/ lunes 15 de abril de 2019

La Política es así

La habilidad del alcalde

El alcalde quiere reelegirse. Para su reelección se apoya en su habilidad, ¿o tal vez en su inteligencia, o en su ambición, o en su audacia, o en su egolatría, o tal vez en todas las cualidades citadas?

A estas alturas de la campaña por la Presidencia Municipal de Durango, nadie puede tener la certeza de cuál será el resultado. O sea, nadie puede asegurar, más allá de toda duda razonable, si el alcalde se podrá o no reelegir.

Lo cierto es que el alcalde es un político químicamente puro y muy lejos de algún credo ideológico.

Se comenta que, desde sus tiempos de estudiante, se percibía que la naturaleza del alcalde era política.

Al regresar a Durango como un profesional de la medicina con un alto grado de capacidad en el ramo de la cirugía oftalmológica, con la celeridad de su naturaleza y su ambición de ser, recorre viejos senderos de la política ya transitados y se adentra en los meandros de la política pragmática.

En principio busca y obtiene el apoyo del gobernador en turno.

Para las elecciones estatales de 2004 es el promotor del voto a favor del candidato a gobernador del Partido triunfante y se vanagloria que sus tareas promocionales hicieron la diferencia para que aquél se alzara con la victoria.

En septiembre de 2004 es incorporado a la administración pública como titular de la Secretaría de Salud.

De inmediato se muestra muy diligente en el cumplimiento de sus obligaciones como tal. A veces pretende avanzar más rápido que el gobernador Tampoco oculta de su pretensión de ir tras la gubernatura en 2010.

En lenguaje coloquial “come ansias”. El gobernador, a quien consideraba un manso cordero, resultó un lobo quien no permite ser rebasado ni por la izquierda ni por la derecha por su secretario de Salud.

En una decisión que generó polémica pues unos dicen que “lo renunciaron” y otros sostienen que renunció, el ahora alcalde dejó de ser secretario de Salud.

El dejar de ser no lo impide abandonar sus querencias políticas. No pasa mucho tiempo en incorporarse a otra fuerza política que, la colusión o la coalición de intereses, impiden que la misma obtenga el poder presidencial a través de un hombre quien persiste en su voluntad de ser y es electo presidente de la República en 2018.

El alcalde, después de pretender dominar por lo menos dos partidos políticos diferentes, se apropia de la dirigencia de un tercero, a la vez que conserva su cercanía con el hoy presidente y se alía con un militante con fuerza y proyección hacia el interior del Partido que gobernó durante dos sexenios.

Las cualidades citadas al principio, llevan al alcalde a ser el candidato a presidente municipal de Durango en 2016. No era el candidato que hubiera deseado el gobernador triunfante, quien no tiene otra alternativa más que aceptar la imposición derivada de la correlación de fuerzas entre los partidos postulantes como lo fueron el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Sin embargo, para obtener la postulación, el alcalde deja el partido de su pertenencia y aparece como candidato ciudadano.

Ante el tsunami político que percibió se avecinaba para 2018, el alcalde, a través de un acuerdo del cabildo sui géneris que genera más dudas que certezas, obtiene que el cabildo sumiso a su jerarquía, le conceda la autorización “suficiente, definitiva y bastante” para separase de su cargo como presidente municipal, para así poder aspirar a ser candidato a senador por la coalición “Por México al Frente” integrada por los partidos PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC).

El alcalde es postulado candidato y llega al Senado no por la vía de mayoría relativa sino como de primera minoría. La coalición citada es vencida por la denominada “Juntos Haremos Historia” integrada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES).

Al margen de disposiciones constitucionales y legales vigentes y de cualquier interpretación, el alcalde presenta y obtiene licencia indefinida para separarse del Senado y reasumir sus funciones como alcalde. Otra vez con la complacencia del sumiso cabildo y sin que haya oposición alguna en su contra.

No pasa mucho tiempo y el alcalde transmite sus deseos de reelegirse. Como los dos partidos que lo postularon en 2016 le hacen saber que ya no contaría con su respaldo, opera, con habilidad y bien asesorado, para que el órgano electoral, ante lagunas y/o deficiencias legislativas, resuelva que podría ser postulado por otro u otros partidos políticos distintos al PAN y al PRD.

