/ miércoles 4 de agosto de 2021

La coincidencia en la diversidad

La semana pasada, acudí a una tertulia literaria en un conocido hotel del centro histórico durangueño, en ocasión de la presentación del libro “Evolución de la Laicidad y la libertad religiosa en México” de la autoría del político y escritor Manuel Espino Barrientos.

La charla fue convocada por la lideresa de la organización política Ruta 5 en Durango, encabezada por Sonia Flores, un evento donde coincidieron diferentes agrupaciones culturales, políticas y religiosas y que tuvieron como punto de coincidencia el texto de Manuel Espino, uno de los pocos políticos durangueños cuya apuesta se concentra no tan sólo en el tema político, sino en el ámbito cultural, alejándonos del marasmo y poco entendimiento en la clásica e irreverente grilla mexicana.

El contenido del texto es abordado con audacia didáctica, planteando de manera particular el histórico desencuentro entre conservadores y liberales respecto al laicismo, laicidad y estado laico, que data desde principios del siglo decimonónico hasta nuestros días; y donde Manuel Espino, con la sagacidad que lo caracteriza, puso los puntos sobre las íes, al fijar su postura en un coloquio de atípicas posturas ideológicas.

Durante su intervención, realizó un breve recuento historiográfico resaltando a las figuras protagónicas de Durango, como Guadalupe Victoria y Francisco Zarco, entre otros; así mismo, de las tribulaciones de los diputados constituyentes de 1917, que hicieron posible la inclusión de la educación laica en nuestro país.

El éxito del evento, no sólo consistió en la aportación de la obra de Manuel Espino, sino la coincidencia entre sus asistentes en posturas históricamente encontradas; durante el foro, se tuvo la oportunidad de abordar temas específicos y hasta clarificar situaciones en antaño controversiales. Destacaron entre los asistentes algunos miembros de la Iglesia, masones de la Gran Logia de Estado “Guadalupe Victoria”, escritores, cronistas, empresarios, profesionistas de diversos ramos, políticos y sociedad en general.

La actividad que viene desplegando Manuel Espino en Durango, no es de hoy, siempre ha presumido que sus raíces son y están en Durango, y con ese derecho de sangre y de empatía geográfica, le ofrece asiduamente a los duranguenses una buena dosis de calor humano, de cultura y de política. Es uno de los actores de la política duranguense, que ha trascendido las fronteras estatales, de tal manera que no debemos de perderlo de vista porque en las próximas elecciones locales del 2022, nos puede dar la sorpresa al ser quien eventualmente encabece la candidatura a la gubernatura; y sus partidarios ya viene trabajando para ello, y si lo hace desde el terreno cultural, pues... ¡Bienvenido a su casa que es Durango!

La semana pasada, acudí a una tertulia literaria en un conocido hotel del centro histórico durangueño, en ocasión de la presentación del libro “Evolución de la Laicidad y la libertad religiosa en México” de la autoría del político y escritor Manuel Espino Barrientos.

La charla fue convocada por la lideresa de la organización política Ruta 5 en Durango, encabezada por Sonia Flores, un evento donde coincidieron diferentes agrupaciones culturales, políticas y religiosas y que tuvieron como punto de coincidencia el texto de Manuel Espino, uno de los pocos políticos durangueños cuya apuesta se concentra no tan sólo en el tema político, sino en el ámbito cultural, alejándonos del marasmo y poco entendimiento en la clásica e irreverente grilla mexicana.

El contenido del texto es abordado con audacia didáctica, planteando de manera particular el histórico desencuentro entre conservadores y liberales respecto al laicismo, laicidad y estado laico, que data desde principios del siglo decimonónico hasta nuestros días; y donde Manuel Espino, con la sagacidad que lo caracteriza, puso los puntos sobre las íes, al fijar su postura en un coloquio de atípicas posturas ideológicas.

Durante su intervención, realizó un breve recuento historiográfico resaltando a las figuras protagónicas de Durango, como Guadalupe Victoria y Francisco Zarco, entre otros; así mismo, de las tribulaciones de los diputados constituyentes de 1917, que hicieron posible la inclusión de la educación laica en nuestro país.

El éxito del evento, no sólo consistió en la aportación de la obra de Manuel Espino, sino la coincidencia entre sus asistentes en posturas históricamente encontradas; durante el foro, se tuvo la oportunidad de abordar temas específicos y hasta clarificar situaciones en antaño controversiales. Destacaron entre los asistentes algunos miembros de la Iglesia, masones de la Gran Logia de Estado “Guadalupe Victoria”, escritores, cronistas, empresarios, profesionistas de diversos ramos, políticos y sociedad en general.

La actividad que viene desplegando Manuel Espino en Durango, no es de hoy, siempre ha presumido que sus raíces son y están en Durango, y con ese derecho de sangre y de empatía geográfica, le ofrece asiduamente a los duranguenses una buena dosis de calor humano, de cultura y de política. Es uno de los actores de la política duranguense, que ha trascendido las fronteras estatales, de tal manera que no debemos de perderlo de vista porque en las próximas elecciones locales del 2022, nos puede dar la sorpresa al ser quien eventualmente encabece la candidatura a la gubernatura; y sus partidarios ya viene trabajando para ello, y si lo hace desde el terreno cultural, pues... ¡Bienvenido a su casa que es Durango!