/ martes 28 de septiembre de 2021

La política es así

La vida es así

En el devenir de la vida todo tiene un principio y un fin. En principio está la oralidad que pronto se amplía y se complementa con la escritura más la lectura constante que a veces da margen a escribir y más escribir.

Lecturas primigenias en la primaria, que se redoblaron en secundaria, en preparatoria y en estudios superiores y en la vida misma.

Normalmente los seres humanos somos influidos por o en el medio escolar y social para leer, y en caso de tener la vocación y el deseo, para escribir, tal vez no con maestría, pero sí con la determinación de compartir los sentimientos y pensamientos por la oralidad y por la escritura.

A temprana edad, cuando se quiere y se puede, se siente la necesidad de leer, escribir y comunicar.

Con certeza, para leer, escribir y comunicar, hubo y habrá siempre alguien, algunos que nos hayan inducido o que nos induzcan a ello.

En profesional un maestro nos invitaba a leer y estar bien informados.

No siempre fue así o es así o así será.

Leer, escribir y hablar a terceros es y será producto del sentir y modo de ser de cada ser humano.

En nuestros vidas, seguramente en más de una ocasión, se ha tenido cerca al amigo, al maestro, al tutor que no sólo facilite las lecturas sino que también oriente a quienes quieran leer o escribir.

Un recuerdo imborrable en mi tránsito por la lectura, la oralidad y la escritura, lo fue y aún lo es, un compañero de estudios con quien construí relaciones de amistad que con el tiempo se diluyeron.

Producto de las lecturas, del deseo de transmitir lo leído, aderezado, aun cuando fuere en mínima escala, me llevó a la oralidad, a la polémica y a los concursos de oratoria, que luego, al dejar esa etapa de la vida, me condujeron a escribir primero en revistas estudiantiles, luego en periódicos semanales y después en diarios.

Dentro del universo de lecturas, discursos, escritos y una interpretación de los tiempos vividos, casi sin querer pero con satisfacción en el corto, tal vez en el mediano o en largo tiempo, un grupo de amigos generacionales o próximos a nuestro modo de ser y de pensar en común en forma transitoria, nos impulsó a editar un periódico semanal de prensa alternativa, anti sistémica ahora, que no resistió más de ocho meses. Tal vez la edición del periódico semanal, además de satisfacciones, bien nos pudo generar decepciones y frustraciones.

Incursioné luego como coeditor de un periódico semanal acorde con los tiempos convencionales.

Luego regresé como colaborador en un periódico diario. Primero en uno, luego en otro, posteriormente en un tercero para luego regresar al primero: “El Sol de Durango”.

Escribí en este periódico ”El Sol de Durango” a partir del 29 de enero de 2014 la columna “Política y Derecho”, centrada más en la primera que en el segundo. Del 4 de julio de 2018 la columna la titulé “La política es así”.

En esta última etapa como columnista, he pretendido, seguramente sin lograrlo, escribir con la ponderación de Alejandro Gómez Arias a quien leía en la década de los sesenta sus artículos publicados en la Revista Siempre, Presencia de México, Por supuesto, situado yo a años luz de su claridad, pulcritud y profundidad de su pensamiento y de su forma de escribir tal vez situado en el justo medio aristotélico.

Estoy cierto que no alcancé mi pretensión, pero lo intenté con la libertad y los límites que solamente yo me impuse.

Continuaré con mis lecturas. Mis escritos se concretarán a las redes sociales. Tal vez sin incidir demasiado en la política.

Las ideas introductorias me fueron inspiradas por Irene Vallejo, al leer su libro “El infinito en un junco”. Recomiendo su lectura.

Así es la vida que seguirá…

La vida es así

En el devenir de la vida todo tiene un principio y un fin. En principio está la oralidad que pronto se amplía y se complementa con la escritura más la lectura constante que a veces da margen a escribir y más escribir.

Lecturas primigenias en la primaria, que se redoblaron en secundaria, en preparatoria y en estudios superiores y en la vida misma.

Normalmente los seres humanos somos influidos por o en el medio escolar y social para leer, y en caso de tener la vocación y el deseo, para escribir, tal vez no con maestría, pero sí con la determinación de compartir los sentimientos y pensamientos por la oralidad y por la escritura.

A temprana edad, cuando se quiere y se puede, se siente la necesidad de leer, escribir y comunicar.

Con certeza, para leer, escribir y comunicar, hubo y habrá siempre alguien, algunos que nos hayan inducido o que nos induzcan a ello.

En profesional un maestro nos invitaba a leer y estar bien informados.

No siempre fue así o es así o así será.

Leer, escribir y hablar a terceros es y será producto del sentir y modo de ser de cada ser humano.

En nuestros vidas, seguramente en más de una ocasión, se ha tenido cerca al amigo, al maestro, al tutor que no sólo facilite las lecturas sino que también oriente a quienes quieran leer o escribir.

Un recuerdo imborrable en mi tránsito por la lectura, la oralidad y la escritura, lo fue y aún lo es, un compañero de estudios con quien construí relaciones de amistad que con el tiempo se diluyeron.

Producto de las lecturas, del deseo de transmitir lo leído, aderezado, aun cuando fuere en mínima escala, me llevó a la oralidad, a la polémica y a los concursos de oratoria, que luego, al dejar esa etapa de la vida, me condujeron a escribir primero en revistas estudiantiles, luego en periódicos semanales y después en diarios.

Dentro del universo de lecturas, discursos, escritos y una interpretación de los tiempos vividos, casi sin querer pero con satisfacción en el corto, tal vez en el mediano o en largo tiempo, un grupo de amigos generacionales o próximos a nuestro modo de ser y de pensar en común en forma transitoria, nos impulsó a editar un periódico semanal de prensa alternativa, anti sistémica ahora, que no resistió más de ocho meses. Tal vez la edición del periódico semanal, además de satisfacciones, bien nos pudo generar decepciones y frustraciones.

Incursioné luego como coeditor de un periódico semanal acorde con los tiempos convencionales.

Luego regresé como colaborador en un periódico diario. Primero en uno, luego en otro, posteriormente en un tercero para luego regresar al primero: “El Sol de Durango”.

Escribí en este periódico ”El Sol de Durango” a partir del 29 de enero de 2014 la columna “Política y Derecho”, centrada más en la primera que en el segundo. Del 4 de julio de 2018 la columna la titulé “La política es así”.

En esta última etapa como columnista, he pretendido, seguramente sin lograrlo, escribir con la ponderación de Alejandro Gómez Arias a quien leía en la década de los sesenta sus artículos publicados en la Revista Siempre, Presencia de México, Por supuesto, situado yo a años luz de su claridad, pulcritud y profundidad de su pensamiento y de su forma de escribir tal vez situado en el justo medio aristotélico.

Estoy cierto que no alcancé mi pretensión, pero lo intenté con la libertad y los límites que solamente yo me impuse.

Continuaré con mis lecturas. Mis escritos se concretarán a las redes sociales. Tal vez sin incidir demasiado en la política.

Las ideas introductorias me fueron inspiradas por Irene Vallejo, al leer su libro “El infinito en un junco”. Recomiendo su lectura.

Así es la vida que seguirá…

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