/ jueves 6 de enero de 2022

La cohesión y unidad, activo del PRI y de la Alianza

El inicio de año fue con el vértigo que se esperaba. Los partidos prácticamente han velado sus armas e izado sus banderas. Han surgido también las primeras discrepancias que hasta se antojan naturales producto del alcance de lo que está en juego. Discrepancia que hasta el momento han sido dentro del margen de la vida interna de los partidos políticos.

Contrario al acuerdo de alianza entre el PRI,PAN y PRD del año pasado y que dentro del proceso de elecciones locales y federales en Durango acordaron llevar registros únicos, previamente pactada su distribución distrital entre los partidos.

Hoy, -al menos en el caso de la gubernatura-, el caso será distinto pues los términos del acuerdo aliancista permite realizar procesos internos que legitimen en el papel, democracia y apertura.

Es así como esta llamada alianza culturalmente, en términos jurídicos se trata de acuerdo de candidatura común que les permita a los partidos en lo futuro transitar con cierta independencia, particularmente en las prerrogativas financieras, pero además se ponen un “candado”, desde ahorita, para evitar que en campaña alguno no favorecido se tire a la hamaca.

Es decir, el partido que trabaje más tendrá obviamente más votos y con ellos más prerrogativas, aunque sea el mismo candidato; sin contar que en el caso de la elección de Ayuntamientos tendrán la posibilidad de alcanzar mayor número de regidurías.

Lo cierto es que mientras Acción Nacional ya dio el primer paso, el Revolucionario Institucional pausadamente y bajo sus propios tiempos, va caminando, donde es muy posible que este fin de semana tendría su propio precandidato.

En el marco de este proceso destaca en el PRI duranguense el gran esfuerzo que se ha hecho para mantener la cohesión y la unidad, lo que hay que adjudicarlo en gran medida a la prudencia y tolerancia con la que ha actuado la dirigencia que encabeza Arturo Yáñez y habrá que esperar a que esta continúe porque se está convirtiendo en el gran activo priista rumbo a la que se antoja la más grande guerra electoral en la era tecnológica y de que se tenga memoria alguna.

Aquí hay grupos y personajes de altos oficios políticos, pero Arturo ha logrado detener y evitar que las pasiones se desborden. El líder priista es relativamente joven, pero con una gran experiencia que ha adquirido al recorrer la legua desde sus inicios estudiantiles, hasta

su paso por el Cabildo, el Congreso, la Secretaría de estado y desde luego la partidista. En Acción Nacional las cosas van a su estilo, a su manera y también con prudencia, con cautela. Fuertes, firmes pero sutiles a la vez. Caminan con su propio manual, con oficio y directriz política de alta escuela bajo la comandancia operativa de Verónica Pérez.

En el PRD mucho se ha dicho, y entre lo más es que es un valioso espectador del procesoselectivo y cuya función principal estará en la etapa de la campaña, donde lo mucho o lo poco será oro molido para los propósitos de sus aliados entre quienes se ha pactado un gobierno de coalición.

A finales de este naciente mes que camina con vértigo se tendrán la mayoría delas cartas sobre la mesa. Y a partir de entonces vendrá la otra batalla interna en cada uno de los partidos en pos de las candidaturas a las alcaldías municipales que serán otra nueva historia, donde traerán como complementos las sindicaturas y las regidurías.

Todo indica que si la cohesión y la unidad que se ha mantenido entre los dirigidos por Arturo Yáñez continúa, todo indica que tienen muchas posibilidades, junto con sus aliados, de llegar a un buen puerto y destino.

El inicio de año fue con el vértigo que se esperaba. Los partidos prácticamente han velado sus armas e izado sus banderas. Han surgido también las primeras discrepancias que hasta se antojan naturales producto del alcance de lo que está en juego. Discrepancia que hasta el momento han sido dentro del margen de la vida interna de los partidos políticos.

Contrario al acuerdo de alianza entre el PRI,PAN y PRD del año pasado y que dentro del proceso de elecciones locales y federales en Durango acordaron llevar registros únicos, previamente pactada su distribución distrital entre los partidos.

Hoy, -al menos en el caso de la gubernatura-, el caso será distinto pues los términos del acuerdo aliancista permite realizar procesos internos que legitimen en el papel, democracia y apertura.

Es así como esta llamada alianza culturalmente, en términos jurídicos se trata de acuerdo de candidatura común que les permita a los partidos en lo futuro transitar con cierta independencia, particularmente en las prerrogativas financieras, pero además se ponen un “candado”, desde ahorita, para evitar que en campaña alguno no favorecido se tire a la hamaca.

Es decir, el partido que trabaje más tendrá obviamente más votos y con ellos más prerrogativas, aunque sea el mismo candidato; sin contar que en el caso de la elección de Ayuntamientos tendrán la posibilidad de alcanzar mayor número de regidurías.

Lo cierto es que mientras Acción Nacional ya dio el primer paso, el Revolucionario Institucional pausadamente y bajo sus propios tiempos, va caminando, donde es muy posible que este fin de semana tendría su propio precandidato.

En el marco de este proceso destaca en el PRI duranguense el gran esfuerzo que se ha hecho para mantener la cohesión y la unidad, lo que hay que adjudicarlo en gran medida a la prudencia y tolerancia con la que ha actuado la dirigencia que encabeza Arturo Yáñez y habrá que esperar a que esta continúe porque se está convirtiendo en el gran activo priista rumbo a la que se antoja la más grande guerra electoral en la era tecnológica y de que se tenga memoria alguna.

Aquí hay grupos y personajes de altos oficios políticos, pero Arturo ha logrado detener y evitar que las pasiones se desborden. El líder priista es relativamente joven, pero con una gran experiencia que ha adquirido al recorrer la legua desde sus inicios estudiantiles, hasta

su paso por el Cabildo, el Congreso, la Secretaría de estado y desde luego la partidista. En Acción Nacional las cosas van a su estilo, a su manera y también con prudencia, con cautela. Fuertes, firmes pero sutiles a la vez. Caminan con su propio manual, con oficio y directriz política de alta escuela bajo la comandancia operativa de Verónica Pérez.

En el PRD mucho se ha dicho, y entre lo más es que es un valioso espectador del procesoselectivo y cuya función principal estará en la etapa de la campaña, donde lo mucho o lo poco será oro molido para los propósitos de sus aliados entre quienes se ha pactado un gobierno de coalición.

A finales de este naciente mes que camina con vértigo se tendrán la mayoría delas cartas sobre la mesa. Y a partir de entonces vendrá la otra batalla interna en cada uno de los partidos en pos de las candidaturas a las alcaldías municipales que serán otra nueva historia, donde traerán como complementos las sindicaturas y las regidurías.

Todo indica que si la cohesión y la unidad que se ha mantenido entre los dirigidos por Arturo Yáñez continúa, todo indica que tienen muchas posibilidades, junto con sus aliados, de llegar a un buen puerto y destino.

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