/ lunes 1 de abril de 2019

La Política es así

El petróleo es nuestro

Los tiempos políticos transcurren en forma por demás ineluctables cobijados aún por la 4T, al margen de los avances prometidos en diferentes rubros por el presidente de la República para acceder al anhelado poder; sin embargo, en las entrañas del ejercicio del poder, se perciben ya tendencias orientadas a identificar a los futuros herederos en los tiempos por venir.

Amparado con la fuerza del discurso que reitera una vez, otra vez, etc., tanto en las conferencias “mañaneras” como en los actos políticos en su transitar permanente, más que para anunciar o iniciar obras, el presidente conserva su credibilidad y, por tanto, sus preferencias electorales y tal vez para que las mismas se incrementen en el mediano plazo. En el largo, estaría en duda.

¿Hasta cuándo se mantendrá tal tendencia sin que la misma disminuya?

No se sabe. La respuesta se dará conforme avancen los tiempos políticos.

Mientras tanto, habría que contemplar dos panoramas en el terreno económico. Uno el de la creación de la riqueza, y dos, el concerniente a la distribución de la misma, en el entendido de que si no existe riqueza, o sea recursos económicos, no sería posible la concreción y menos la permanencia de la distribución de la misma a través de los programas sociales configurados y en marcha.

Son varios los proyectos que en el aspecto económico el presidente considera que serán claves para el crecimiento económico y para que generen recursos vía impuestos a la Hacienda pública, para que los mismos sean suficientes para que la justicia distributiva no merme, sino que, amplíe su ámbito de cobertura. Tal vez el más importante sería el rescate petrolero contemplado en tres variantes.

La primera que consistiría en aumentar la producción petrolera del país por ahora en stand by porque, por una parte, las rondas verificadas para dar en concesión a empresas particulares campos petrolíferos para su explotación, las cuales a la fecha no han incrementado los niveles de producción petrolera que están, si no a la baja, por lo menos están estáticas.

No se pasa por alto que la actual producción petrolera del país no alcanza a cubrir la demanda nacional, y mucho menos tiene excedentes para exportar el crudo y así obtener recursos frescos para inyectar a la economía nacional.

Por ahora las rondas para la adjudicación están suspendidas. No se tiene información precisa de cuándo se reanudarán, y si las mismas continuarán o no.

La segunda se refiere a incrementar la capacidad de la refinación del petróleo que actualmente es deficitaria para satisfacer los requerimientos del país, para así dejar de importar gasolina de los Estados Unidos de América.

Para superar el déficit de gasolinas, el presidente ha prometido: la construcción de una refinería en el lugar denominado Dos Bocas, Tabasco, la cual se haría por adjudicación directa a cuatro empresas seleccionadas extranjeras que ya aceptaron participar en la licitación.

Las preguntas obligadas son ¿cuándo estaría terminada la nueva refinería y cuándo iniciaría su etapa productiva? ¿En este sexenio o hasta el próximo?

Además, el presidente ofreció que se rehabilitarían las seis refinerías existentes y que sus recursos fueron depredados durante los sexenios anteriores por la corrupción y porque fueran consideradas como las principales fuentes de dotación de recursos al estado por la vía impositiva, a tal grado que las mismas quedaron insolventes no sólo para poder aumentar su producción sino para que conservaran el mismo nivel.

En su reciente visita a Ciudad Madero, Tamaulipas, el presidente se comprometió a destinar 3 mil 500 millones de pesos para la rehabilitación de la refinería localizada en dicha ciudad.

Vista la realidad lacerante del país en el aspecto petrolífero tanto en su producción como en su refinación, a continuación se tratará lo relativo al título de la presente colaboración.

1.- En el artículo 27 de la Constitución de 1917 se estableció que correspondían al dominio directo de la Nación, entre otros recursos naturales, el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos que localizaran en el territorio nacional.

2.- Al entrar en vigor la Constitución promulgada el 5 de febrero de 1917, lo cual sucedió el uno de mayo del mismo año, en la exploración, explotación, apropiación y distribución del petróleo y demás sustancias señaladas, las empresas dominantes eran europeas y en menor escala del vecino país del norte.

