/ domingo 19 de abril de 2020

La economía nacional en cuarentena

El 31 de diciembre de 2019 será recordado durante mucho tiempo en la historia de la humanidad por ser el día en que las autoridades de China comunicaron a la Organización Mundial de la Salud que en la ciudad de Wuhan había varios pacientes -cerca de 30- con una neumonía atípica. Se trataba de un virus desconocido. El 9 de enero de 2020 lograron identificarlo como un coronavirus al que llamaron Covid-19, tan agresivo que en solo tres meses se propagó a más de 160 países provocando la muerte de 7,000 personas. Al día de ayer (solo tres meses y medio después) sumaban 2’300,874 personas contagiadas, 158,422 fallecidos, en 185 países, lo que muestra la agresividad de la pandemia.

"Este es uno de los retos más serios de la historia -incluso mayor que algunas guerras- porque para atacar con eficacia la epidemia se requiere que la mitad de la población mundial desarrolle inmunidad. Los grandes temas en que está ahora abocada la comunidad científica son: a).- El diagnóstico para realizar detecciones en etapas tempranas a fin de contener los contagios, para lo cual la OMS recomienda realizar “pruebas, pruebas y más pruebas”. El problema es que no se tiene una prueba de detección rápida, como sí sucede con la influenza; b).- El tratamiento, no hay ninguna terapia antiviral específica, a pesar del esfuerzo que realizan varios países con estudios para probar terapias y c).- En cuanto al desarrollo de una vacuna que acabe con el virus hay diversos equipos de científicos en varios países que trabajan en más de 20 proyectos para encontrar la curación, pero desafortunadamente el dato más halagador es que algunas se encuentran apenas en fase de experimentación.

En México persisten dudas sobre si en las etapas tempranas se tomaron las medidas correctas, a tal grado que en este momento no hay un panorama confiable en el país porque no se hacen las pruebas suficientes para dimensionar la presencia real del Covid-19 en el territorio nacional, prueba de ello es que durante la semana, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, el único vocero autorizado del gobierno, señaló que para estimar la realidad de la presencia del virus había que “multiplicar por ocho” los casos oficiales, es decir, no hay datos precisos, no hay una cuantificación confiable y por tanto no sabemos los efectos reales que tendrá la pandemia cuando llegue a su máximo de contagios.

Según datos que se conocen de otros países, cada prueba para detectar el coronavirus tiene un costo de 150 dólares, de ahí que la Secretaría de Salud haya distribuido solo 9,100 pruebas para una población superior a los 125 millones de personas. Como dato comparativo en Corea del Sur se realizaron más de 200,000 pruebas de laboratorio, hecho que les permitió darse cuenta de la magnitud del problema, preparar su sistema de salud y atender a los afectados, siendo uno de los países exitosos en enfrentar la enfermedad.

Al igual que muchos países el nuestro solicitó a la población establecer la sana distancia, quedarse en casa para detener los contagios y evitar acudir a lugares concurridos, pero el gobierno de la CdMx que encabeza la morenista Claudia Sheinbaum permitió la realización del festival “Vive Latino” que congregó a más de 60,000 personas en el Foro Sol, en plena contingencia, ocurriendo que algunos de los policías enviados a resguardar el evento resultaron contagiados, resultando ya uno de ellos fallecido.

El aislamiento social propicia la paralización de la economía; el consumo familiar ha caído, las empresas multiplican sus problemas de liquidez y ventas, se ven obligados a dar de baja a trabajadores; la inversión privada se desplomó y la entrada de divisas al país por venta de petróleo y envío de remesas -de familiares que viven allá una tragedia similar- sufren un alto deterioro. La Secretaría de Hacienda y el Banco de México no tiene una estimación precisa del impacto económico por la crisis del coronavirus. La afectación depende del número de contagios y muertes; del tiempo que se extienda la emergencia, de la magnitud de la desaceleración o recesión económica en Estados Unidos; la recuperación del comercio y la movilidad de las personas y la toma de decisiones del gobierno para afrontar la situación.

Una de las desventajas del mercado para la economía mexicana es que el precio de los alimentos importados va a subir, y los de la gasolina bajarán debido a la baja del precio del petróleo en el mercado internacional gracias a los conflictos entre Rusia y Arabia Saudita -no a una decisión presidencial como lo dijo el huésped principal de Palacio Nacional en una “mañanera”- lo que a la vez representa en ingreso de menos recursos en las finanzas públicas. Incluso la menor producción industrial y manufacturera de China afectará a México dada la interrelación de las cadenas productivas entre China, EUA y México.

