/ martes 7 de septiembre de 2021

La política es así

El final del sexenio se acerca ya. Como siempre estará incluido por circunstancias acaecidas o que ocurrirán en el futuro cercano que viene. La atención se centra en relación a los aspirantes a la gubernatura de Durango con más fortalezas que debilidades para ganar.

Sin que pase desapercibido qué factor esencial para la sucesión y para el triunfo habrá de ser si persiste o no la alianza opositora versus Morena y aliados, y si aquella o ésta no se debilitan. Es de sobra conocido y valorado que dentro de la alianza opositora sólo pesan dos partidos: PRI y PAN.

La persistencia de la alianza dependerá de las dirigencias de ambos partidos que por ahora no se perciben con mucha solidez y templanza para tener los arrestos y claridad para tomar la mejor decisión.

Por lo que se refiere al primero de ellos, la dirigencia ya dio indicios que juega al juego de toma todo y que concentra las decisiones al detentar la presidencia y la secretaría general del partido, más la coordinación de los diputados en la Cámara de Diputados, lo cual trasciende a los estados como fue el caso de la decisión para la presidencia de la JUCOPO local para el primer año de la nueva legislatura.

Por lo que concierne al segundo, el dirigente, con permiso temporal en pos de la reelección, no se percibe muy sólido y con un discurso que vaya más allá de los lugares comunes, cuyo liderazgo podría debilitarse (o fortalecerse) en relación directa a la Carta Madrid de la organización política española Vox firmada por senadores del PAN encabezados por su coordinador. Y además, a cuyos dirigentes se recibió por aquellos en un recinto de la Cámara de Senadores.

Desde tales posturas y más si se reelige el presidente del PAN a quien le favorece la correlación de fuerzas para tal efecto a pesar de lo relatado, la alianza opositora podría persistir. Y si así fuere, de acuerdo con los antecedentes del presente año, la candidatura le correspondería al PAN en cuya decisión el gobernador podría estar muy lejos de influir para postular al candidato de su preferencia.

Si así sucediere, el candidato por selección natural de su fortaleza sería el actual presidente del municipio de Durango, un militante de Acción Nacional de siempre y más identificado con el panismo local que cualquier otro.

Por supuesto que la selección de un candidato de la alianza opositora, tendría su razón de ser por el hecho de que en dos trienios consecutivos el PAN y sus aliados ganaron la Presidencia Municipal aludida; y además, que fueron candidatos del PAN respaldados por la alianza, los que ganaron las dos diputaciones federales con cabecera en la ciudad de Durango, así como dos de las cinco diputaciones locales cuyos distritos también son de la ciudad, más un tercero, que si bien contendió por otro partido, familiarmente y por antecedentes de militancia, está identificado con Acción Nacional.

Con el currículum partidista del actual presidente municipal, ningún otro aspirante del PAN podría rebasarlo en las preferencias electorales, y más si se toma en cuenta que el grueso de los electores estatales se concentra en el municipio de Durango (más del 40%).

Cualquier otro candidato podría ser o tener menos fortalezas que el candidato de Morena y aliados cuyo perfil aún no se delinea en el horizonte político.

Por hoy, no se percibe que el candidato a gobernador podría emerger de las aguas políticas por ahora tranquilas del PRI.

Pero todo podría cambiar si en el centro se tomaren decisiones diferentes a la alianza y se decidiere que cada partido jugare sus cartas, tal y como se dio el año que termina en varios Estados.

El final del sexenio se acerca ya. Como siempre estará incluido por circunstancias acaecidas o que ocurrirán en el futuro cercano que viene. La atención se centra en relación a los aspirantes a la gubernatura de Durango con más fortalezas que debilidades para ganar.

Sin que pase desapercibido qué factor esencial para la sucesión y para el triunfo habrá de ser si persiste o no la alianza opositora versus Morena y aliados, y si aquella o ésta no se debilitan. Es de sobra conocido y valorado que dentro de la alianza opositora sólo pesan dos partidos: PRI y PAN.

La persistencia de la alianza dependerá de las dirigencias de ambos partidos que por ahora no se perciben con mucha solidez y templanza para tener los arrestos y claridad para tomar la mejor decisión.

Por lo que se refiere al primero de ellos, la dirigencia ya dio indicios que juega al juego de toma todo y que concentra las decisiones al detentar la presidencia y la secretaría general del partido, más la coordinación de los diputados en la Cámara de Diputados, lo cual trasciende a los estados como fue el caso de la decisión para la presidencia de la JUCOPO local para el primer año de la nueva legislatura.

Por lo que concierne al segundo, el dirigente, con permiso temporal en pos de la reelección, no se percibe muy sólido y con un discurso que vaya más allá de los lugares comunes, cuyo liderazgo podría debilitarse (o fortalecerse) en relación directa a la Carta Madrid de la organización política española Vox firmada por senadores del PAN encabezados por su coordinador. Y además, a cuyos dirigentes se recibió por aquellos en un recinto de la Cámara de Senadores.

Desde tales posturas y más si se reelige el presidente del PAN a quien le favorece la correlación de fuerzas para tal efecto a pesar de lo relatado, la alianza opositora podría persistir. Y si así fuere, de acuerdo con los antecedentes del presente año, la candidatura le correspondería al PAN en cuya decisión el gobernador podría estar muy lejos de influir para postular al candidato de su preferencia.

Si así sucediere, el candidato por selección natural de su fortaleza sería el actual presidente del municipio de Durango, un militante de Acción Nacional de siempre y más identificado con el panismo local que cualquier otro.

Por supuesto que la selección de un candidato de la alianza opositora, tendría su razón de ser por el hecho de que en dos trienios consecutivos el PAN y sus aliados ganaron la Presidencia Municipal aludida; y además, que fueron candidatos del PAN respaldados por la alianza, los que ganaron las dos diputaciones federales con cabecera en la ciudad de Durango, así como dos de las cinco diputaciones locales cuyos distritos también son de la ciudad, más un tercero, que si bien contendió por otro partido, familiarmente y por antecedentes de militancia, está identificado con Acción Nacional.

Con el currículum partidista del actual presidente municipal, ningún otro aspirante del PAN podría rebasarlo en las preferencias electorales, y más si se toma en cuenta que el grueso de los electores estatales se concentra en el municipio de Durango (más del 40%).

Cualquier otro candidato podría ser o tener menos fortalezas que el candidato de Morena y aliados cuyo perfil aún no se delinea en el horizonte político.

Por hoy, no se percibe que el candidato a gobernador podría emerger de las aguas políticas por ahora tranquilas del PRI.

Pero todo podría cambiar si en el centro se tomaren decisiones diferentes a la alianza y se decidiere que cada partido jugare sus cartas, tal y como se dio el año que termina en varios Estados.

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