/ domingo 9 de enero de 2022

¿La imposición dividirá al PRI?

Parafraseando a Porfirio Díaz: México está preparado para la democracia, pero los partidos políticos no. Hoy todo ha quedado más claro que el agua. Desde hace meses, Arturo Yáñez Cuellar anunció que Esteban Villegas Villareal sería el candidato del PRI al Gobierno del Estado, y se cumplió aquello de que el que avisa no engaña.

Declaró Enrique Benítez Ojeda a los medios de comunicación y en redes sociales: “la convocatoria es sólo un trámite, se hizo para imponer a Esteban y que ningún otro aspirante pudiera registrarse, porque sólo él cumpliría los requisitos”. Ese es el nuevo PRI que le prometieron a la sociedad después del tsunami de 2018. Que todo cambie para que todo siga igual.

Ironías de la vida: el grupo de Jorge Herrera Caldera tiene un candidato en el PRI y una candidata en MORENA. Como el título de la novela: “El retorno de los brujos”. Impondrán a Villegas Villareal como candidato, pero en el pecado podrían llevar la penitencia. Se ha filtrado desde el interior del tricolor estatal la integración de un frente parecido al famoso TUCOM en contra de Arturo Montiel. Por si fuera poco, podría haber un caballo de troya para que Esteban Villegas Villareal no sea el gobernador. Cualquier otro, menos el nativo de San Juan del Río. Si así fueran las cosas, los derrotados al interior del PRI serían los grupos de Ismael Hernández Deras y Maximiliano Silerio. Sería el posible principio del fin, de estos grupos hegemónicos al interior del priismo local.

Una pregunta: ¿Será tanto el poder del presidente nacional del PRI que también pondrá de rodillas a los panistas de Durango? Comentamos este tema porque Arturo Yáñez Cuellar sigue diciendo a los cuatro vientos que Esteban Villegas Villareal será el candidato de la alianza PAN, PRI y PRD. Si el PRI ya decidió por la sociedad quién será el próximo gobernador del Estado, lo más decente sería que no hubiera campaña para gobernador y presidentes municipales. De esta manera nos ahorraríamos miles de millones de pesos que se gastarán de nuestros impuestos, aparte de los recursos que se les hacen llegar a los candidatos por debajo de la mesa. No es posible que en pleno siglo XXI, la antigua Roma siga teniendo vigencia: al pueblo pan y circo.

¿Podrá el PAN salvar al PRI de una posible ruptura? ¿O sólo el PRI, puede salvar al PRI? En poco tiempo lo sabremos. Alito, Arturo Yáñez y Esteban, tiene un problema que resolver: la unidad del PRI. Ya hubo antecedentes en el pasado. En 2016, Esteban Villegas fue impuesto por el grupo del entonces gobernador Jorge Herrera Caldera. Hoy es la misma gata, nomás que revolcada. En aquella elección donde se le invirtieron miles de millones de pesos a la candidatura de Esteban Villareal, con todo y eso perdió por el voto de miles de priistas inconformes con su imposición. Hoy, de cierta manera, sucede lo mismo y el riesgo también. El PRI no entendió la derrota de 2016 aquí en Durango; tampoco el tsunami de 2018. Siguen alejados de los ciudadanos y de la sociedad. Como alguien dijo, no tienen remedio.

Las consecuencias de imponer a Esteban como candidato son de pronóstico reservado al interior y fuera del PRI. Como se ha dicho, los panistas quieren que Héctor Flores encabece la alianza; no están dispuestos, por ningún motivo, a regresar al grupo de Jorge Herrera Caldera al Bicentenario. El jefe político del PAN tiene que resolver un problema: tomar una decisión salomónica. Si no es Héctor Flores el próximo gobernador, tampoco Esteban Villegas lo será.

Si el PRI ya decidió por la sociedad quién será el próximo gobernador del Estado, lo más decente sería que no hubiera campaña para gobernador y presidentes municipales. De esta manera nos ahorraríamos miles de millones de pesos que se gastarán de nuestros impuestos.