En la circunstancia presente han sucedido posturas antes impensadas como que Banxico y la Secretaria de Hacienda trabajen unidos en la evaluación de posibles riesgos y estar preparados para afrontarlos, un hecho pocas veces visto en los últimos años, y esto es particularmente importante si consideramos que la economía desde el 2019 presentó una desaceleración y ahora vamos a una recesión impredecible en el 2020.

Dos de los sectores de alta preocupación son el turismo y la aviación comercial. Según el cálculo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo el impacto financiero en el sector puede superar los 100,000 millones de dólares, en el mercado mexicano, Aeroméxico reducirá el 40% su capacidad internacional parando la mitad de sus aeronaves; Interjet redujo también sus vuelos; en tanto Volaris y Viva Aerobús se han mostrado optimistas por tener operaciones enfocadas en el mercado doméstico, sin embargo el daño general es inminente. El turismo sufrirá una afectación pocas veces visto, se pospuso el Tianguis Turístico, la cancelación del período vacacional de semana santa afectó a todo el sector y no se avizora una mejoría en el corto plazo.

Las familias solo están adquiriendo productos perecederos de la canasta básica para satisfacer sus necesidades inmediatas, lo que provoca una disminución considerable en la adquisición de bienes durables como electrodomésticos, muebles o ropa; el mercado interno tendrá una contracción seria. Esta situación puede obligar a varios centros comerciales a cerrar sus operaciones si no hay un plan de apoyo para que afronten sus obligaciones crediticias y de operación como sucede en otros países. El gran reto de las empresas y grandes comercializadoras es cómo mantenerse en el negocio, no tirar la toalla, resistir. Urge un proyecto que a corto y mediano plazo les permita subsistir en la adversidad.

Estamos ante la disyuntiva de tomar medidas adecuadas de política económica, con soporte en la realidad, viables, que coadyuven a superar la problemática, o bien, se sigue haciendo política electoral en momentos en que la preocupación de los mexicanos es preservar su salud, las de sus familias y afrontar los impactos en la economía de sus bolsillos. Las consultas de revocación de mandato son para otro tiempo, ahora suenan a distracción y a pretexto para no poner énfasis en lo realmente importante.

El 31 de diciembre de 2019 será recordado durante mucho tiempo en la historia de la humanidad por ser el día en que las autoridades de China comunicaron a la Organización Mundial de la Salud que en la ciudad de Wuhan había varios pacientes -cerca de 30- con una neumonía atípica. Se trataba de un virus desconocido. El 9 de enero de 2020 lograron identificarlo como un coronavirus al que llamaron Covid-19, tan agresivo que en solo tres meses se propagó a más de 160 países provocando la muerte de 7,000 personas. Al día de ayer (solo tres meses y medio después) sumaban 2’300,874 personas contagiadas, 158,422 fallecidos, en 185 países, lo que muestra la agresividad de la pandemia.

"Este es uno de los retos más serios de la historia -incluso mayor que algunas guerras- porque para atacar con eficacia la epidemia se requiere que la mitad de la población mundial desarrolle inmunidad. Los grandes temas en que está ahora abocada la comunidad científica son: a).- El diagnóstico para realizar detecciones en etapas tempranas a fin de contener los contagios, para lo cual la OMS recomienda realizar “pruebas, pruebas y más pruebas”. El problema es que no se tiene una prueba de detección rápida, como sí sucede con la influenza; b).- El tratamiento, no hay ninguna terapia antiviral específica, a pesar del esfuerzo que realizan varios países con estudios para probar terapias y c).- En cuanto al desarrollo de una vacuna que acabe con el virus hay diversos equipos de científicos en varios países que trabajan en más de 20 proyectos para encontrar la curación, pero desafortunadamente el dato más halagador es que algunas se encuentran apenas en fase de experimentación.

En México persisten dudas sobre si en las etapas tempranas se tomaron las medidas correctas, a tal grado que en este momento no hay un panorama confiable en el país porque no se hacen las pruebas suficientes para dimensionar la presencia real del Covid-19 en el territorio nacional, prueba de ello es que durante la semana, el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, el único vocero autorizado del gobierno, señaló que para estimar la realidad de la presencia del virus había que “multiplicar por ocho” los casos oficiales, es decir, no hay datos precisos, no hay una cuantificación confiable y por tanto no sabemos los efectos reales que tendrá la pandemia cuando llegue a su máximo de contagios.

