/ domingo 30 de agosto de 2020

La Conago y las crisis actuales

Con la oportunidad perdida en la reunión de la Conago de San Luis Potosí, los gobernadores y el presidente de la República han evidenciado una vez más el tamaño de la clase política que nos gobierna y su incapacidad para tener una visión de Estado a fin de enfrentar las graves crisis que aquejan a nuestro país y a los mexicanos.

No sólo lograron reducir a nada los resultados de su reunión, sino que además se deja entrever una crisis mayor en la Conago por las declaraciones de algunos de los gobernadores integrantes de la llamada “Alianza federalista de gobernadores” a reunirse el próximo 7 de septiembre en Chihuahua y que amenazan con dejar la Conferencia.

Es cierto que la Conago enfrenta un vaciamiento en sus contenidos para ser un buen interlocutor frente al centralismo del gobierno federal y más con un presidente que siente que él es el Estado, un absolutismo campea en Palacio Nacional y los gobernadores en vez de enfrentar con unidad y con una visión alternativa la marcha del país le hacen el juego al fraccionar la unidad y no revisar las causas de la crisis de la Conago sino amenazar con salirse de ella, eso sólo le permitiría al presidente mantenerlos divididos y seguir ejerciendo su centralismo unipersonal del poder, máxime que en unos meses en varios de esos estados “federalistas” habrá elecciones y es muy probable que los partidos que ahora formalmente gobiernan, no lo hagan ya.

La Conago nació en el marco de la alternancia presidencial y de los cambios políticos que se dieron al principio del siglo XXI en nuestro país, pero también en un contexto de un cierto equilibrio de poderes desde el Congreso y la fuerza de los gobernadores emanados de los partidos de oposición al PAN, ganador de la Presidencia de la República en el año 2000; eso y la lucha por el reparto de los ingresos provenientes de la venta del petróleo que en ese tiempo el barril de la mezcla mexicana estaba en 100 dólares, hicieron posible el surgimiento de la Conago aún con el apoyo de los propios gobernadores del PAN frente al gobierno federal.

Ahora con esta nueva realidad política los gobernadores pueden hacer un trabajo fundamental en favor de un nuevo federalismo que posibilite una revisión profunda del acuerdo fiscal y aprovechar las crisis por el Covid-19, crisis económica derivada de esta y la de seguridad para hacer un contraste a la gestión de las mismas frente al gobierno federal que ha sido rebasado por las tres y lo más grave, que sigue aún sin tener una propuesta sólida de gestión de las mismas, y dígalo si no los números: en el actual gobierno de López van 60 mil homicidios dolosos, mientras que en el mismo periodo en los gobiernos de Fox habían 24,020, con Calderón 19,571 y con Peña,30,321; y en la crisis por el Covid-19 van con números oficiales al sábado 63,819 personas que desafortunadamente han fallecido, rebasando aquella cifra ya del “escenario catastrófico “ así definido por el propio gobierno federal de llegar a los 60 mil muertos, y la crisis económica que sin un programa contracíclico y con sólo un apoyo fiscal de 0.4 por ciento del PIB han agotado ya los “guardaditos” según palabras del propio secretario de Hacienda y todos los escenarios de las principales instituciones financieras nacionales e internacionales ubican una caída ya de la economía de -10% del PIB, y obvio en espera de cómo se siga comportando la pandemia del Covid-19, porque del gobierno federal ya sabemos que no variará su postura muy cercana a los negacionistas de la pandemia.

Así es que frente a esto los gobernadores siguen teniendo la oportunidad de hacer algo diferente al gobierno federal y la Conago puede salir de su crisis no dividiéndose más, sino con una salida hacia adelante de propuestas viables para gestionar de manera racional y positiva para el país y su población las crisis actuales, poniendo el ejemplo, creando un clima de unidad en la diversidad de la sociedad, dando certezas frente a la incertidumbre federal, confianza de cara a la desconfianza que el gobierno de López ha hecho con los inversionistas nacionales e internacionales, hablando con la verdad frente a las mentiras que sin empacho alguno López dice diariamente, haciendo de los gobiernos locales gobiernos representativos eficaces, y no sólo gobiernos de un solo hombre, dando respuestas a las demandas y exigencias sociales con honestidad probada y en un marco de transparencia, además de mantener una estrategia de coordinación entre los tres niveles de gobierno para enfrentar de una manera mucho más eficaz la violencia e inseguridad que golpea a la sociedad, entre otras acciones.

Vaciar la Conago no es la salida para enfrentar las actuales crisis que aquejan a la República, sino al contrario, hay que buscar su fortalecimiento, para ser un verdadero interlocutor y un contrapeso político frente al autoritarismo y la ineptitud del gobierno central.




