/ miércoles 22 de enero de 2020

La apuesta electoral es la migración

Los demócratas se juegan todo rumbo a la elección presidencial en los Estados Unidos para el próximo año y el tema de migración es la clave.

Hasta el momento, el actual presidente Donald Trump tiene frente a él a un grupo de precandidatos demócratas que hablan sobre educación, becas, vivienda, cambio climático, impuestos y desigualdad, y sin embargo, el presidente estadounidense también está metido de lleno en la campaña, sin embargo, habla de un solo tema: inmigración.

A pesar de que todavía falta un año para que el Partido Demócrata elija a su candidato presidencial, las políticas de inmigración ya son el tema eje para sus aspirantes, quienes coinciden en el mismo objetivo son derrocar al actual presidente y sus políticas xenófobas y racistas.

Hoy, entre los 24 aspirantes que buscan derrotar al mandatario republicano, figuran seis mujeres, una de ellas, Kamala Harris, de padre jamaicano y madre india; un alcalde de Indiana llamado Pete Buttigieg casado con otro hombre; un hispano de Texas, Julian Castro; un afroamericano de Nueva Jersey, Cory Booker y un declarado socialista de Vermont, Bernie Sanders. Joe Biden, el vicepresidente de Obama, sigue como favorito en los sondeos a sus 76 años, mientras que Bernie Sanders de 77 años, siempre se ha declarado socialista y el más joven de los aspirantes Pete Buttigieg, a quien se considera centrista en lo económico.

El pasado mes de junio se llevaron a cabo los primeros dos debates de los 20 precandidatos demócratas y la discusión sobre el acceso a la sanidad y a la economía sirvió para marcar las tonalidades ideológicas, unos más escorados a la izquierda que otros. Pero fue la ola de familias sin papeles que huyen de la miseria y la violencia de Centroamérica, lo que llamó más la atención.

A eso se suman temas como quién defiende la sanidad gratuita universal y quién una mejora de la reforma sanitaria de Obama, muros y el blindaje del derecho al aborto se ha colocado en el centro de la política como respuesta a la ola conservadora en muchos Estados.

La última vez que los demócratas celebraron elecciones primarias para tratar de destronar a los republicanos de la Casa Blanca, en 2008, se presentaron siete hombres -uno de ellos, afroamericano- y una mujer. El matrimonio entre personas del mismo sexo era ilegal en la mayor parte de Estados Unidos y pocas voces del Partido lo defendían sin ambages, la palabra socialista remitía irremediablemente a la URSS y las vallas construidas por George Bush hijo en la frontera con México, habían contado con el respaldo de casi un centenar de congresistas del Partido.

En 2014, llamó la atención el gran número de menores centroamericanos no acompañados que fueron detenidos o que transitaron por México, a causa de las dificultades crecientes que ha enfrentado la circulación de migrantes en situación irregular, además del deterioro de las condiciones económicas y de seguridad en Centroamérica, en búsqueda de una reunificación familiar, sin importar los caminos ni las modalidades, esta situación se ha intensificado al correr del tiempo, lo que ha puesto de nuevo a la migración en la mesa de discusión.

A lo largo de su mandato, Donald Trump ha cerrado el gobierno desde el punto de vista administrativo, declaró una situación de emergencia nacional para obtener fondos para su muro, ha amenazado con cerrar la frontera, cortó fondos para los países del Triángulo Norte, envió tropas a la frontera, despidió a los principales funcionarios de inmigración y pidió la liberación de inmigrantes detenidos en las llamadas ciudades santuario, entre otras decisiones relativas al tema migratorio.

Así, el tema de la migración en Estados Unidos se mantiene vigente, y es uno de los argumentos más utilizados por los políticos durante sus campañas electorales y en sus intervenciones públicas; especialmente, en los estados del sur, en donde la migración se percibe más a menudo como un problema de connotaciones de “invasión” y que tiene que ser solucionado sin importar los medios.

Si en 2015 fueron los republicanos quienes celebraron concurridos debates para decidir quién sería el candidato de su partido para las elecciones presidenciales de 2016, esta vez es el turno de los demócratas.

En enero de 2020 empezarán las elecciones primarias, y con los resultados para cada candidato estado por estado, en julio se celebrará la convención demócrata en la ciudad de Milwaukee, de donde saldrá el contendiente de Donald Trump. Así se decidirá el futuro del vecino país del norte.

