/ viernes 6 de agosto de 2021

Jóvenes volver a pensar

Cuenta la crónica: “La pandemia de gripe de 1918, mejor recordada como la gripe española o “influenza española”, fue una de las epidemias más fuertes en la historia de la humanidad.

Algunos datos indican que en México hubo casi medio millón de muertos, y que en el mundo se registraron unos 50 millones de fallecidos por esta enfermedad.” Relata: “En Durango, la epidemia tuvo consecuencias graves al inicio, pero entonces las autoridades reportaban disminución de enfermos y una mejora higiénica en la población”. El 24 de octubre 1918, El Universal, publicó en su página 6 las recomendaciones para prevenir la influenza: “Alejarse de toda persona que estornude, tosa y escupa sin pañuelo.

Evitar sitios muy concurridos.No usar los platos o toallas utilizadas por otras personas, a menos que hayan sido lavadas con agua hirviendo. No poner los labios en las bocinas de teléfonos, ni llevarse a la boca los lápices o cualquier objeto utilizado por otra persona. Estar al aire libre y a la luz del sol el mayor tiempo posible, utilizando ropa bien abrigada.

Dormir en cuartos ventilados, caminar en vez de usar el tranvía, lavarse la cara y las manos cuando se llegue a casa. En caso de enfermedad, acostarse, permanecer aislado y llamar de inmediato al médico”. En aquellos ayeres Medio millón de muertos… ¡Pasó su majestad la influenza!”.

La nota refería que la enfermedad había sido más mortífera que las armas de la Revolución Mexicana. La gripe española tuvo cinco olas entre 1918 y 1921, causando 50 millones de muertos en todo el mundo tras las sucesivas olas fue perdiendo virulencia y terminó desapareciendo en 1921, cuando el virus cerró su ciclo vital. Ahora, en agosto del 2021 apenas iniciamos la tercera ola… Sin embargo llevamos la ventaja, ¡hay vacuna! Y cubrebocas.
Peractis peragendis. Está hecho lo que se debía hacer.

Cuenta la crónica: “La pandemia de gripe de 1918, mejor recordada como la gripe española o “influenza española”, fue una de las epidemias más fuertes en la historia de la humanidad.

Algunos datos indican que en México hubo casi medio millón de muertos, y que en el mundo se registraron unos 50 millones de fallecidos por esta enfermedad.” Relata: “En Durango, la epidemia tuvo consecuencias graves al inicio, pero entonces las autoridades reportaban disminución de enfermos y una mejora higiénica en la población”. El 24 de octubre 1918, El Universal, publicó en su página 6 las recomendaciones para prevenir la influenza: “Alejarse de toda persona que estornude, tosa y escupa sin pañuelo.

Evitar sitios muy concurridos.No usar los platos o toallas utilizadas por otras personas, a menos que hayan sido lavadas con agua hirviendo. No poner los labios en las bocinas de teléfonos, ni llevarse a la boca los lápices o cualquier objeto utilizado por otra persona. Estar al aire libre y a la luz del sol el mayor tiempo posible, utilizando ropa bien abrigada.

Dormir en cuartos ventilados, caminar en vez de usar el tranvía, lavarse la cara y las manos cuando se llegue a casa. En caso de enfermedad, acostarse, permanecer aislado y llamar de inmediato al médico”. En aquellos ayeres Medio millón de muertos… ¡Pasó su majestad la influenza!”.

La nota refería que la enfermedad había sido más mortífera que las armas de la Revolución Mexicana. La gripe española tuvo cinco olas entre 1918 y 1921, causando 50 millones de muertos en todo el mundo tras las sucesivas olas fue perdiendo virulencia y terminó desapareciendo en 1921, cuando el virus cerró su ciclo vital. Ahora, en agosto del 2021 apenas iniciamos la tercera ola… Sin embargo llevamos la ventaja, ¡hay vacuna! Y cubrebocas.
Peractis peragendis. Está hecho lo que se debía hacer.