Tiene asegurada la postulación por parte del MC. Hace esfuerzos para que lo postule Morena. Se filtra que estuvo a punto de ser postulado también por el Partido Revolucionario Institucional (PRI); pretensión que al final aborta y va en pos de la reelección solo con el apoyo de su partido MC.

Con miras a la postulación, el alcalde hace cambios en la administración municipal para fortalecer la estructura de la misma y que ésta esté en aptitud de apoyar su reelección en forma más o menos disfrazada, o tal vez en forma abierta y sin ambages. Al respecto, se recuerda que al alcalde se distingue por su audacia para ser y operar.

La habilidad política y asesoría jurídica de que hace gala el alcalde, lo llevan a obtener el acuerdo de que no es necesario dejar la presidencia municipal. O sea, por la mañana sería alcalde y por la tarde-noche candidato a la reelección.

No tarda mucho tiempo en percibir que el doble juego no le favorecería, por lo que, el sumiso cabildo primero resuelve que regrese el regidor que se había separado del cargo, luego le concede al alcalde un permiso temporal de 45 días y cierra su operación con la decisión para que la temporalidad de su ausencia sea cubierta por el regidor que volvió al redil del poder.

Con tales antecedentes, más el hecho de que con decisiones políticas tomadas que dieron en la línea de flotación del PAN, un número muy elevado de militantes de este partido, tal vez liderados por quienes formaron y forman parte de su equipo de trabajo, simpatizan con su candidatura, colocan al alcalde en posición de ser el candidato a vencer. El otrora partido en el poder no cuenta. El PAN se percibe desorganizado y sin apoyo de la estructura de gobierno y de la dirigencia nacional, mientras que la izquierda (MORENA y PT) está dividida y sin unidad tienen asegurada la derrota, pues el tsunami de AMLO ya no estará presente y no aporta mucho su nuevo aliado el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

¿Podrá el alcalde reelegirse o bien sus opositores, juntos o separados, lo podrán vencer? Ello se verá el dos de junio próximo. La sociedad civil también tiene la palabra y su voto.

La habilidad del alcalde

El alcalde quiere reelegirse. Para su reelección se apoya en su habilidad, ¿o tal vez en su inteligencia, o en su ambición, o en su audacia, o en su egolatría, o tal vez en todas las cualidades citadas?

A estas alturas de la campaña por la Presidencia Municipal de Durango, nadie puede tener la certeza de cuál será el resultado. O sea, nadie puede asegurar, más allá de toda duda razonable, si el alcalde se podrá o no reelegir.

Lo cierto es que el alcalde es un político químicamente puro y muy lejos de algún credo ideológico.

Se comenta que, desde sus tiempos de estudiante, se percibía que la naturaleza del alcalde era política.

Al regresar a Durango como un profesional de la medicina con un alto grado de capacidad en el ramo de la cirugía oftalmológica, con la celeridad de su naturaleza y su ambición de ser, recorre viejos senderos de la política ya transitados y se adentra en los meandros de la política pragmática.

En principio busca y obtiene el apoyo del gobernador en turno.

Para las elecciones estatales de 2004 es el promotor del voto a favor del candidato a gobernador del Partido triunfante y se vanagloria que sus tareas promocionales hicieron la diferencia para que aquél se alzara con la victoria.

En septiembre de 2004 es incorporado a la administración pública como titular de la Secretaría de Salud.

De inmediato se muestra muy diligente en el cumplimiento de sus obligaciones como tal. A veces pretende avanzar más rápido que el gobernador Tampoco oculta de su pretensión de ir tras la gubernatura en 2010.

En lenguaje coloquial “come ansias”. El gobernador, a quien consideraba un manso cordero, resultó un lobo quien no permite ser rebasado ni por la izquierda ni por la derecha por su secretario de Salud.

En una decisión que generó polémica pues unos dicen que “lo renunciaron” y otros sostienen que renunció, el ahora alcalde dejó de ser secretario de Salud.

El dejar de ser no lo impide abandonar sus querencias políticas. No pasa mucho tiempo en incorporarse a otra fuerza política que, la colusión o la coalición de intereses, impiden que la misma obtenga el poder presidencial a través de un hombre quien persiste en su voluntad de ser y es electo presidente de la República en 2018.

