/ viernes 20 de agosto de 2021

Jóvenes volver a pensar

De ideologías...


Ideologías: Conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento cultural, religioso, político.

En los últimos tiempos los mexicanos hemos confiado excesivamente en las ideologías, esto es, en las ideas sobre la sociedad y el mundo convertidas en sistema, y, metafísicos como somos, nos hemos enzarzado en torno a ellas, no pocas veces derramando la sangre propia y sacrificando los propios intereses.

Conviene recordar que “ideologías”, sistemas más o menos articulados de explicar cómo debe de estructurarse y funcionar una sociedad. Pero la ideología, como corriente de pensamiento a la vez que herramienta para alcanzar el poder, es algo nuevo y reciente en la historia. Algo como la utopía con ropaje romántico y propuesto como elemento de salvación. Las ideologías nacen todas ellas entre la burguesía, y en el extranjero: Liberalismo y los diversos socialismos materialistas, cuyo imperecedero florón, responsable de cientos de millones de muertos violentamente, es el marxismo.

Nacen cuando la sociedad empieza su transformación industrial y van parejas a la formación de las masas. En realidad, substituyen los proyectos políticos por “modelos” políticos y tratan de poner normas o cauces a las necesidades de cambio de las sociedades contemporáneas.

Las ideologías, además, tienden a sobrevalorar los componentes económicos de las naciones, y hacen de la riqueza principal preocupación y motivo. Lo extraño es que el mundo entero tienda a aceptar el objetivo de la riqueza -nada desdeñable- como el principal y por encima del de la independencia.

Las ideologías han sido eficaces cuando han plasmado las aspiraciones generales de un pueblo. La política, que en México responde siempre a la acción-reacción de la Termodinámica, no es cosa de ideas solamente ni mucho menos de ideologías. La política se carga de juicios de valor y encarna en la mayoría de los casos un mundo de sentimientos.

Esto se olvida casi siempre: No sólo razón, sino pasión, amor u odio, están en la base de las actitudes políticas, y hay que hablar a la vez al espíritu y al sentimiento del hombre para que sea el hombre entero el que decida y actúe. Finalmente, frente a las ideologías, que en México han sido siempre serviles a grupúsculos políticos, deberían de permanecer los principios, acordes con la naturaleza del ciudadano y útiles para los objetivos comunes que aspira la nacion. Si tacuisses, philosophus mansisses. Si te hubieras quedado callado, habrías seguido siendo un filósofo.

De ideologías...


Ideologías: Conjunto de ideas que caracterizan a una persona, escuela, colectividad, movimiento cultural, religioso, político.

En los últimos tiempos los mexicanos hemos confiado excesivamente en las ideologías, esto es, en las ideas sobre la sociedad y el mundo convertidas en sistema, y, metafísicos como somos, nos hemos enzarzado en torno a ellas, no pocas veces derramando la sangre propia y sacrificando los propios intereses.

Conviene recordar que “ideologías”, sistemas más o menos articulados de explicar cómo debe de estructurarse y funcionar una sociedad. Pero la ideología, como corriente de pensamiento a la vez que herramienta para alcanzar el poder, es algo nuevo y reciente en la historia. Algo como la utopía con ropaje romántico y propuesto como elemento de salvación. Las ideologías nacen todas ellas entre la burguesía, y en el extranjero: Liberalismo y los diversos socialismos materialistas, cuyo imperecedero florón, responsable de cientos de millones de muertos violentamente, es el marxismo.

Nacen cuando la sociedad empieza su transformación industrial y van parejas a la formación de las masas. En realidad, substituyen los proyectos políticos por “modelos” políticos y tratan de poner normas o cauces a las necesidades de cambio de las sociedades contemporáneas.

Las ideologías, además, tienden a sobrevalorar los componentes económicos de las naciones, y hacen de la riqueza principal preocupación y motivo. Lo extraño es que el mundo entero tienda a aceptar el objetivo de la riqueza -nada desdeñable- como el principal y por encima del de la independencia.

Las ideologías han sido eficaces cuando han plasmado las aspiraciones generales de un pueblo. La política, que en México responde siempre a la acción-reacción de la Termodinámica, no es cosa de ideas solamente ni mucho menos de ideologías. La política se carga de juicios de valor y encarna en la mayoría de los casos un mundo de sentimientos.

Esto se olvida casi siempre: No sólo razón, sino pasión, amor u odio, están en la base de las actitudes políticas, y hay que hablar a la vez al espíritu y al sentimiento del hombre para que sea el hombre entero el que decida y actúe. Finalmente, frente a las ideologías, que en México han sido siempre serviles a grupúsculos políticos, deberían de permanecer los principios, acordes con la naturaleza del ciudadano y útiles para los objetivos comunes que aspira la nacion. Si tacuisses, philosophus mansisses. Si te hubieras quedado callado, habrías seguido siendo un filósofo.