/ lunes 25 de febrero de 2019

La política es así

Los tiempos de las precampañas por el ayuntamiento del municipio de Durango están por agotarse. Con la suficiente anticipación se dijo que la disputa por el poder municipal estaría entre la coalición PAN-PRD-PD y el Partido Morena y sus aliados.

El otrora partido invencible se le ubicó, por lo menos, en un honroso tercer lugar. Por cierto, el partido citado determinó que a su candidato fuere elegido por el método de consulta a los militantes y simpatizantes del mismo.

Por su parte, el candidato de la coalición aludida, sería definido por la decisión de un universo muy inferior de votantes ligados y fuertemente comprometidos con el PAN que sería la base para la postulación y la plataforma hacia la victoria electoral del próximo 2 de junio.

Dentro de la competencia por la candidatura PAN-PRD-PD participan cuatro candidatos. Dos de ellos afines al actual presidente municipal que se hizo del poder en 2016 a través de una coalición de partidos PAN-PRD, mientras que los otros dos se ubican dentro del ámbito de acción del PAN y parecería que, de entrada, ambos contarían con el visto bueno del gobernador del estado para la elección del candidato y con el apoyo del mismo dentro de la contienda electoral.

Sin adentrarse demasiado en las luchas intestinas por la candidatura avalada por el PAN-PRD-PD, los iniciados y conocedores de los vericuetos partidarios, consideran que con la confronta entre dos grupos que representan intereses diferentes, se pretendería dividir aún más a la coalición para así facilitar el triunfo del candidato de Morena y aliados.

Por supuesto, en el entendido que desde el poder estatal se querría que ganare cualquier de los candidatos institucionales (o sea, los afines y/o cercanos al gobernador del estado).

Luego pues, en un primer acercamiento, así se visualiza la disputa por la candidatura de la coalición PAN-PRD-PD.

Por otra parte, para la candidatura de Morena y sus posibles-probables aliados vía candidatura común, las aspiraciones se han decantado. Dos de ellos han difundido (será verdad, será mentira, lo más seguro es que quién sabe) que el jefe nato de Morena ya definió la candidatura a su favor.

El uno de ellos proviene de la sociedad civil, mientras que el otro es un aspirante multicolor y con mucho colorido. En un tiempo militó en el PRD, en otro lo hizo en el MC. En la elección de 2016 vistió el ropaje de candidato ciudadano. El año pasado regresó a los colores partidarios y fue candidato a senador bajo el amparo de la coalición “Por México al Frente”, integrada por los partidos PAN-PRD-MC.

Sin embargo, en la disputa por las diputaciones locales, el partido que él controlaba y controla (MC) postuló candidatos quienes, al final del día, mermaron las posibilidades-probabilidades de triunfo de los candidatos postulados, vía candidaturas comunes, por los partidos PAN-PRD-PD.

Ante la certeza de que no obtendría el apoyo de los partidos que lo llevaron al triunfo en 2016 (PAN-PR), el acalde inició trámites y negociaciones para ser postulado por otro partido, principalmente Morena y sus aliados vía candidatura común, entre los cuales estarían (casi con certeza el PVEM, el MC y el PT). Partido este que pudiere postular a su dirigente natural con liderazgo reconocido en el medio desde hace ya casi treinta años, puesto que aquél podría considerar que tendría todos los méritos y cercanías con el jefe nato de Morena para ser el candidato de este partido y sus aliados (el PT incluido).

Un tercero candidato por Morena y aliados se ha difundido que podría ser un ciudadano inclinado por la política quien ya fue candidato independiente a la alcaldía en 2016, y que ahora aspiraría a ser con el aval de Morena, aval que tendría vía la intervención y apoyos de un poderos secretario de estado con quien participó en la coordinación de la primera circunscripción federal en las elecciones federales de 2018, así como de la dirigente nacional del partido y tal vez de quien fuera la coordinadora de la campaña del vencedor en la contienda presidencial.

Marginados totalmente de sus aspiraciones para ser, todo indica que quedarán dos ex militantes del partido que en un tiempo fue calificado como invencible y que antes del inicio de la contienda presidencial, cambiaron de partido por razones que solo ellos comprendieron y se auto convencieron para cambiar.

