/ jueves 4 de noviembre de 2021

Jóvenes volver a pensar

Nuestra tradición


Lo innombrable, para nosotros los mexicanos el Día de Muertos o Día de los Fieles Difuntos representa algo más que la veneración de sus muertos, podría decirse que, para los mexicanos a diferencia de otros países, lo reflejan burlándose, jugando y conviviendo con la muerte.

Esta convivencia ha dado lugar a diferentes manifestaciones de su arte popular, a través de expresiones muy originales como lo son: Las calaveras de dulce, el pan de muerto, dibujos que se burlan de la muerte, versos en los que se ridiculiza a cualquier personaje vivo, de las artes, ciencia y en especial los de la política y las tradicionales ofrendas, las cuales se preparan con respeto por los familiares para recordar a los que se han ido, alimentos, flores y objetos personales del difunto son parte esencial del altar y según la creencia, los seres queridos regresan este día para gozar lo que en vida más disfrutaban.

Las tradiciones culturales se han seguido conservando gracias a la religiosidad y fervor de su gente, las cuales se han transmitido de generación en generación a pesar de que estas tradiciones están en peligro de desvirtuarse debido a la influencia y mezcla con otras costumbres extranjeras.

Es por eso que en Durango es aún más importante que se conserven estas tradiciones, ya que mantienen el espíritu de unidad y nacionalismo entre las personas de un mismo estado y de aquellos que sin importar el lugar de donde provienen se sienten identificados con esta bella expresión cultural mexicana, la cual admirábamos en nuestra Plaza de Armas aquellos magnánimos altares, a Revueltas, a Dolores del Río, a Villa, al duranguense ilustre, al ver con espontaneidad de lo que somos han olvidado el Día de Muertos, o quizás hayan caído en la fiesta pagana del Halloween, embelesados por el modernismo y el consumismo feroz de esta aldea globalizada.

Para evitar la extinción de las tradiciones hay que transfundirles, ante el multiculturalismo light del cual son víctimas nuestros jóvenes, y con la negativa influencia pagana-sajona y/o gringa, en lugar de calaveras abundan amarillentas calabazas, y Halloween, desfiles, disfraces alentando el consumismo en el hipermercado, olvidando y renegando de lo nuestro… ¡por favor, no entierren el día de muertos¡ Omnes una manes nox / et calcanda semel via leti. A todos nos espera una misma noche, y una sola vez hemos de recorrer el camino de la muerte.

Nuestra tradición


Lo innombrable, para nosotros los mexicanos el Día de Muertos o Día de los Fieles Difuntos representa algo más que la veneración de sus muertos, podría decirse que, para los mexicanos a diferencia de otros países, lo reflejan burlándose, jugando y conviviendo con la muerte.

Esta convivencia ha dado lugar a diferentes manifestaciones de su arte popular, a través de expresiones muy originales como lo son: Las calaveras de dulce, el pan de muerto, dibujos que se burlan de la muerte, versos en los que se ridiculiza a cualquier personaje vivo, de las artes, ciencia y en especial los de la política y las tradicionales ofrendas, las cuales se preparan con respeto por los familiares para recordar a los que se han ido, alimentos, flores y objetos personales del difunto son parte esencial del altar y según la creencia, los seres queridos regresan este día para gozar lo que en vida más disfrutaban.

Las tradiciones culturales se han seguido conservando gracias a la religiosidad y fervor de su gente, las cuales se han transmitido de generación en generación a pesar de que estas tradiciones están en peligro de desvirtuarse debido a la influencia y mezcla con otras costumbres extranjeras.

Es por eso que en Durango es aún más importante que se conserven estas tradiciones, ya que mantienen el espíritu de unidad y nacionalismo entre las personas de un mismo estado y de aquellos que sin importar el lugar de donde provienen se sienten identificados con esta bella expresión cultural mexicana, la cual admirábamos en nuestra Plaza de Armas aquellos magnánimos altares, a Revueltas, a Dolores del Río, a Villa, al duranguense ilustre, al ver con espontaneidad de lo que somos han olvidado el Día de Muertos, o quizás hayan caído en la fiesta pagana del Halloween, embelesados por el modernismo y el consumismo feroz de esta aldea globalizada.

Para evitar la extinción de las tradiciones hay que transfundirles, ante el multiculturalismo light del cual son víctimas nuestros jóvenes, y con la negativa influencia pagana-sajona y/o gringa, en lugar de calaveras abundan amarillentas calabazas, y Halloween, desfiles, disfraces alentando el consumismo en el hipermercado, olvidando y renegando de lo nuestro… ¡por favor, no entierren el día de muertos¡ Omnes una manes nox / et calcanda semel via leti. A todos nos espera una misma noche, y una sola vez hemos de recorrer el camino de la muerte.