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Con la oportunidad perdida en la reunión de la Conago de San Luis Potosí, los gobernadores y el presidente de la República han evidenciado una vez más el tamaño de la clase política que nos gobierna y su incapacidad para tener una visión de Estado a fin de enfrentar las graves crisis que aquejan a nuestro país y a los mexicanos.

No sólo lograron reducir a nada los resultados de su reunión, sino que además se deja entrever una crisis mayor en la Conago por las declaraciones de algunos de los gobernadores integrantes de la llamada “Alianza federalista de gobernadores” a reunirse el próximo 7 de septiembre en Chihuahua y que amenazan con dejar la Conferencia.

Es cierto que la Conago enfrenta un vaciamiento en sus contenidos para ser un buen interlocutor frente al centralismo del gobierno federal y más con un presidente que siente que él es el Estado, un absolutismo campea en Palacio Nacional y los gobernadores en vez de enfrentar con unidad y con una visión alternativa la marcha del país le hacen el juego al fraccionar la unidad y no revisar las causas de la crisis de la Conago sino amenazar con salirse de ella, eso sólo le permitiría al presidente mantenerlos divididos y seguir ejerciendo su centralismo unipersonal del poder, máxime que en unos meses en varios de esos estados “federalistas” habrá elecciones y es muy probable que los partidos que ahora formalmente gobiernan, no lo hagan ya.

La Conago nació en el marco de la alternancia presidencial y de los cambios políticos que se dieron al principio del siglo XXI en nuestro país, pero también en un contexto de un cierto equilibrio de poderes desde el Congreso y la fuerza de los gobernadores emanados de los partidos de oposición al PAN, ganador de la Presidencia de la República en el año 2000; eso y la lucha por el reparto de los ingresos provenientes de la venta del petróleo que en ese tiempo el barril de la mezcla mexicana estaba en 100 dólares, hicieron posible el surgimiento de la Conago aún con el apoyo de los propios gobernadores del PAN frente al gobierno federal.

Ahora con esta nueva realidad política los gobernadores pueden hacer un trabajo fundamental en favor de un nuevo federalismo que posibilite una revisión profunda del acuerdo fiscal y aprovechar las crisis por el Covid-19, crisis económica derivada de esta y la de seguridad para hacer un contraste a la gestión de las mismas frente al gobierno federal que ha sido rebasado por las tres y lo más grave, que sigue aún sin tener una propuesta sólida de gestión de las mismas, y dígalo si no los números: en el actual gobierno de López van 60 mil homicidios dolosos, mientras que en el mismo periodo en los gobiernos de Fox habían 24,020, con Calderón 19,571 y con Peña,30,321; y en la crisis por el Covid-19 van con números oficiales al sábado 63,819 personas que desafortunadamente han fallecido, rebasando aquella cifra ya del “escenario catastrófico “ así definido por el propio gobierno federal de llegar a los 60 mil muertos, y la crisis económica que sin un programa contracíclico y con sólo un apoyo fiscal de 0.4 por ciento del PIB han agotado ya los “guardaditos” según palabras del propio secretario de Hacienda y todos los escenarios de las principales instituciones financieras nacionales e internacionales ubican una caída ya de la economía de -10% del PIB, y obvio en espera de cómo se siga comportando la pandemia del Covid-19, porque del gobierno federal ya sabemos que no variará su postura muy cercana a los negacionistas de la pandemia.

Así es que frente a esto los gobernadores siguen teniendo la oportunidad de hacer algo diferente al gobierno federal y la Conago puede salir de su crisis no dividiéndose más, sino con una salida hacia adelante de propuestas viables para gestionar de manera racional y positiva para el país y su población las crisis actuales, poniendo el ejemplo, creando un clima de unidad en la diversidad de la sociedad, dando certezas frente a la incertidumbre federal, confianza de cara a la desconfianza que el gobierno de López ha hecho con los inversionistas nacionales e internacionales, hablando con la verdad frente a las mentiras que sin empacho alguno López dice diariamente, haciendo de los gobiernos locales gobiernos representativos eficaces, y no sólo gobiernos de un solo hombre, dando respuestas a las demandas y exigencias sociales con honestidad probada y en un marco de transparencia, además de mantener una estrategia de coordinación entre los tres niveles de gobierno para enfrentar de una manera mucho más eficaz la violencia e inseguridad que golpea a la sociedad, entre otras acciones.

Vaciar la Conago no es la salida para enfrentar las actuales crisis que aquejan a la República, sino al contrario, hay que buscar su fortalecimiento, para ser un verdadero interlocutor y un contrapeso político frente al autoritarismo y la ineptitud del gobierno central.




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