rompen posturas inflexibles.

Nadie posee una fórmula social mágica para cambiar las cosas a gusto de todos, pero la experiencia histórica a pesar de las guerras, barbaries y revoluciones, demuestran que la sociedad progresa y es desde el dialogo partiendo de posturas enfrentadas cuando se rompen barreras y se posibilita la convivencia y el respeto en el marco legal establecido.

Vamos acudir nuevamente el próximo año a las urnas, o sí; en cualquier caso el bochornoso espectáculo que los medios nos presentan en las mañanas a diario. Sin entrar en temas de corrupción, hoy privan los intereses de partido, los personalismos, el temor a perder el privilegio político, y el haber provocado que la política sea una forma de vida profesional para muchos.

Pero no sólo debemos culpar a la clase política, los votantes también somos culpables de la situación creada; la ignorancia, el apego incondicional a un partido sin considerar lo que es y lo fue, sin valorar a sus líderes actuales o votar a uno u otro en función del sufragio útil o como mal menor, conseguido un fraccionamiento de las Cámaras, que sin ser ni bueno ni malo, estamos conduciendo al país a un callejón sin salida… et non erubescebant. Y no se avergonzaban.

Lo que viene


Estos hechos tan discutibles en la realidad nacional, tales como la abolición de los famosos “fideicomisos”, su cancelación que se siente una decisión vertical.

La controversia de la Suprema Corte en que se doblega ante el ejecutivo por la famosa legalización de la encuesta para enjuiciamiento del ex presidentes, la sumisión de la mayoría, de las cámaras de senadores y de diputados, regresando al Mexico de los 70`s, a la Presidencia Imperial… pensábamos que ya habíamos superada esa etapa, que vivíamos en el contrapeso de los poderes legislativo y judicial, hemos vuelto al pasado, ahora la población en lo general esta situación la percibe en forma negativa. Sin remontarnos a épocas más antiguas, y partiendo de principios del siglo XIX, constatamos esa intransigencia histórica en la política mexicana

La desmesurada adhesión política puede degenerar en una fe ciega que conduce al empecinamiento irracional impidiendo aceptar cualquier argumento razonable ajeno al propio. Hoy vemos como el gobierno se manejan entre argumentos personalistas y simplistas que atentan contra la razón y el bien general a la hora de aproximar posturas.

Estos nuevos dirigentes políticos surgidos de una entelequia doctrinal, ignoran que la tolerancia es uno de los principios éticos de la democracia y es necesaria en cualquier orden de la vida cuando las circunstancias lo requieran, porque sólo recurriendo a ella se producen acercamiento que rompen posturas inflexibles.

Nadie posee una fórmula social mágica para cambiar las cosas a gusto de todos, pero la experiencia histórica a pesar de las guerras, barbaries y revoluciones, demuestran que la sociedad progresa y es desde el dialogo partiendo de posturas enfrentadas cuando se rompen barreras y se posibilita la convivencia y el respeto en el marco legal establecido.

Vamos acudir nuevamente el próximo año a las urnas, o sí; en cualquier caso el bochornoso espectáculo que los medios nos presentan en las mañanas a diario. Sin entrar en temas de corrupción, hoy privan los intereses de partido, los personalismos, el temor a perder el privilegio político, y el haber provocado que la política sea una forma de vida profesional para muchos.

Pero no sólo debemos culpar a la clase política, los votantes también somos culpables de la situación creada; la ignorancia, el apego incondicional a un partido sin considerar lo que es y lo fue, sin valorar a sus líderes actuales o votar a uno u otro en función del sufragio útil o como mal menor, conseguido un fraccionamiento de las Cámaras, que sin ser ni bueno ni malo, estamos conduciendo al país a un callejón sin salida… et non erubescebant. Y no se avergonzaban.