/ domingo 12 de mayo de 2019

La mentira política

Decía Francois-Rene de Chateaubriand que “la ambición para la que no se tiene talento es un crimen”.

Esto viene a colación porque aún y que es poco el tiempo para evaluar al gobierno de López Obrador, sus acciones y sus dichos día a día dan una ya certera idea del tipo que será lo que resta en este sexenio, un gobierno que por cierto a casi seis meses no tiene aún resultados concretos a la vista y casi a diario se la pasa con promesas como en tiempos de campaña y evade eso si toda responsabilidad frente a los reclamos sociales a la compleja realidad que los mexicanos vivimos.

Con tantas “falsas verdades” que diario escuchamos desde el púlpito de Palacio Nacional a quien sueña que un día la historia voltee a mirarlo y que incluso se ha adelantado a su juicio y de los historiadores autoproclamado una transformación que más bien estos meses han sido de trastornos bien valdría recordar el papel de la mentira política en la historia y sus consecuencias.

Desde Platón se comenzó a señalar que la mentira en política existía, pero Platón trató de darle una “buena” salida señalando que podía tener alguna justificación si esta se hacía buscando un beneficio común. En cambio Maquiavelo justificó que un príncipe podría mentir para su sobrevivencia política en virtud de que “...los hombres son tan crédulos y tan sumisos a las necesidades del momento que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar “; en 1712 un folleto se publicó en Londres que después fue atribuido a Jonathan Swift (aunque al parecer su autor verdadero fue John Arbuthnot), “El arte de la mentira política”, donde se señala que la mentira es un elemento natural, el aire que se respira y que se necesita de “más arte para convencer al pueblo de una verdad saludable para hacerle creer en una falsedad saludable”, es decir que por el propio bien del pueblo sea gobernado con la mentira.

La Consultoría SPIN de Luis Estada ha hecho un trabajo original y pesado, ¿miren que estar escuchando diario “las mañaneras” del presidente es casi como si tuvieran que pagar una penitencia, no?, para tener los datos siguientes: El presidente en el mes de abril en promedio por conferencia, es decir diario, realizó 8 promesas, 4 compromisos 18 expresiones no falseables y 6 falsas, en promedio semanal dijo 180 afirmaciones NO verdaderas y en una proyección que hace SPIN al año serían 9,360.

Con estos datos duros de SPIN la pregunta sería, por qué miente el Presidente, qué obtiene con ello?, lo que ahora se observa en las últimas encuestas de aprobación es que ha bajado rápidamente si tomamos en cuenta que casi estuvo en 80 puntos al arranque de su gobierno y ahora tiene sólo 60 es claro que no sólo se evapora su popularidad, sino también su legitimidad ya que realizar actos como el famoso “memorándum” sobre la reforma educativa, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la compra de las pipas para Pemex sin licitación, así como la pretensión de construir la refinería de “Dos Bocas”, Veracruz, en el mismo estilo y muchos etcéteras, mi hipótesis es que el presidente miente diario buscando desensibilizar a la sociedad para lo que resta de su sexenio ya que el decir “afirmaciones no verdaderas” hasta ahora, no tiene consecuencias jurídicas, aunque hoy vemos con su actual aprobación de 60, que consecuencias políticas si comienza a tener y eso debería de ser ojalá un acicate para que haga un alto en el camino para ordenar y encauzar su gobierno por una ruta de conciliación de armonía social de eficiencia en las políticas públicas de ubicarse en el México y mundo de hoy, de ponerse en serio a trabajar para atacar los graves problemas de inseguridad y violencia, de estancamiento económico, en una palabra centrarse en la realidad, porque esta última terca es y ni el presidente le ganará.

Acaso será que el presidente dice tantas “falsas verdades “porque su discurso está sólo enfocado a sus seguidores y tiene el objeto de mantener la fidelidad a su persona e ir creando una percepción afín a su proyecto sólo con una parte de la sociedad, ¿si así fuera, entonces asistimos de manera constante a una subversión contra la democracia, vaciándola de sus valores y pilares ,estamos pues en un momento de riesgo para la existencia de nuestra democracia.