Parafraseando a Porfirio Díaz: México está preparado para la democracia, pero los partidos políticos no. Hoy todo ha quedado más claro que el agua. Desde hace meses, Arturo Yáñez Cuellar anunció que Esteban Villegas Villareal sería el candidato del PRI al Gobierno del Estado, y se cumplió aquello de que el que avisa no engaña.

Declaró Enrique Benítez Ojeda a los medios de comunicación y en redes sociales: “la convocatoria es sólo un trámite, se hizo para imponer a Esteban y que ningún otro aspirante pudiera registrarse, porque sólo él cumpliría los requisitos”. Ese es el nuevo PRI que le prometieron a la sociedad después del tsunami de 2018. Que todo cambie para que todo siga igual.

Ironías de la vida: el grupo de Jorge Herrera Caldera tiene un candidato en el PRI y una candidata en MORENA. Como el título de la novela: “El retorno de los brujos”. Impondrán a Villegas Villareal como candidato, pero en el pecado podrían llevar la penitencia. Se ha filtrado desde el interior del tricolor estatal la integración de un frente parecido al famoso TUCOM en contra de Arturo Montiel. Por si fuera poco, podría haber un caballo de troya para que Esteban Villegas Villareal no sea el gobernador. Cualquier otro, menos el nativo de San Juan del Río. Si así fueran las cosas, los derrotados al interior del PRI serían los grupos de Ismael Hernández Deras y Maximiliano Silerio. Sería el posible principio del fin, de estos grupos hegemónicos al interior del priismo local.

Una pregunta: ¿Será tanto el poder del presidente nacional del PRI que también pondrá de rodillas a los panistas de Durango? Comentamos este tema porque Arturo Yáñez Cuellar sigue diciendo a los cuatro vientos que Esteban Villegas Villareal será el candidato de la alianza PAN, PRI y PRD. Si el PRI ya decidió por la sociedad quién será el próximo gobernador del Estado, lo más decente sería que no hubiera campaña para gobernador y presidentes municipales. De esta manera nos ahorraríamos miles de millones de pesos que se gastarán de nuestros impuestos, aparte de los recursos que se les hacen llegar a los candidatos por debajo de la mesa. No es posible que en pleno siglo XXI, la antigua Roma siga teniendo vigencia: al pueblo pan y circo.

¿Podrá el PAN salvar al PRI de una posible ruptura? ¿O sólo el PRI, puede salvar al PRI? En poco tiempo lo sabremos. Alito, Arturo Yáñez y Esteban, tiene un problema que resolver: la unidad del PRI. Ya hubo antecedentes en el pasado. En 2016, Esteban Villegas fue impuesto por el grupo del entonces gobernador Jorge Herrera Caldera. Hoy es la misma gata, nomás que revolcada. En aquella elección donde se le invirtieron miles de millones de pesos a la candidatura de Esteban Villareal, con todo y eso perdió por el voto de miles de priistas inconformes con su imposición. Hoy, de cierta manera, sucede lo mismo y el riesgo también. El PRI no entendió la derrota de 2016 aquí en Durango; tampoco el tsunami de 2018. Siguen alejados de los ciudadanos y de la sociedad. Como alguien dijo, no tienen remedio.

Las consecuencias de imponer a Esteban como candidato son de pronóstico reservado al interior y fuera del PRI. Como se ha dicho, los panistas quieren que Héctor Flores encabece la alianza; no están dispuestos, por ningún motivo, a regresar al grupo de Jorge Herrera Caldera al Bicentenario. El jefe político del PAN tiene que resolver un problema: tomar una decisión salomónica. Si no es Héctor Flores el próximo gobernador, tampoco Esteban Villegas lo será.

Si el PRI ya decidió por la sociedad quién será el próximo gobernador del Estado, lo más decente sería que no hubiera campaña para gobernador y presidentes municipales. De esta manera nos ahorraríamos miles de millones de pesos que se gastarán de nuestros impuestos.