Finalmente, aparece también como aspirante a ser candidato un político muy activo desde atrás tiempo y con participación en diferentes escenarios y partidos, quien ha dicho que él es morenista químicamente puro desde que Morena fue movimiento y que lo es aún con mayor vehemencia a partir de que el movimiento se convirtió en partido político.

No se considera que el Partido MC pudiere postular candidato a la presidencia municipal de Durango, puesto que se considera que el membrete y la militancia que tiene, invariablemente la pondría a disposición del alcalde capitalino, quien, en no pocas ocasiones, ha sostenido que tanto la presidencia municipal como la gubernatura se ganaron gracias a su fuerza política y a la movilización realizada para ganar.

Tal afirmación no solo genera dudas sino que se descarta por el simple hecho de que si realmente tuviera fuerza electoral y movilización propias, habría ganado por mayoría la senaduría el año pasado y a la cual accedió por la vía de primera minoría, puesto que la mayoría la obtuvieron los candidatos a senadores de la coalición “Juntos haremos historia”.

Para finalizar, se pasará a justificar el título de la presente colaboración.

La vida, la carrera y la acción políticas de un ex presidente de México estuvieron preñadas de anécdotas y una de ella fue la siguiente.

Un amigo y compadre de él, pidió audiencia para que el partido lo postulara para ser diputado federal por el distrito en el cual residía. El expresidente estuvo de acuerdo en la petición y lo envió con el presidente del partido para que, vía el procedimiento estatutario, fuera postulado. Sin embargo, pese a la recomendación, el amigo-compadre no obtuvo su pretensión, por lo que regresó con su amigo el entonces presidente quien, apenas había traspuesto el dintel del despacho presidencial, el llamado primer mandatario se dirigió a él con los brazos abiertos, tal vez para otorgarle un abrazo de compensación, al mismo tiempo que le decía: ¡perdimos compadre!

¿A quiénes o a cuáles de los aspirantes que dicen tener el aval del jefe nato o de personajes muy cercanos a él, se les dirá: ¡perdimos compadre!

Los tiempos de las precampañas por el ayuntamiento del municipio de Durango están por agotarse. Con la suficiente anticipación se dijo que la disputa por el poder municipal estaría entre la coalición PAN-PRD-PD y el Partido Morena y sus aliados.

El otrora partido invencible se le ubicó, por lo menos, en un honroso tercer lugar. Por cierto, el partido citado determinó que a su candidato fuere elegido por el método de consulta a los militantes y simpatizantes del mismo.

Por su parte, el candidato de la coalición aludida, sería definido por la decisión de un universo muy inferior de votantes ligados y fuertemente comprometidos con el PAN que sería la base para la postulación y la plataforma hacia la victoria electoral del próximo 2 de junio.

Dentro de la competencia por la candidatura PAN-PRD-PD participan cuatro candidatos. Dos de ellos afines al actual presidente municipal que se hizo del poder en 2016 a través de una coalición de partidos PAN-PRD, mientras que los otros dos se ubican dentro del ámbito de acción del PAN y parecería que, de entrada, ambos contarían con el visto bueno del gobernador del estado para la elección del candidato y con el apoyo del mismo dentro de la contienda electoral.

Sin adentrarse demasiado en las luchas intestinas por la candidatura avalada por el PAN-PRD-PD, los iniciados y conocedores de los vericuetos partidarios, consideran que con la confronta entre dos grupos que representan intereses diferentes, se pretendería dividir aún más a la coalición para así facilitar el triunfo del candidato de Morena y aliados.

Por supuesto, en el entendido que desde el poder estatal se querría que ganare cualquier de los candidatos institucionales (o sea, los afines y/o cercanos al gobernador del estado).

Luego pues, en un primer acercamiento, así se visualiza la disputa por la candidatura de la coalición PAN-PRD-PD.

Por otra parte, para la candidatura de Morena y sus posibles-probables aliados vía candidatura común, las aspiraciones se han decantado. Dos de ellos han difundido (será verdad, será mentira, lo más seguro es que quién sabe) que el jefe nato de Morena ya definió la candidatura a su favor.

