/ lunes 20 de mayo de 2019

La política es así

El futuro que viene

En los tiempos políticos que corren, se considera que concurren diversos factores, los cuales se tratarán de analizar todos o por lo menos la mayoría.

Los tiempos políticos aludidos no solo se proyectan al dos mil 2024, sino que también y, en primer término, se visualizan hacia el 2021, año electoral este en el cual, además de la renovación total de la Cámara de los Diputados, también tendrá lugar la elección para decidir en dicho año, qué partido o partidos conservarán el poder, cuáles lo perderán y cuáles serán los vencedores, en los trece estados en los que se renovarán los poderes ejecutivos.

El primer factor que se debe de tomar en cuenta, es la concentración excesiva del ejercicio del poder de AMLO como presidente de la República.

El segundo lo sería de cómo lentamente se ha manifestado, en diversas mediciones, la disminución de las preferencias a favor de AMLO. Por supuesto, sin pasar por alto que, casi un año después de las elecciones, la mayoría aun cuando ya con visos de titubeo o variación, todavía es firme partidaria de aquél; mientras que, por su parte, las élites que mayoritariamente votaron en contra de él y su proyecto de nación, continúan firmes en disonancia conceptual y operativa con el presidente.

El tercero, derivado del primero, lo constituye la falta de operadores políticos tanto nacional, como regional y regional, lo cual se aúna a la debilidad operativa de su partido, cuya dirigente genera la percepción que actúa en forma paralela al quehacer político de AMLO y sin que en algún momento se haga presente un sistema de vasos comunicantes que le den fuerza al uno al otro de acuerdo a sus requerimientos. AMLO podrá ser todo lo visionario que se quiere y podrá tener toda la fuerza ganada en el devenir de su formación política para gobernar a su ciencia y paciencia, pero no puede hacerlo solo. Alguien o algunos, le deben de ayudar. Ese alguien o esos algunos no se visualizan.

El cuarto podría ser de que, en términos muy generales, grosso modo, y aun cuando AMLO ha cumplido y hecho efectivas las más de las promesas y propuestas de campaña, la materialidad de las mismas no está muy visible y menos para saber los efectos generalizados a favor no solo de la economía mexicana, sino también de la capacidad adquisitiva de los más, especialmente los más débiles y desprotegidos. Los más están conformes por la pérdida del poder de los que se fueron.

El quinto se podría representar en el hecho de que, al interior del gabinete centralizado y paraestatal, una buena parte de los integrantes del primero y sus facultades, están ocultos a los ojos de los analistas y de los gobernados mismos. De tiempo en tiempo aparecen en las mañaneras pero desaparecen como cometas en el firmamento político inescrutable. Es más, las funciones de más de uno son usurpadas por otro, o bien sus figuras son eclipsadas por la personalidad y acciones de aquellos que constituyen el primer círculo de AMLO y que bien podrían no ser más de tres.

Como claros ejemplos de lo anterior, se tiene el caso del secretario de Relaciones Exteriores que actuó como si fuera el de Hacienda y Crédito Público en la reestructuración de un crédito para PEMEX y en la concertación y apertura de un crédito a futuro para la empresa productiva del estado; o bien, el otro caso concreto es la marginación de que ha sido objeto la titular de la secretaría de Economía en los cabildeos para que, más pronto que tarde, el T-MEC sea ratificado por los órganos legislativos de los EUA y de Canadá.

Por otra parte, no abona a la fortaleza política del presidente y de la Nación misma el hecho de que AMLO haya manifestado que no iría a la reunión del G-20 y que en la misma se sentiría muy bien representado por el secretario de Relaciones Exteriores, ello a pesar de que a la reunión citada asisten los jefes de estado o de gobierno y que el secretario de marras no es lo uno ni lo otro.

Otro ejemplo lo podría constituir el hecho de cómo la titular de la secretaría de Gobernación y la misma dependencia, han sido marginados de la creciente problemática derivada de la crisis migratoria en la cual el gobierno mexicano está en el justo medio, presionado por un lado por la afluencia también creciente de los migrantes que ingresan al país por la frontera sur y al llegar a la norte, o bien ingresan a los EUA pero luego son devueltos a esperar la respuesta positiva de la solicitud de asilo político presentada, o bien, permanecen en las ciudades fronterizas en espera de ingresar legal o ilegalmente a dicho país. El que marca la pauta, la ruta a seguir y que tiene los contactos para hacerlo, es el por hoy poderoso secretario de Relaciones Exteriores.