3.- Para que el gobierno de los EUA reconociera al mexicano presidido por Álvaro Obregón quien había llegado al poder previa la eliminación física del primer presidente, quien había llegado al amparo de la Constitución de 1917, en Los Tratados de Bucareli, se adquirió el compromiso de que la Constitución mexicana no tendría efectos retroactivos en perjuicio de las empresas estadounidenses.

4.- En 1938 el panorama mundial había cambiado radicalmente, pues ante la amenaza de la inminente conflagración, cuyos efectos podrían repercutir en el vecino país del norte, se contempló, entre otros, la eventualidad de una remota posibilidad de la alianza del país con las potencias del Eje Alemania-Italia-Japón.

5.- Con una actuación de consuno y con la participación activa del sindicalismo mexicano, se generó un conflicto obrero-patronal entre los trabajadores de las empresas explotadoras del petróleo y de sus derivados, que fue resuelto por la SCJN que declaró legal la huelga de los trabajadores; empresas que se negaron a cumplir el laudo, lo cual obligó a que el gobierno de la República expropiara los bienes de las empresas petroleras (no el petróleo) y las cuales explotaban las yacimientos petrolíferos de México.

6.- La expropiación de los bienes de las empresas petroleras tuvo el aval, y tal vez el apoyo total del gobierno estadounidense, el cual gráficamente se manifestó con la presencia física del embajador de los EUA en el presídium montado para que el presidente de México anunciara tal expropiación. El resto es historia.

7.- La historia se recicla con la reforma energética realizada en el sexenio pasado, en la cual se conserva el dominio directo de la Nación sobre el petróleo y sus derivados, con la salvedad de que ahora en el texto constitucional se incluyó la intervención de particulares (nacionales y extranjeros) en la exploración, explotación, distribución y comercialización de productos petrolíferos, quienes, por las acciones realizadas, tendrían derecho a conservar parte de la renta petrolera generada por sus acciones de exploración y explotación del petróleo; acciones todas ellas pendientes de producir efecto a favor del país, parte porque la exploración y explotación requiere tiempo, y parte la suspensión de las rondas petroleras para adjudicar a compañías privadas más concesiones para la explotación de mantos petrolíferos localizados.

La comercialización y distribución de gasolinas ya no son exclusivas de Pemex.

El petróleo es nuestro

Los tiempos políticos transcurren en forma por demás ineluctables cobijados aún por la 4T, al margen de los avances prometidos en diferentes rubros por el presidente de la República para acceder al anhelado poder; sin embargo, en las entrañas del ejercicio del poder, se perciben ya tendencias orientadas a identificar a los futuros herederos en los tiempos por venir.

Amparado con la fuerza del discurso que reitera una vez, otra vez, etc., tanto en las conferencias “mañaneras” como en los actos políticos en su transitar permanente, más que para anunciar o iniciar obras, el presidente conserva su credibilidad y, por tanto, sus preferencias electorales y tal vez para que las mismas se incrementen en el mediano plazo. En el largo, estaría en duda.

¿Hasta cuándo se mantendrá tal tendencia sin que la misma disminuya?

No se sabe. La respuesta se dará conforme avancen los tiempos políticos.

Mientras tanto, habría que contemplar dos panoramas en el terreno económico. Uno el de la creación de la riqueza, y dos, el concerniente a la distribución de la misma, en el entendido de que si no existe riqueza, o sea recursos económicos, no sería posible la concreción y menos la permanencia de la distribución de la misma a través de los programas sociales configurados y en marcha.

Son varios los proyectos que en el aspecto económico el presidente considera que serán claves para el crecimiento económico y para que generen recursos vía impuestos a la Hacienda pública, para que los mismos sean suficientes para que la justicia distributiva no merme, sino que, amplíe su ámbito de cobertura. Tal vez el más importante sería el rescate petrolero contemplado en tres variantes.

La primera que consistiría en aumentar la producción petrolera del país por ahora en stand by porque, por una parte, las rondas verificadas para dar en concesión a empresas particulares campos petrolíferos para su explotación, las cuales a la fecha no han incrementado los niveles de producción petrolera que están, si no a la baja, por lo menos están estáticas.

No se pasa por alto que la actual producción petrolera del país no alcanza a cubrir la demanda nacional, y mucho menos tiene excedentes para exportar el crudo y así obtener recursos frescos para inyectar a la economía nacional.