El uno de ellos proviene de la sociedad civil, mientras que el otro es un aspirante multicolor y con mucho colorido. En un tiempo militó en el PRD, en otro lo hizo en el MC. En la elección de 2016 vistió el ropaje de candidato ciudadano. El año pasado regresó a los colores partidarios y fue candidato a senador bajo el amparo de la coalición “Por México al Frente”, integrada por los partidos PAN-PRD-MC.

Sin embargo, en la disputa por las diputaciones locales, el partido que él controlaba y controla (MC) postuló candidatos quienes, al final del día, mermaron las posibilidades-probabilidades de triunfo de los candidatos postulados, vía candidaturas comunes, por los partidos PAN-PRD-PD.

Ante la certeza de que no obtendría el apoyo de los partidos que lo llevaron al triunfo en 2016 (PAN-PR), el acalde inició trámites y negociaciones para ser postulado por otro partido, principalmente Morena y sus aliados vía candidatura común, entre los cuales estarían (casi con certeza el PVEM, el MC y el PT). Partido este que pudiere postular a su dirigente natural con liderazgo reconocido en el medio desde hace ya casi treinta años, puesto que aquél podría considerar que tendría todos los méritos y cercanías con el jefe nato de Morena para ser el candidato de este partido y sus aliados (el PT incluido).

Un tercero candidato por Morena y aliados se ha difundido que podría ser un ciudadano inclinado por la política quien ya fue candidato independiente a la alcaldía en 2016, y que ahora aspiraría a ser con el aval de Morena, aval que tendría vía la intervención y apoyos de un poderos secretario de estado con quien participó en la coordinación de la primera circunscripción federal en las elecciones federales de 2018, así como de la dirigente nacional del partido y tal vez de quien fuera la coordinadora de la campaña del vencedor en la contienda presidencial.

Marginados totalmente de sus aspiraciones para ser, todo indica que quedarán dos ex militantes del partido que en un tiempo fue calificado como invencible y que antes del inicio de la contienda presidencial, cambiaron de partido por razones que solo ellos comprendieron y se auto convencieron para cambiar.

Finalmente, aparece también como aspirante a ser candidato un político muy activo desde atrás tiempo y con participación en diferentes escenarios y partidos, quien ha dicho que él es morenista químicamente puro desde que Morena fue movimiento y que lo es aún con mayor vehemencia a partir de que el movimiento se convirtió en partido político.

No se considera que el Partido MC pudiere postular candidato a la presidencia municipal de Durango, puesto que se considera que el membrete y la militancia que tiene, invariablemente la pondría a disposición del alcalde capitalino, quien, en no pocas ocasiones, ha sostenido que tanto la presidencia municipal como la gubernatura se ganaron gracias a su fuerza política y a la movilización realizada para ganar.

Tal afirmación no solo genera dudas sino que se descarta por el simple hecho de que si realmente tuviera fuerza electoral y movilización propias, habría ganado por mayoría la senaduría el año pasado y a la cual accedió por la vía de primera minoría, puesto que la mayoría la obtuvieron los candidatos a senadores de la coalición “Juntos haremos historia”.

Para finalizar, se pasará a justificar el título de la presente colaboración.

La vida, la carrera y la acción políticas de un ex presidente de México estuvieron preñadas de anécdotas y una de ella fue la siguiente.

Un amigo y compadre de él, pidió audiencia para que el partido lo postulara para ser diputado federal por el distrito en el cual residía. El expresidente estuvo de acuerdo en la petición y lo envió con el presidente del partido para que, vía el procedimiento estatutario, fuera postulado. Sin embargo, pese a la recomendación, el amigo-compadre no obtuvo su pretensión, por lo que regresó con su amigo el entonces presidente quien, apenas había traspuesto el dintel del despacho presidencial, el llamado primer mandatario se dirigió a él con los brazos abiertos, tal vez para otorgarle un abrazo de compensación, al mismo tiempo que le decía: ¡perdimos compadre!

¿A quiénes o a cuáles de los aspirantes que dicen tener el aval del jefe nato o de personajes muy cercanos a él, se les dirá: ¡perdimos compadre!

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