El sexto se podría representar por el hecho de que, hacia el interior del Congreso de la Unión, el coordinador de la Cámara de los Senadores y presidente de la Junta de Coordinación Política, conduce la negociación y la renegociación con las otras fuerzas políticas para que, hacia el interior del Congreso y, en su caso, en las legislaturas estatales, se aprueben para luego entrar en vigor, las reformas constitucionales que son caras, muy queridas, del presidente para el efecto de llevar a buen término y buen puerto la 4T.

El séptimo podría ser el hecho por demás probado en el sentido de que, después de mucho tiempo de ser rechazadas por AMLO, las fuerzas armadas del país van a tener a su cargo la seguridad pública del país a través de la Guardia Nacional, integrada en su mayoría por elementos que provendrán de la secretaría de la Defensa Nacional y de la secretaría de Marina. La primera también marginó a la secretaría de Comunicaciones en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, cuya factibilidad y duración de su operatividad, un día sí y otro también, están en la duda que tiende a generalizarse entre los expertos.

Sin agotar la temática planteada, por ahora sólo resta hacer dos acotaciones. La primera consiste en la conformación de un grupo de entidades federativas que han crecido y crecen más del 4% anual, a las cuales ya se sumó el estado de Jalisco y se podría sumar pronto Nuevo León.

Ninguna de ellas es gobernada por el Partido del presidente; y la segunda es que todas ellas renovarán al titular del poder ejecutivo en 2021 y en cuya renovación se podría dar la sorpresa de que Morena no resultare triunfante en ninguna o en el mayor parte de ellas, las cuales son: San Luis Potosí, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro que constituye el grupo primario al que ya se sumó Jalisco y muy pronto se podría sumar Nuevo León; entidades todas ellas cuyas economías miran más hacia los Estados Unidos de América y no al sureste marginado cuyo primer presidente emergido del mismo es AMLO.

La postulación de candidatos de Morena en Durango es prueba evidente de la carencia de operación política de la dirigente nacional de dicho Partido.

El futuro que viene

En los tiempos políticos que corren, se considera que concurren diversos factores, los cuales se tratarán de analizar todos o por lo menos la mayoría.

Los tiempos políticos aludidos no solo se proyectan al dos mil 2024, sino que también y, en primer término, se visualizan hacia el 2021, año electoral este en el cual, además de la renovación total de la Cámara de los Diputados, también tendrá lugar la elección para decidir en dicho año, qué partido o partidos conservarán el poder, cuáles lo perderán y cuáles serán los vencedores, en los trece estados en los que se renovarán los poderes ejecutivos.

El primer factor que se debe de tomar en cuenta, es la concentración excesiva del ejercicio del poder de AMLO como presidente de la República.

El segundo lo sería de cómo lentamente se ha manifestado, en diversas mediciones, la disminución de las preferencias a favor de AMLO. Por supuesto, sin pasar por alto que, casi un año después de las elecciones, la mayoría aun cuando ya con visos de titubeo o variación, todavía es firme partidaria de aquél; mientras que, por su parte, las élites que mayoritariamente votaron en contra de él y su proyecto de nación, continúan firmes en disonancia conceptual y operativa con el presidente.

El tercero, derivado del primero, lo constituye la falta de operadores políticos tanto nacional, como regional y regional, lo cual se aúna a la debilidad operativa de su partido, cuya dirigente genera la percepción que actúa en forma paralela al quehacer político de AMLO y sin que en algún momento se haga presente un sistema de vasos comunicantes que le den fuerza al uno al otro de acuerdo a sus requerimientos. AMLO podrá ser todo lo visionario que se quiere y podrá tener toda la fuerza ganada en el devenir de su formación política para gobernar a su ciencia y paciencia, pero no puede hacerlo solo. Alguien o algunos, le deben de ayudar. Ese alguien o esos algunos no se visualizan.

El cuarto podría ser de que, en términos muy generales, grosso modo, y aun cuando AMLO ha cumplido y hecho efectivas las más de las promesas y propuestas de campaña, la materialidad de las mismas no está muy visible y menos para saber los efectos generalizados a favor no solo de la economía mexicana, sino también de la capacidad adquisitiva de los más, especialmente los más débiles y desprotegidos. Los más están conformes por la pérdida del poder de los que se fueron.