Decía Francois-Rene de Chateaubriand que “la ambición para la que no se tiene talento es un crimen”.

Esto viene a colación porque aún y que es poco el tiempo para evaluar al gobierno de López Obrador, sus acciones y sus dichos día a día dan una ya certera idea del tipo que será lo que resta en este sexenio, un gobierno que por cierto a casi seis meses no tiene aún resultados concretos a la vista y casi a diario se la pasa con promesas como en tiempos de campaña y evade eso si toda responsabilidad frente a los reclamos sociales a la compleja realidad que los mexicanos vivimos.

Con tantas “falsas verdades” que diario escuchamos desde el púlpito de Palacio Nacional a quien sueña que un día la historia voltee a mirarlo y que incluso se ha adelantado a su juicio y de los historiadores autoproclamado una transformación que más bien estos meses han sido de trastornos bien valdría recordar el papel de la mentira política en la historia y sus consecuencias.

Desde Platón se comenzó a señalar que la mentira en política existía, pero Platón trató de darle una “buena” salida señalando que podía tener alguna justificación si esta se hacía buscando un beneficio común. En cambio Maquiavelo justificó que un príncipe podría mentir para su sobrevivencia política en virtud de que “...los hombres son tan crédulos y tan sumisos a las necesidades del momento que el que engaña encontrará siempre quien se deje engañar “; en 1712 un folleto se publicó en Londres que después fue atribuido a Jonathan Swift (aunque al parecer su autor verdadero fue John Arbuthnot), “El arte de la mentira política”, donde se señala que la mentira es un elemento natural, el aire que se respira y que se necesita de “más arte para convencer al pueblo de una verdad saludable para hacerle creer en una falsedad saludable”, es decir que por el propio bien del pueblo sea gobernado con la mentira.

La Consultoría SPIN de Luis Estada ha hecho un trabajo original y pesado, ¿miren que estar escuchando diario “las mañaneras” del presidente es casi como si tuvieran que pagar una penitencia, no?, para tener los datos siguientes: El presidente en el mes de abril en promedio por conferencia, es decir diario, realizó 8 promesas, 4 compromisos 18 expresiones no falseables y 6 falsas, en promedio semanal dijo 180 afirmaciones NO verdaderas y en una proyección que hace SPIN al año serían 9,360.

Con estos datos duros de SPIN la pregunta sería, por qué miente el Presidente, qué obtiene con ello?, lo que ahora se observa en las últimas encuestas de aprobación es que ha bajado rápidamente si tomamos en cuenta que casi estuvo en 80 puntos al arranque de su gobierno y ahora tiene sólo 60 es claro que no sólo se evapora su popularidad, sino también su legitimidad ya que realizar actos como el famoso “memorándum” sobre la reforma educativa, la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la compra de las pipas para Pemex sin licitación, así como la pretensión de construir la refinería de “Dos Bocas”, Veracruz, en el mismo estilo y muchos etcéteras, mi hipótesis es que el presidente miente diario buscando desensibilizar a la sociedad para lo que resta de su sexenio ya que el decir “afirmaciones no verdaderas” hasta ahora, no tiene consecuencias jurídicas, aunque hoy vemos con su actual aprobación de 60, que consecuencias políticas si comienza a tener y eso debería de ser ojalá un acicate para que haga un alto en el camino para ordenar y encauzar su gobierno por una ruta de conciliación de armonía social de eficiencia en las políticas públicas de ubicarse en el México y mundo de hoy, de ponerse en serio a trabajar para atacar los graves problemas de inseguridad y violencia, de estancamiento económico, en una palabra centrarse en la realidad, porque esta última terca es y ni el presidente le ganará.

Acaso será que el presidente dice tantas “falsas verdades “porque su discurso está sólo enfocado a sus seguidores y tiene el objeto de mantener la fidelidad a su persona e ir creando una percepción afín a su proyecto sólo con una parte de la sociedad, ¿si así fuera, entonces asistimos de manera constante a una subversión contra la democracia, vaciándola de sus valores y pilares ,estamos pues en un momento de riesgo para la existencia de nuestra democracia.