/ sábado 10 de agosto de 2019

La cultura contra el racismo en los tiempos de Donald Trump y desde antes

Es difícil definir el racismo porque no se trata nada más del desprecio hacia otras razas y otras culturas, que desde su campaña y desde que tomó el poder Donald Trump ha aumentado, y que precisamente con la educación pudiera disminuir, ya que con su actitud ha aumentado la cultura del odio.

Y precisamente con la cultura pudiera disminuir, aunque el problema viene de hace mucho tiempo, y no se trata nada más del desprecio a otras razas, sino también entre los que tienen más dinero que otros.

Estamos entre las distintas razas pero también entre las diferentes clases sociales, entre los que tienen mucho y los que no tienen nada. Y desde luego una mayor igualdad social ayudaría a disminuir el problema.

El caso mexicano es distinto, porque nuestro país tiene una tradición solidaria, no solamente con Lázaro Cárdenas y los españoles que vinieron, sino con las dictaduras latinoamericanas.

En el caso de las caravanas centroamericanas, el país ha estado abierto, aunque ha tenido que ir organizando la solidaridad con ellos, a diferencia de la cerrazón de Donald Trump, que el gobierno mexicano ha manejado muy bien llamando a una cooperación especial con esos países, a un plan de desarrollo, al que Trump se ha resistido pero finalmente la realidad lo ha hecho ver que le conviene ceder, para la conveniencia de ambos países, y finalmente se ha impuesto el hombre de negocios que es Trump.

Desgraciadamente el racismo es un problema mundial, pero la cultura es lo que nos salva en lo personal y es lo que salva a los países.

En el caso de las cárceles, que son muchas, no sólo en México sino en Brasil, por ejemplo donde acaban de vivir motines sangrientos, se dice con toda razón que la salud espiritual de un país se mide por la situación de sus prisiones. Y esa es una asignatura pendiente no solamente en nuestro país, y ya está en la lista de los pendientes de la Secretaría de Seguridad del actual gobierno.

Aquí y en todas partes nos conviene prestarle atención a un aspecto tan importante como la cultura y el arte en todos los sectores de la sociedad.

La cultura, el arte y la educación hacen mejores a las personas y a las poblaciones. Se trata de las mejores inversiones que se pueden hacer.

Es difícil definir el racismo porque no se trata nada más del desprecio hacia otras razas y otras culturas, que desde su campaña y desde que tomó el poder Donald Trump ha aumentado, y que precisamente con la educación pudiera disminuir, ya que con su actitud ha aumentado la cultura del odio.

Y precisamente con la cultura pudiera disminuir, aunque el problema viene de hace mucho tiempo, y no se trata nada más del desprecio a otras razas, sino también entre los que tienen más dinero que otros.

Estamos entre las distintas razas pero también entre las diferentes clases sociales, entre los que tienen mucho y los que no tienen nada. Y desde luego una mayor igualdad social ayudaría a disminuir el problema.

El caso mexicano es distinto, porque nuestro país tiene una tradición solidaria, no solamente con Lázaro Cárdenas y los españoles que vinieron, sino con las dictaduras latinoamericanas.

En el caso de las caravanas centroamericanas, el país ha estado abierto, aunque ha tenido que ir organizando la solidaridad con ellos, a diferencia de la cerrazón de Donald Trump, que el gobierno mexicano ha manejado muy bien llamando a una cooperación especial con esos países, a un plan de desarrollo, al que Trump se ha resistido pero finalmente la realidad lo ha hecho ver que le conviene ceder, para la conveniencia de ambos países, y finalmente se ha impuesto el hombre de negocios que es Trump.

Desgraciadamente el racismo es un problema mundial, pero la cultura es lo que nos salva en lo personal y es lo que salva a los países.

En el caso de las cárceles, que son muchas, no sólo en México sino en Brasil, por ejemplo donde acaban de vivir motines sangrientos, se dice con toda razón que la salud espiritual de un país se mide por la situación de sus prisiones. Y esa es una asignatura pendiente no solamente en nuestro país, y ya está en la lista de los pendientes de la Secretaría de Seguridad del actual gobierno.

Aquí y en todas partes nos conviene prestarle atención a un aspecto tan importante como la cultura y el arte en todos los sectores de la sociedad.

La cultura, el arte y la educación hacen mejores a las personas y a las poblaciones. Se trata de las mejores inversiones que se pueden hacer.