El alcalde, después de pretender dominar por lo menos dos partidos políticos diferentes, se apropia de la dirigencia de un tercero, a la vez que conserva su cercanía con el hoy presidente y se alía con un militante con fuerza y proyección hacia el interior del Partido que gobernó durante dos sexenios.

Las cualidades citadas al principio, llevan al alcalde a ser el candidato a presidente municipal de Durango en 2016. No era el candidato que hubiera deseado el gobernador triunfante, quien no tiene otra alternativa más que aceptar la imposición derivada de la correlación de fuerzas entre los partidos postulantes como lo fueron el Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Sin embargo, para obtener la postulación, el alcalde deja el partido de su pertenencia y aparece como candidato ciudadano.

Ante el tsunami político que percibió se avecinaba para 2018, el alcalde, a través de un acuerdo del cabildo sui géneris que genera más dudas que certezas, obtiene que el cabildo sumiso a su jerarquía, le conceda la autorización “suficiente, definitiva y bastante” para separase de su cargo como presidente municipal, para así poder aspirar a ser candidato a senador por la coalición “Por México al Frente” integrada por los partidos PAN, PRD y Movimiento Ciudadano (MC).

El alcalde es postulado candidato y llega al Senado no por la vía de mayoría relativa sino como de primera minoría. La coalición citada es vencida por la denominada “Juntos Haremos Historia” integrada por los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), Partido del Trabajo (PT) y Partido Encuentro Social (PES).

Al margen de disposiciones constitucionales y legales vigentes y de cualquier interpretación, el alcalde presenta y obtiene licencia indefinida para separarse del Senado y reasumir sus funciones como alcalde. Otra vez con la complacencia del sumiso cabildo y sin que haya oposición alguna en su contra.

No pasa mucho tiempo y el alcalde transmite sus deseos de reelegirse. Como los dos partidos que lo postularon en 2016 le hacen saber que ya no contaría con su respaldo, opera, con habilidad y bien asesorado, para que el órgano electoral, ante lagunas y/o deficiencias legislativas, resuelva que podría ser postulado por otro u otros partidos políticos distintos al PAN y al PRD.

Tiene asegurada la postulación por parte del MC. Hace esfuerzos para que lo postule Morena. Se filtra que estuvo a punto de ser postulado también por el Partido Revolucionario Institucional (PRI); pretensión que al final aborta y va en pos de la reelección solo con el apoyo de su partido MC.

Con miras a la postulación, el alcalde hace cambios en la administración municipal para fortalecer la estructura de la misma y que ésta esté en aptitud de apoyar su reelección en forma más o menos disfrazada, o tal vez en forma abierta y sin ambages. Al respecto, se recuerda que al alcalde se distingue por su audacia para ser y operar.

La habilidad política y asesoría jurídica de que hace gala el alcalde, lo llevan a obtener el acuerdo de que no es necesario dejar la presidencia municipal. O sea, por la mañana sería alcalde y por la tarde-noche candidato a la reelección.

No tarda mucho tiempo en percibir que el doble juego no le favorecería, por lo que, el sumiso cabildo primero resuelve que regrese el regidor que se había separado del cargo, luego le concede al alcalde un permiso temporal de 45 días y cierra su operación con la decisión para que la temporalidad de su ausencia sea cubierta por el regidor que volvió al redil del poder.

Con tales antecedentes, más el hecho de que con decisiones políticas tomadas que dieron en la línea de flotación del PAN, un número muy elevado de militantes de este partido, tal vez liderados por quienes formaron y forman parte de su equipo de trabajo, simpatizan con su candidatura, colocan al alcalde en posición de ser el candidato a vencer. El otrora partido en el poder no cuenta. El PAN se percibe desorganizado y sin apoyo de la estructura de gobierno y de la dirigencia nacional, mientras que la izquierda (MORENA y PT) está dividida y sin unidad tienen asegurada la derrota, pues el tsunami de AMLO ya no estará presente y no aporta mucho su nuevo aliado el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

¿Podrá el alcalde reelegirse o bien sus opositores, juntos o separados, lo podrán vencer? Ello se verá el dos de junio próximo. La sociedad civil también tiene la palabra y su voto.

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