A contracorriente
En los tiempos políticos mexicanos ya fue adoptada como una perogrullada más, decir que cada elección es distinta a la anterior y diferente a la siguiente. Además, se puede citar una más al afirmar que no hay elección más vieja que la organizada apenas ayer.
Luego pues, ni el resultado de las elecciones federales y locales de 2018, ni las del pasado 2 de junio, habrán de ser el piso o bien el techo de los partidos políticos participantes en las mismas. Por tanto, se desconoce qué partido a cuál de los candidatos postulados por los institutos políticos participantes habrán de resultar vencedores en las elecciones intermedias de 2021 y en las estatales de 2022. Tal vez los especialistas y estudiosos podrán hacer una proyección sin que la misma tenga un alto grado de certeza y, por ende, de credibilidad.
Sin embargo, a casi dos meses y medio de que el gobernador del estado rinda su tercer informe de gobierno y con el antecedente de los recientes comicios municipales, así como del predominio de la figura del presidente y sus programas sociales que pueblan todo el horizonte político actual y de los tiempos por venir, sí se podría considerar de que el titular del Poder Ejecutivo local y el mismo partido al que pertenece y que constituyó la base para catapultarlo al triunfo en el año de 2016, habrán de trabajar y actuar a contracorriente de acuerdo a los diferentes factores concurrentes en la administración pública local y de los que se proyecten en el ámbito estatal dentro del centralismo omnipotente, omnisciente y omnipresente que se proyecta del Palacio Nacional, principalmente desde el epicentro del poder y del ámbito informativo de las conferencias mañaneras de AMLO.
El primer factor, por cierto, el más importante por su influencia en el contexto estatal, lo representa el llamado “súperdelegado” quien depende de la Coordinación de Programas Sociales, la cual, en los tiempos por venir, constituirá (sostienen los iniciados) el soporte político electoral del presidente AMLO y de su partido Morena, ya fuere para ampliar el poder, o bien para conservarlo y, dado el caso, para no perderlo.
En Durango, el “superdelegado” designado, por un lado, no posee un alto perfil, por el otro se enfrentó al delegado de Morena y su precaria estructura electoral en la disputa por los ayuntamientos, lo cual condujo a que el partido quedara relegado en el tercer lugar de la votación especial.
Además, un desafortunado accidente condujo a que el cargo quedara acéfalo y hasta la fecha no se ha designado a su sustituto con quien el gobernador del Estado y los ayuntamientos pudieren dialogar para conseguir más recursos para el estado, lo cual se ha traducido en que los o el encargado sustituto le den prioridades a los programas sociales, cuyos beneficiarios podrían representar la fuerza político electoral de Morena y su líder moral con miras al 2021 y al 2022.
Habría que reiterar que, a pesar de todo y más del diferendo señalado, Morena obtuvo el tercer sitio en la votación estatal.
Otro factor negativo para el gobierno del Estado ya lo es la política de la “mano alzada”, hecha efectiva por AMLO en su visita reciente a la Comarca Lagunera de Durango con resultados negativos tanto para la región como para el estado mismo; acción que, ninguna cabe, fue puesta en escena con el conocimiento de causa del presidente y de seguro de la candidata electa para conducir el ayuntamiento de Gómez Palacio y quien llegó al poder municipal cobijada por las banderas de Morena.
También constituye un factor negativo tanto para el gobernador como para su mismo Partido, el hecho muy relevante de que Morena y su aliado el Partido del Trabajo controla al Congreso, lo cual conlleva a tener que negociar la aprobación de leyes y decretos que le interesen al gobernador para el desarrollo de las políticas públicas de la administración a su cargo.
El número de los municipios ganados por el PAN-PRD no es indicativo de triunfos políticos futuros, pues si bien es cierto que se ganó el municipio de Durango pero en un contexto de división partidaria, también lo es que el PAN quedó en tercer lugar en los municipios de Gómez Palacio y Lerdo. Tampoco lo es el hecho de que haya quedado en el primer lugar de la votación estatal, pues, por una parte “dejó vivo” al PRI, y por la otra, Morena constituye la tercera fuerza electoral en el Estado.
La organización del Partido en el poder estatal refleja debilidades en diversos rubros, las cuales tuvieron su origen en la debilidad de su dirigente estatal y en la cooptación de militantes con presencia y trayectoria realizada por el alcalde capitalino. Queda poco tiempo para que el PAN se reestructure y se organice para que así pueda recuperar la competitividad de antaño.
El alcalde está en acción con miras a la gubernatura en disputa en el 2022, y se considera que pretenderá aumentar su respaldo ciudadano en detrimento tanto del PAN como del PRI, para lo cual se apoyará en los cinco regidores de su Partido (MC) que conformarán el Cabildo presidido por un panista de abolengo.
Para finalizar el listado de los factores negativos que el gobernador tendrá que superar, apoyado en su experiencia y la operación que organice, para que, en el tiempo restante de su administración, pueda evadir la trampa de la inacción y superar su ubicación “en su laberinto” en el cual se encuentran inmersos tanto él como su administración, conformado por sus colaboradores que no han estado a la altura de sus exigencias para bien gobernar, y mucho menos para satisfacer las expectativas de los ciudadanos que lo llevaron al ejercicio del poder estatal en 2016.
Habrá que estar a la expectativa de cómo reestructura su gabinete del día de hoy al 15 de septiembre próximo, en el cual iniciará el cuarto año del ejercicio del poder como gobernador del Estado.