El quinto se podría representar en el hecho de que, al interior del gabinete centralizado y paraestatal, una buena parte de los integrantes del primero y sus facultades, están ocultos a los ojos de los analistas y de los gobernados mismos. De tiempo en tiempo aparecen en las mañaneras pero desaparecen como cometas en el firmamento político inescrutable. Es más, las funciones de más de uno son usurpadas por otro, o bien sus figuras son eclipsadas por la personalidad y acciones de aquellos que constituyen el primer círculo de AMLO y que bien podrían no ser más de tres.

Como claros ejemplos de lo anterior, se tiene el caso del secretario de Relaciones Exteriores que actuó como si fuera el de Hacienda y Crédito Público en la reestructuración de un crédito para PEMEX y en la concertación y apertura de un crédito a futuro para la empresa productiva del estado; o bien, el otro caso concreto es la marginación de que ha sido objeto la titular de la secretaría de Economía en los cabildeos para que, más pronto que tarde, el T-MEC sea ratificado por los órganos legislativos de los EUA y de Canadá.

Por otra parte, no abona a la fortaleza política del presidente y de la Nación misma el hecho de que AMLO haya manifestado que no iría a la reunión del G-20 y que en la misma se sentiría muy bien representado por el secretario de Relaciones Exteriores, ello a pesar de que a la reunión citada asisten los jefes de estado o de gobierno y que el secretario de marras no es lo uno ni lo otro.

Otro ejemplo lo podría constituir el hecho de cómo la titular de la secretaría de Gobernación y la misma dependencia, han sido marginados de la creciente problemática derivada de la crisis migratoria en la cual el gobierno mexicano está en el justo medio, presionado por un lado por la afluencia también creciente de los migrantes que ingresan al país por la frontera sur y al llegar a la norte, o bien ingresan a los EUA pero luego son devueltos a esperar la respuesta positiva de la solicitud de asilo político presentada, o bien, permanecen en las ciudades fronterizas en espera de ingresar legal o ilegalmente a dicho país. El que marca la pauta, la ruta a seguir y que tiene los contactos para hacerlo, es el por hoy poderoso secretario de Relaciones Exteriores.

El sexto se podría representar por el hecho de que, hacia el interior del Congreso de la Unión, el coordinador de la Cámara de los Senadores y presidente de la Junta de Coordinación Política, conduce la negociación y la renegociación con las otras fuerzas políticas para que, hacia el interior del Congreso y, en su caso, en las legislaturas estatales, se aprueben para luego entrar en vigor, las reformas constitucionales que son caras, muy queridas, del presidente para el efecto de llevar a buen término y buen puerto la 4T.

El séptimo podría ser el hecho por demás probado en el sentido de que, después de mucho tiempo de ser rechazadas por AMLO, las fuerzas armadas del país van a tener a su cargo la seguridad pública del país a través de la Guardia Nacional, integrada en su mayoría por elementos que provendrán de la secretaría de la Defensa Nacional y de la secretaría de Marina. La primera también marginó a la secretaría de Comunicaciones en la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, cuya factibilidad y duración de su operatividad, un día sí y otro también, están en la duda que tiende a generalizarse entre los expertos.

Sin agotar la temática planteada, por ahora sólo resta hacer dos acotaciones. La primera consiste en la conformación de un grupo de entidades federativas que han crecido y crecen más del 4% anual, a las cuales ya se sumó el estado de Jalisco y se podría sumar pronto Nuevo León.

Ninguna de ellas es gobernada por el Partido del presidente; y la segunda es que todas ellas renovarán al titular del poder ejecutivo en 2021 y en cuya renovación se podría dar la sorpresa de que Morena no resultare triunfante en ninguna o en el mayor parte de ellas, las cuales son: San Luis Potosí, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro que constituye el grupo primario al que ya se sumó Jalisco y muy pronto se podría sumar Nuevo León; entidades todas ellas cuyas economías miran más hacia los Estados Unidos de América y no al sureste marginado cuyo primer presidente emergido del mismo es AMLO.

La postulación de candidatos de Morena en Durango es prueba evidente de la carencia de operación política de la dirigente nacional de dicho Partido.

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