/ sábado 29 de enero de 2022

Jóvenes volver a pensar

Terrible espectáculo el de llegar al servicio de urgencias del hospital, y de ser rechazado por “falta de camas”, cuando se observa al usuario con una respiración jadeante, ahogándose pese a tener unas puntas nasales que le llevan el preciado oxígeno de un tanquecito que con gran sacrificio la familia lo obtuvo, en un gesto de desesperación los acompañantes se tornan agresivos por el rechazo, al personal de Salud.

Sí, triste y dolorosa escena que, a finales del primer mes de este año, somos testigos y tristemente actores de esta tragedia humana. Aún esta pandemia nos está azotando. Recuerdo que en diciembre del 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó una nueva neumonía viral de causa desconocida en Wuhan, pero China confirmó los casos hasta el 3 de enero de 2020.

Dos años después, más de 285 millones de casos y 5,4 millones se han reportado muertes. A partir de diciembre de 2021. La pandemia de Covid-19 redujo la economía mundial un crecimiento estimado del 3,2% en 2020, con el comercio disminuyendo un 5,3%; aproximadamente 75 millones de personas entró en la pobreza extrema, con 80 millones más desnutridos en comparación con los niveles previos a la pandemia.

Aunque las pandemias de influenza Covid-19 y 1918 independiente en morbilidad y mortalidad, evidencia sugiere la frecuencia de emergencias de enfermedades infecciosas incrementará. ¿Qué lecciones enseña Covid-19 a preparación anticipada, detección y respuesta? La falta de vacunación generalizada, en nuestro país y en todo el mundo, sumada a la incertidumbre sobre la fuerza de la inmunidad que deja ómicron, abre la puerta a la posibilidad de nuevas variantes.

Algún día, uno de ellos puede esquivar las defensas inmunitarias tan bien, o incluso mejor, que ómicron. Ni las vacunas ni las infecciones ofrecen la llamada inmunidad, lo que significa que la protección que ofrecen parece debilitarse con el tiempo. La protección obtenida de una infección de Delta u Ómicron puede no ser tan efectiva contra nuevas variantes, ya que el virus está cambiando inesperadamente rápido y de formas inusuales. Los virus suelen evolucionar en un patrón de escalera, y cada nueva variante se desarrolla a partir de la anterior. Pero las tres variantes más riesgosas del coronavirus, Alpha, Delta y Ómicron, evolucionaron de forma independiente. El coronavirus no se basaba en el trabajo anterior, por así decirlo, se reinventó repetidamente. A medida que más y más personas del mundo estén vacunadas, la evolución favorecerá las formas del coronavirus que pueden eludir los anticuerpos y otras defensas inmunitarias. Dada la frecuencia con la que el coronavirus ha alterado las expectativas, deberíamos esperar lo mejor, pero estar preparados para vivir un poco más con algo menos que eso. ¡Todos queremos que esto termine!, Pero creo que tenemos que ser un poco más agnósticos en nuestro enfoque de todo esto. “No lo sabemos”, “Simplemente no lo sabemos” Sine die. Sin fecha determinada.

Terrible espectáculo el de llegar al servicio de urgencias del hospital, y de ser rechazado por “falta de camas”, cuando se observa al usuario con una respiración jadeante, ahogándose pese a tener unas puntas nasales que le llevan el preciado oxígeno de un tanquecito que con gran sacrificio la familia lo obtuvo, en un gesto de desesperación los acompañantes se tornan agresivos por el rechazo, al personal de Salud.

Sí, triste y dolorosa escena que, a finales del primer mes de este año, somos testigos y tristemente actores de esta tragedia humana. Aún esta pandemia nos está azotando. Recuerdo que en diciembre del 2019 la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó una nueva neumonía viral de causa desconocida en Wuhan, pero China confirmó los casos hasta el 3 de enero de 2020.

Dos años después, más de 285 millones de casos y 5,4 millones se han reportado muertes. A partir de diciembre de 2021. La pandemia de Covid-19 redujo la economía mundial un crecimiento estimado del 3,2% en 2020, con el comercio disminuyendo un 5,3%; aproximadamente 75 millones de personas entró en la pobreza extrema, con 80 millones más desnutridos en comparación con los niveles previos a la pandemia.

Aunque las pandemias de influenza Covid-19 y 1918 independiente en morbilidad y mortalidad, evidencia sugiere la frecuencia de emergencias de enfermedades infecciosas incrementará. ¿Qué lecciones enseña Covid-19 a preparación anticipada, detección y respuesta? La falta de vacunación generalizada, en nuestro país y en todo el mundo, sumada a la incertidumbre sobre la fuerza de la inmunidad que deja ómicron, abre la puerta a la posibilidad de nuevas variantes.

Algún día, uno de ellos puede esquivar las defensas inmunitarias tan bien, o incluso mejor, que ómicron. Ni las vacunas ni las infecciones ofrecen la llamada inmunidad, lo que significa que la protección que ofrecen parece debilitarse con el tiempo. La protección obtenida de una infección de Delta u Ómicron puede no ser tan efectiva contra nuevas variantes, ya que el virus está cambiando inesperadamente rápido y de formas inusuales. Los virus suelen evolucionar en un patrón de escalera, y cada nueva variante se desarrolla a partir de la anterior. Pero las tres variantes más riesgosas del coronavirus, Alpha, Delta y Ómicron, evolucionaron de forma independiente. El coronavirus no se basaba en el trabajo anterior, por así decirlo, se reinventó repetidamente. A medida que más y más personas del mundo estén vacunadas, la evolución favorecerá las formas del coronavirus que pueden eludir los anticuerpos y otras defensas inmunitarias. Dada la frecuencia con la que el coronavirus ha alterado las expectativas, deberíamos esperar lo mejor, pero estar preparados para vivir un poco más con algo menos que eso. ¡Todos queremos que esto termine!, Pero creo que tenemos que ser un poco más agnósticos en nuestro enfoque de todo esto. “No lo sabemos”, “Simplemente no lo sabemos” Sine die. Sin fecha determinada.