/ jueves 22 de julio de 2021

La mirada de Dalí valiosa muestra

Cerca de 250 piezas originales de obra gráfica, fotografías y esculturas de Salvador Dalí se presentan por primera vez en la Ciudad de México, expuestas en la muestra Dalí 2.1 en la galería Daliana de la capital del país.

La exhibición contiene piezas representativas de diferentes periodos y técnicas de Dalí, incluye esculturas de bronce, placas de plata y litografías en gran formato de hasta 13 colores, grabados con guache y collages, así como algunas joyas y libros.

Esta muestra quiere dar a conocer la obra de Dalí en este México donde no se tiene un museo permanente dedicado a su obra. Destaca entre las piezas “La persistencia de la memoria”, que es una escultura de pequeño formato, una fundición de bronce a la cera perdida que representa uno de sus míticos relojes blandos.

La relevancia de Dalí está más allá de su trabajo artístico. “Porque además de ser un gran artista, fue un gran pensador y filósofo no sólo de su tiempo, dado que estudió en profundidad el arte, la sociedad, las costumbres, la tecnología, el pasado y el futuro tal como él concibió”.

En la exposición se tiene una serie de 10 litografías de gran formato que se llama Objetos e imaginaciones del futuro, donde Dalí entre 1976 y 1977 aventuró algunas tecnologías que para entonces no existían y que llegarían con el futuro. Entre esas invenciones encontramos teléfonos inteligentes, que son capaces de transmitir audio, datos, imágenes y video. Pero él fue un paso más allá y aventuró que esos mismos teléfonos del futuro serían capaces de transmitir elementos orgánicos, como emociones y sentimientos.

También está la serie de 80 grabados donde Dalí recreó un palimpsesto que complementa o reinterpreta a Goya sobre la serie de 80 grabados originales que Francisco de Goya denominó Los caprichos de Goya, donde originalmente el pintor español hizo una crítica de su sociedad y tomó 80 motivos para satirizar las costumbres de la gente vulgar, educada, de la aristocracia, el clero y la clase gobernante.

Dalí los retoma y les imprime su lenguaje gráfico. Aplica modificaciones para resaltar algunos de estos caracteres que nos llevan a pensar en nuestra sociedad y costumbres, como la vanidad, el materialismo o cómo algunas personas se intentan aprovechar de los otros a partir de una posición social para ejercer su poder, una serie que podemos definir como opresiva.

Esta serie demuestra que Dalí siempre rindió un homenaje a los grandes maestros de la pintura y de la gráfica, “pues no sólo fue un hombre que miraba la vanguardia o que intentaba generarla, sino que desde joven homenajeó a los viejos maestros del arte gráfico”.

Sobre las fotografías que se exhiben, son imágenes captadas por Enrique Sabater, quien fuera su secretario y hombre de confianza, fotógrafo íntimo de Salvador y Gala.

Sabater pudo generar una serie de 20 fotografías que intituló El ojo invisible, basado en un libro que fue publicado en Barcelona, en 1992, que nos acercan a un Dalí real y desconocido, ya que es cariñoso con su mujer, vestido con ropa simple, que toma el sol en la playa, pesca erizos en la costa o lee y cuenta chistes.

En esta muestra, lo más interesante en torno a Dalí no es sólo apreciar su obra, sino jugar a interpretarla, ya que se trata de un ejercicio que siempre tiene un final abierto y que revela tantas interpretaciones como espectadores, aunque existen algunas claves de cómo mirarlo e interpretarlo y, a medida que uno lo aprecia, la obra evidencia esas claves.

Cerca de 250 piezas originales de obra gráfica, fotografías y esculturas de Salvador Dalí se presentan por primera vez en la Ciudad de México, expuestas en la muestra Dalí 2.1 en la galería Daliana de la capital del país.

La exhibición contiene piezas representativas de diferentes periodos y técnicas de Dalí, incluye esculturas de bronce, placas de plata y litografías en gran formato de hasta 13 colores, grabados con guache y collages, así como algunas joyas y libros.

Esta muestra quiere dar a conocer la obra de Dalí en este México donde no se tiene un museo permanente dedicado a su obra. Destaca entre las piezas “La persistencia de la memoria”, que es una escultura de pequeño formato, una fundición de bronce a la cera perdida que representa uno de sus míticos relojes blandos.

La relevancia de Dalí está más allá de su trabajo artístico. “Porque además de ser un gran artista, fue un gran pensador y filósofo no sólo de su tiempo, dado que estudió en profundidad el arte, la sociedad, las costumbres, la tecnología, el pasado y el futuro tal como él concibió”.

En la exposición se tiene una serie de 10 litografías de gran formato que se llama Objetos e imaginaciones del futuro, donde Dalí entre 1976 y 1977 aventuró algunas tecnologías que para entonces no existían y que llegarían con el futuro. Entre esas invenciones encontramos teléfonos inteligentes, que son capaces de transmitir audio, datos, imágenes y video. Pero él fue un paso más allá y aventuró que esos mismos teléfonos del futuro serían capaces de transmitir elementos orgánicos, como emociones y sentimientos.

También está la serie de 80 grabados donde Dalí recreó un palimpsesto que complementa o reinterpreta a Goya sobre la serie de 80 grabados originales que Francisco de Goya denominó Los caprichos de Goya, donde originalmente el pintor español hizo una crítica de su sociedad y tomó 80 motivos para satirizar las costumbres de la gente vulgar, educada, de la aristocracia, el clero y la clase gobernante.

Dalí los retoma y les imprime su lenguaje gráfico. Aplica modificaciones para resaltar algunos de estos caracteres que nos llevan a pensar en nuestra sociedad y costumbres, como la vanidad, el materialismo o cómo algunas personas se intentan aprovechar de los otros a partir de una posición social para ejercer su poder, una serie que podemos definir como opresiva.

Esta serie demuestra que Dalí siempre rindió un homenaje a los grandes maestros de la pintura y de la gráfica, “pues no sólo fue un hombre que miraba la vanguardia o que intentaba generarla, sino que desde joven homenajeó a los viejos maestros del arte gráfico”.

Sobre las fotografías que se exhiben, son imágenes captadas por Enrique Sabater, quien fuera su secretario y hombre de confianza, fotógrafo íntimo de Salvador y Gala.

Sabater pudo generar una serie de 20 fotografías que intituló El ojo invisible, basado en un libro que fue publicado en Barcelona, en 1992, que nos acercan a un Dalí real y desconocido, ya que es cariñoso con su mujer, vestido con ropa simple, que toma el sol en la playa, pesca erizos en la costa o lee y cuenta chistes.

En esta muestra, lo más interesante en torno a Dalí no es sólo apreciar su obra, sino jugar a interpretarla, ya que se trata de un ejercicio que siempre tiene un final abierto y que revela tantas interpretaciones como espectadores, aunque existen algunas claves de cómo mirarlo e interpretarlo y, a medida que uno lo aprecia, la obra evidencia esas claves.