Populismo, movimiento político ruso de finales del siglo XIX, que aspiraba a la formación de un estado socialista de tipo campesino, contrario a la industrialización occidental. Doctrina política que se presenta como defensora de los intereses y aspiraciones del pueblo para conseguir su favor: el peronismo argentino fue una forma de populismo.
Y ahora en nuestro México, padecemos de este cáncer social, representadas por el actual ejecutivo en turno. Aunque la presente disertación se basa en la incidencia de rasgos característicos que tienen lugar común en las pretensiones propias del populismo y en los mecanismos que responden por la gobernabilidad, por cuanto adquieren sentido en el discurrir de un orden político que busca estructurarse sobre objetivos que de algún modo beneficien la praxis democrática, es importante dar cuenta que en sus mismos predios pueden coexistir elementos contrarios o que se oponen a sus intenciones.
Esta observación, vale para destacar que la complejidad que caracteriza sus condiciones y formas de interpretar sus propósitos podría permitir interrogaciones alrededor de sus propias contradicciones.
Por ejemplo, cabría preguntarse ¿hasta dónde un gobierno populista considera la importancia de la gobernabilidad como razón política para encauzar su programa político de gobierno? O las preguntas siguientes: ¿Cuáles criterios de gobernabilidad convienen a un gobierno populista en función de un régimen que muchas veces resulta contradictorio ante sus mismas orientaciones? ¿Hasta dónde sería posible hablar de gobernabilidad populista?
Si acaso se acepta que el populismo representa el modo o mecanismo pragmático de enfatizar el cometido socioeconómico de un proyecto político de gobierno, entonces bien podría asentirse la pertinencia de la gobernabilidad entendida como referencia política para justificar recursos y medios dirigidos a reducir los problemas sociales y económicos que ataca el populismo, aunque desde un ámbito discursivo insidioso y una gestión de gobierno precariamente articulada.
No obstante, el propósito que se corresponde con esta discusión teórica se ha afincado en “la idea de compatibilizar la democracia con sus dificultades, según la experiencia y según lo que puede ser, más allá de la ideología, pero también más acá de la retórica” Particularmente, cuando hablar de gobernabilidad obliga casi siempre aludir a “ingobernabilidad”. Así como hablar de populismo, igualmente constriñe términos que antagonizan su práctica.
En fin, los problemas animados por causas que bien o mal, debida o indebidamente, justificadamente o no refieren al populismo o a la “ingobernabilidad”, al margen de sus efectos, han buscado reivindicar otros valores cuyas racionalidades y fundamentos han instado a grupos sociales no más a comprender su estado de indefensión y de desesperanza aprendida, que a fundamentar en sus libertades individuales las posibilidades reales de crecer política y socialmente.
Bien a pesar de todo, se sigue convulsionando el país por los escándalos de la familia del ejecutivo, el asesinato de periodistas, de las ejecuciones en Zacatecas, Michoacán, Colima, etc.
La inseguridad, la corrupción y la impunidad reinante y por el otro bando, la pobreza extrema en México sigue en aumento.... ¿acaso ya se les olvidó que el México bronco puede despertar de su letargo sueño?... De fumo ad flammam tendere. 'ir de mal en peor'.