/ viernes 1 de julio de 2022

Jóvenes volver a pensar

El patriotismo, el amor a la patria, la parte de nosotros mismos que compartimos con los demás, hay que formularlo en términos de pensamiento y acción, en términos de práctica, que lo laven de ciertas retóricas que hasta en su día fueron falsas, y de todo lo temporal que unos y otros, acumulamos sobre él.

A pesar de unas instituciones corruptas y dominadas por una cleptocracia partidista 4teista, y de que han sido reinstauradas las ideologías, impuestas a través de izquierdas trasnochadas y de personajes descalzados que no han sabido ver que la única forma de ser de México reside en el común múltiplo y no en el común divisor, todavía nos queda el mismo México.

El tiempo se llevó lo temporal de México, como suele hacerlo, y otros tiempos llegaron y se fueron, con su desarrollo económico, social, con su ilusión y con su fracaso. De ella perviven asuntos esenciales: su unidad ante el destino, sus síntesis históricas; su vocación para la empresa universal y lo que en otra parte se ha llamado su realismo espiritual, esa dificultad permanente de cabalgar sobre la física y la metafísica a la vez, sabiéndonos en tránsito hacia la eternidad y forzados, para ganarla, a actuar con honestidad y nobleza. Eso queda.

Lo que queda del México en este México de nuestras furias es, por un lado, lo que desde dentro se nos ha impuesto como novedad: ideologías de desunión y resentimiento. Pero también queda de México el atisbo de que al futuro hay que ir con el bagaje propio y las respuestas propias.

Hoy, como ayer, el camino de la inidad es el único posible. Hoy, mejor que ayer, está más cerca de nosotros, porque la sociedad actual la necesita con más urgencia y es, por lo tanto, mucho más receptiva a la voz que le proponga un medio para superar el divisionismo, la inseguridad, la impunidad y la inoperancia que nos conduce a todos de nuevo a la decadencia, a la miseria y al caos. Esa idea de renovación, de búsqueda de lo que somos y de misión para nuestra Patria, está en el aire y nace espontáneamente en muchos lugares. Sucede algo nuevo: Un movimiento hacia México que va haciéndose de abajo hacia arriba, y que manifiesta, a la vez que desprecia hacia las ideologías esquizoide actualmente en el poder. Jóvenes a la lucha política. Noli inter eos ambulare quorum esse adhuc potes servus. “No camines junto con aquellos de quienes podrías ser esclavo”.

El patriotismo, el amor a la patria, la parte de nosotros mismos que compartimos con los demás, hay que formularlo en términos de pensamiento y acción, en términos de práctica, que lo laven de ciertas retóricas que hasta en su día fueron falsas, y de todo lo temporal que unos y otros, acumulamos sobre él.

A pesar de unas instituciones corruptas y dominadas por una cleptocracia partidista 4teista, y de que han sido reinstauradas las ideologías, impuestas a través de izquierdas trasnochadas y de personajes descalzados que no han sabido ver que la única forma de ser de México reside en el común múltiplo y no en el común divisor, todavía nos queda el mismo México.

El tiempo se llevó lo temporal de México, como suele hacerlo, y otros tiempos llegaron y se fueron, con su desarrollo económico, social, con su ilusión y con su fracaso. De ella perviven asuntos esenciales: su unidad ante el destino, sus síntesis históricas; su vocación para la empresa universal y lo que en otra parte se ha llamado su realismo espiritual, esa dificultad permanente de cabalgar sobre la física y la metafísica a la vez, sabiéndonos en tránsito hacia la eternidad y forzados, para ganarla, a actuar con honestidad y nobleza. Eso queda.

Lo que queda del México en este México de nuestras furias es, por un lado, lo que desde dentro se nos ha impuesto como novedad: ideologías de desunión y resentimiento. Pero también queda de México el atisbo de que al futuro hay que ir con el bagaje propio y las respuestas propias.

Hoy, como ayer, el camino de la inidad es el único posible. Hoy, mejor que ayer, está más cerca de nosotros, porque la sociedad actual la necesita con más urgencia y es, por lo tanto, mucho más receptiva a la voz que le proponga un medio para superar el divisionismo, la inseguridad, la impunidad y la inoperancia que nos conduce a todos de nuevo a la decadencia, a la miseria y al caos. Esa idea de renovación, de búsqueda de lo que somos y de misión para nuestra Patria, está en el aire y nace espontáneamente en muchos lugares. Sucede algo nuevo: Un movimiento hacia México que va haciéndose de abajo hacia arriba, y que manifiesta, a la vez que desprecia hacia las ideologías esquizoide actualmente en el poder. Jóvenes a la lucha política. Noli inter eos ambulare quorum esse adhuc potes servus. “No camines junto con aquellos de quienes podrías ser esclavo”.