/ martes 28 de septiembre de 2021

La madrugada del 18 de septiembre

Los lamentables acontecimientos ocurridos la madrugada del sábado 18 de septiembre sobre bulevar Guadiana, donde perdiera la vida un joven de tan sólo 30 años de edad, han generado resurja la vieja y nunca acabada discusión de establecer mayores controles y límites que eviten mueran personas en eventos relacionados con el exceso en el consumo de alcohol y de drogas.

Hasta el momento las medidas adoptadas han sido insuficientes e ineficaces: El clásico programa del conductor designado, los tradicionales retenes y la socorrida vigilancia afuera de los antros no ha servido de mucho, los accidentes que cada fin de semana se presentan dan cuenta de ello.

El tema tiene un alto grado de complejidad por los intereses que se ponen en juego: Económicos, políticos, jurídicos, sociales, familiares, emocionales y un largo etcétera; de ahí el hecho de que las partes involucradas en el problema no hayan llegado a acuerdos que den soluciones tangibles, nadie quiere asumir los costos de las decisiones y siempre es más fácil echarle la culpa a alguien más.

Los funcionarios del gobierno, incluyendo a regidores y diputados, no quieren endurecer las medidas porque saben que los empresarios y los jóvenes les pueden cobrar la factura en la siguiente elección; nada es más impopular que limitar la venta y el consumo de alcohol.

Por su parte, los empresarios difícilmente estarán dispuestos a perder dinero en el caso de restringir la venta por horario o por cantidad, y ya ni decir de invertir en equipos de vigilancia y seguridad en los baños para evitar se venda droga.

Muchos padres de familia no quieren saber del tema, y menos enterarse de que ellos tienen que hacer algo, como vigilar a sus hijos, a qué hora salen, a qué hora llegan y cómo llegan; y los clientes, bueno, no están dispuestos a renunciar a las libertades que han alcanzado en este mundo cada vez más libertino.

Con el paso de los días los hechos ocurridos el sábado 18 de septiembre se olvidarán y hasta que llegue otro se volverá a hablar del tema. Desafortunadamente ese sábado se perdieron dos vidas, la del joven que falleció y la del joven que con tan sólo 24 años de edad irá a la cárcel, se dice que podría ser hasta por 50 años. Lamentable.

Los lamentables acontecimientos ocurridos la madrugada del sábado 18 de septiembre sobre bulevar Guadiana, donde perdiera la vida un joven de tan sólo 30 años de edad, han generado resurja la vieja y nunca acabada discusión de establecer mayores controles y límites que eviten mueran personas en eventos relacionados con el exceso en el consumo de alcohol y de drogas.

Hasta el momento las medidas adoptadas han sido insuficientes e ineficaces: El clásico programa del conductor designado, los tradicionales retenes y la socorrida vigilancia afuera de los antros no ha servido de mucho, los accidentes que cada fin de semana se presentan dan cuenta de ello.

El tema tiene un alto grado de complejidad por los intereses que se ponen en juego: Económicos, políticos, jurídicos, sociales, familiares, emocionales y un largo etcétera; de ahí el hecho de que las partes involucradas en el problema no hayan llegado a acuerdos que den soluciones tangibles, nadie quiere asumir los costos de las decisiones y siempre es más fácil echarle la culpa a alguien más.

Los funcionarios del gobierno, incluyendo a regidores y diputados, no quieren endurecer las medidas porque saben que los empresarios y los jóvenes les pueden cobrar la factura en la siguiente elección; nada es más impopular que limitar la venta y el consumo de alcohol.

Por su parte, los empresarios difícilmente estarán dispuestos a perder dinero en el caso de restringir la venta por horario o por cantidad, y ya ni decir de invertir en equipos de vigilancia y seguridad en los baños para evitar se venda droga.

Muchos padres de familia no quieren saber del tema, y menos enterarse de que ellos tienen que hacer algo, como vigilar a sus hijos, a qué hora salen, a qué hora llegan y cómo llegan; y los clientes, bueno, no están dispuestos a renunciar a las libertades que han alcanzado en este mundo cada vez más libertino.

Con el paso de los días los hechos ocurridos el sábado 18 de septiembre se olvidarán y hasta que llegue otro se volverá a hablar del tema. Desafortunadamente ese sábado se perdieron dos vidas, la del joven que falleció y la del joven que con tan sólo 24 años de edad irá a la cárcel, se dice que podría ser hasta por 50 años. Lamentable.