Los demócratas se juegan todo rumbo a la elección presidencial en los Estados Unidos para el próximo año y el tema de migración es la clave.

Hasta el momento, el actual presidente Donald Trump tiene frente a él a un grupo de precandidatos demócratas que hablan sobre educación, becas, vivienda, cambio climático, impuestos y desigualdad, y sin embargo, el presidente estadounidense también está metido de lleno en la campaña, sin embargo, habla de un solo tema: inmigración.

A pesar de que todavía falta un año para que el Partido Demócrata elija a su candidato presidencial, las políticas de inmigración ya son el tema eje para sus aspirantes, quienes coinciden en el mismo objetivo son derrocar al actual presidente y sus políticas xenófobas y racistas.

Hoy, entre los 24 aspirantes que buscan derrotar al mandatario republicano, figuran seis mujeres, una de ellas, Kamala Harris, de padre jamaicano y madre india; un alcalde de Indiana llamado Pete Buttigieg casado con otro hombre; un hispano de Texas, Julian Castro; un afroamericano de Nueva Jersey, Cory Booker y un declarado socialista de Vermont, Bernie Sanders. Joe Biden, el vicepresidente de Obama, sigue como favorito en los sondeos a sus 76 años, mientras que Bernie Sanders de 77 años, siempre se ha declarado socialista y el más joven de los aspirantes Pete Buttigieg, a quien se considera centrista en lo económico.

El pasado mes de junio se llevaron a cabo los primeros dos debates de los 20 precandidatos demócratas y la discusión sobre el acceso a la sanidad y a la economía sirvió para marcar las tonalidades ideológicas, unos más escorados a la izquierda que otros. Pero fue la ola de familias sin papeles que huyen de la miseria y la violencia de Centroamérica, lo que llamó más la atención.

A eso se suman temas como quién defiende la sanidad gratuita universal y quién una mejora de la reforma sanitaria de Obama, muros y el blindaje del derecho al aborto se ha colocado en el centro de la política como respuesta a la ola conservadora en muchos Estados.

La última vez que los demócratas celebraron elecciones primarias para tratar de destronar a los republicanos de la Casa Blanca, en 2008, se presentaron siete hombres -uno de ellos, afroamericano- y una mujer. El matrimonio entre personas del mismo sexo era ilegal en la mayor parte de Estados Unidos y pocas voces del Partido lo defendían sin ambages, la palabra socialista remitía irremediablemente a la URSS y las vallas construidas por George Bush hijo en la frontera con México, habían contado con el respaldo de casi un centenar de congresistas del Partido.

En 2014, llamó la atención el gran número de menores centroamericanos no acompañados que fueron detenidos o que transitaron por México, a causa de las dificultades crecientes que ha enfrentado la circulación de migrantes en situación irregular, además del deterioro de las condiciones económicas y de seguridad en Centroamérica, en búsqueda de una reunificación familiar, sin importar los caminos ni las modalidades, esta situación se ha intensificado al correr del tiempo, lo que ha puesto de nuevo a la migración en la mesa de discusión.

A lo largo de su mandato, Donald Trump ha cerrado el gobierno desde el punto de vista administrativo, declaró una situación de emergencia nacional para obtener fondos para su muro, ha amenazado con cerrar la frontera, cortó fondos para los países del Triángulo Norte, envió tropas a la frontera, despidió a los principales funcionarios de inmigración y pidió la liberación de inmigrantes detenidos en las llamadas ciudades santuario, entre otras decisiones relativas al tema migratorio.

Así, el tema de la migración en Estados Unidos se mantiene vigente, y es uno de los argumentos más utilizados por los políticos durante sus campañas electorales y en sus intervenciones públicas; especialmente, en los estados del sur, en donde la migración se percibe más a menudo como un problema de connotaciones de “invasión” y que tiene que ser solucionado sin importar los medios.

Si en 2015 fueron los republicanos quienes celebraron concurridos debates para decidir quién sería el candidato de su partido para las elecciones presidenciales de 2016, esta vez es el turno de los demócratas.

En enero de 2020 empezarán las elecciones primarias, y con los resultados para cada candidato estado por estado, en julio se celebrará la convención demócrata en la ciudad de Milwaukee, de donde saldrá el contendiente de Donald Trump. Así se decidirá el futuro del vecino país del norte.