Por ahora las rondas para la adjudicación están suspendidas. No se tiene información precisa de cuándo se reanudarán, y si las mismas continuarán o no.

La segunda se refiere a incrementar la capacidad de la refinación del petróleo que actualmente es deficitaria para satisfacer los requerimientos del país, para así dejar de importar gasolina de los Estados Unidos de América.

Para superar el déficit de gasolinas, el presidente ha prometido: la construcción de una refinería en el lugar denominado Dos Bocas, Tabasco, la cual se haría por adjudicación directa a cuatro empresas seleccionadas extranjeras que ya aceptaron participar en la licitación.

Las preguntas obligadas son ¿cuándo estaría terminada la nueva refinería y cuándo iniciaría su etapa productiva? ¿En este sexenio o hasta el próximo?

Además, el presidente ofreció que se rehabilitarían las seis refinerías existentes y que sus recursos fueron depredados durante los sexenios anteriores por la corrupción y porque fueran consideradas como las principales fuentes de dotación de recursos al estado por la vía impositiva, a tal grado que las mismas quedaron insolventes no sólo para poder aumentar su producción sino para que conservaran el mismo nivel.

En su reciente visita a Ciudad Madero, Tamaulipas, el presidente se comprometió a destinar 3 mil 500 millones de pesos para la rehabilitación de la refinería localizada en dicha ciudad.

Vista la realidad lacerante del país en el aspecto petrolífero tanto en su producción como en su refinación, a continuación se tratará lo relativo al título de la presente colaboración.

1.- En el artículo 27 de la Constitución de 1917 se estableció que correspondían al dominio directo de la Nación, entre otros recursos naturales, el petróleo y todos los carburos de hidrógeno sólidos, líquidos o gaseosos que localizaran en el territorio nacional.

2.- Al entrar en vigor la Constitución promulgada el 5 de febrero de 1917, lo cual sucedió el uno de mayo del mismo año, en la exploración, explotación, apropiación y distribución del petróleo y demás sustancias señaladas, las empresas dominantes eran europeas y en menor escala del vecino país del norte.

3.- Para que el gobierno de los EUA reconociera al mexicano presidido por Álvaro Obregón quien había llegado al poder previa la eliminación física del primer presidente, quien había llegado al amparo de la Constitución de 1917, en Los Tratados de Bucareli, se adquirió el compromiso de que la Constitución mexicana no tendría efectos retroactivos en perjuicio de las empresas estadounidenses.

4.- En 1938 el panorama mundial había cambiado radicalmente, pues ante la amenaza de la inminente conflagración, cuyos efectos podrían repercutir en el vecino país del norte, se contempló, entre otros, la eventualidad de una remota posibilidad de la alianza del país con las potencias del Eje Alemania-Italia-Japón.

5.- Con una actuación de consuno y con la participación activa del sindicalismo mexicano, se generó un conflicto obrero-patronal entre los trabajadores de las empresas explotadoras del petróleo y de sus derivados, que fue resuelto por la SCJN que declaró legal la huelga de los trabajadores; empresas que se negaron a cumplir el laudo, lo cual obligó a que el gobierno de la República expropiara los bienes de las empresas petroleras (no el petróleo) y las cuales explotaban las yacimientos petrolíferos de México.

6.- La expropiación de los bienes de las empresas petroleras tuvo el aval, y tal vez el apoyo total del gobierno estadounidense, el cual gráficamente se manifestó con la presencia física del embajador de los EUA en el presídium montado para que el presidente de México anunciara tal expropiación. El resto es historia.

7.- La historia se recicla con la reforma energética realizada en el sexenio pasado, en la cual se conserva el dominio directo de la Nación sobre el petróleo y sus derivados, con la salvedad de que ahora en el texto constitucional se incluyó la intervención de particulares (nacionales y extranjeros) en la exploración, explotación, distribución y comercialización de productos petrolíferos, quienes, por las acciones realizadas, tendrían derecho a conservar parte de la renta petrolera generada por sus acciones de exploración y explotación del petróleo; acciones todas ellas pendientes de producir efecto a favor del país, parte porque la exploración y explotación requiere tiempo, y parte la suspensión de las rondas petroleras para adjudicar a compañías privadas más concesiones para la explotación de mantos petrolíferos localizados.

La comercialización y distribución de gasolinas ya no son exclusivas de Pemex.

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