Según datos que se conocen de otros países, cada prueba para detectar el coronavirus tiene un costo de 150 dólares, de ahí que la Secretaría de Salud haya distribuido solo 9,100 pruebas para una población superior a los 125 millones de personas. Como dato comparativo en Corea del Sur se realizaron más de 200,000 pruebas de laboratorio, hecho que les permitió darse cuenta de la magnitud del problema, preparar su sistema de salud y atender a los afectados, siendo uno de los países exitosos en enfrentar la enfermedad.

Al igual que muchos países el nuestro solicitó a la población establecer la sana distancia, quedarse en casa para detener los contagios y evitar acudir a lugares concurridos, pero el gobierno de la CdMx que encabeza la morenista Claudia Sheinbaum permitió la realización del festival “Vive Latino” que congregó a más de 60,000 personas en el Foro Sol, en plena contingencia, ocurriendo que algunos de los policías enviados a resguardar el evento resultaron contagiados, resultando ya uno de ellos fallecido.

El aislamiento social propicia la paralización de la economía; el consumo familiar ha caído, las empresas multiplican sus problemas de liquidez y ventas, se ven obligados a dar de baja a trabajadores; la inversión privada se desplomó y la entrada de divisas al país por venta de petróleo y envío de remesas -de familiares que viven allá una tragedia similar- sufren un alto deterioro. La Secretaría de Hacienda y el Banco de México no tiene una estimación precisa del impacto económico por la crisis del coronavirus. La afectación depende del número de contagios y muertes; del tiempo que se extienda la emergencia, de la magnitud de la desaceleración o recesión económica en Estados Unidos; la recuperación del comercio y la movilidad de las personas y la toma de decisiones del gobierno para afrontar la situación.

Una de las desventajas del mercado para la economía mexicana es que el precio de los alimentos importados va a subir, y los de la gasolina bajarán debido a la baja del precio del petróleo en el mercado internacional gracias a los conflictos entre Rusia y Arabia Saudita -no a una decisión presidencial como lo dijo el huésped principal de Palacio Nacional en una “mañanera”- lo que a la vez representa en ingreso de menos recursos en las finanzas públicas. Incluso la menor producción industrial y manufacturera de China afectará a México dada la interrelación de las cadenas productivas entre China, EUA y México.

En la circunstancia presente han sucedido posturas antes impensadas como que Banxico y la Secretaria de Hacienda trabajen unidos en la evaluación de posibles riesgos y estar preparados para afrontarlos, un hecho pocas veces visto en los últimos años, y esto es particularmente importante si consideramos que la economía desde el 2019 presentó una desaceleración y ahora vamos a una recesión impredecible en el 2020.

Dos de los sectores de alta preocupación son el turismo y la aviación comercial. Según el cálculo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo el impacto financiero en el sector puede superar los 100,000 millones de dólares, en el mercado mexicano, Aeroméxico reducirá el 40% su capacidad internacional parando la mitad de sus aeronaves; Interjet redujo también sus vuelos; en tanto Volaris y Viva Aerobús se han mostrado optimistas por tener operaciones enfocadas en el mercado doméstico, sin embargo el daño general es inminente. El turismo sufrirá una afectación pocas veces visto, se pospuso el Tianguis Turístico, la cancelación del período vacacional de semana santa afectó a todo el sector y no se avizora una mejoría en el corto plazo.

Las familias solo están adquiriendo productos perecederos de la canasta básica para satisfacer sus necesidades inmediatas, lo que provoca una disminución considerable en la adquisición de bienes durables como electrodomésticos, muebles o ropa; el mercado interno tendrá una contracción seria. Esta situación puede obligar a varios centros comerciales a cerrar sus operaciones si no hay un plan de apoyo para que afronten sus obligaciones crediticias y de operación como sucede en otros países. El gran reto de las empresas y grandes comercializadoras es cómo mantenerse en el negocio, no tirar la toalla, resistir. Urge un proyecto que a corto y mediano plazo les permita subsistir en la adversidad.

Estamos ante la disyuntiva de tomar medidas adecuadas de política económica, con soporte en la realidad, viables, que coadyuven a superar la problemática, o bien, se sigue haciendo política electoral en momentos en que la preocupación de los mexicanos es preservar su salud, las de sus familias y afrontar los impactos en la economía de sus bolsillos. Las consultas de revocación de mandato son para otro tiempo, ahora suenan a distracción y a pretexto para no poner énfasis en lo realmente importante.