/ martes 19 de julio de 2022

La razón de los médicos

Cuando Andrés Manuel López Obrador anunció que vendrían 500 médicos cubanos a México porque –dijo el presidente- existe un déficit calculado en 50 mil vacantes debido a que –también lo dijo- “los galenos mexicanos no quieren ir a las zonas más alejadas del país”, se puso en evidencia, una vez más, que tiene un equivocado diagnóstico de la situación que impera en el país.

Los médicos mexicanos salieron de inmediato a la palestra para levantar la voz y decirle al presidente que quieren trabajar, pero que el gobierno debe, entre otras cosas, brindarles condiciones que garanticen su integridad personal, denuncian que en esas zonas no existe la presencia del Estado porque son territorio del crimen organizado.

Fiel a su estilo personal de gobernar, Andrés Manuel López Obrador los ubicó de inmediato del lado de los adversarios y traidores a la patria, los tildó de mercantilistas fifís y de estar contagiados del mal que provoca el neoliberalismo: la pérdida de la conciencia social y del espíritu de servicio.

A dos meses de distancia, los lamentables hechos ocurridos en el ejido El Brillante, una colonia enclavada en la ciudad de El Salto, Pueblo Nuevo, Durango, desnudan la realidad que se vive en México y le dan la razón a los médicos y a sus organizaciones; el pasado viernes 15 de julio fue asesinado un estudiante de medicina de tan sólo 24 años de edad cuando prestaba su servicio social en la clínica del lugar.

Hace aproximadamente un año, en este mismo espacio, señalamos que Estados Unidos advierte que el 35% del territorio nacional está bajo el mando de las organizaciones criminales, porcentaje que desafortunadamente se ha venido incrementando, además de que ya no se circunscribe a zonas alejadas; El Salto, Pueblo Nuevo está a sólo 100 kilómetros de la capital del Estado de Durango.

Como sucede con la mayoría de los problemas sociales, éste presenta múltiples daños colaterales, las universidades en Durango han decidido retirar a sus estudiantes de las zonas de mayor riesgo en el Estado, lo que causará afectación a los mismos estudiantes que verán sus procesos de egreso truncados, y, desde luego, a los habitantes de las zonas consideradas como de riesgo, las cuales también suelen ser las de mayor pobreza, porque no tendrán médico.

El problema no queda resuelto con la detención del presunto asesino.

Desde este espacio, respetuosamente expreso mis más sentidas condolencias a la familia del doctor Eric David Andrade Ramírez.

Cuando Andrés Manuel López Obrador anunció que vendrían 500 médicos cubanos a México porque –dijo el presidente- existe un déficit calculado en 50 mil vacantes debido a que –también lo dijo- “los galenos mexicanos no quieren ir a las zonas más alejadas del país”, se puso en evidencia, una vez más, que tiene un equivocado diagnóstico de la situación que impera en el país.

Los médicos mexicanos salieron de inmediato a la palestra para levantar la voz y decirle al presidente que quieren trabajar, pero que el gobierno debe, entre otras cosas, brindarles condiciones que garanticen su integridad personal, denuncian que en esas zonas no existe la presencia del Estado porque son territorio del crimen organizado.

Fiel a su estilo personal de gobernar, Andrés Manuel López Obrador los ubicó de inmediato del lado de los adversarios y traidores a la patria, los tildó de mercantilistas fifís y de estar contagiados del mal que provoca el neoliberalismo: la pérdida de la conciencia social y del espíritu de servicio.

A dos meses de distancia, los lamentables hechos ocurridos en el ejido El Brillante, una colonia enclavada en la ciudad de El Salto, Pueblo Nuevo, Durango, desnudan la realidad que se vive en México y le dan la razón a los médicos y a sus organizaciones; el pasado viernes 15 de julio fue asesinado un estudiante de medicina de tan sólo 24 años de edad cuando prestaba su servicio social en la clínica del lugar.

Hace aproximadamente un año, en este mismo espacio, señalamos que Estados Unidos advierte que el 35% del territorio nacional está bajo el mando de las organizaciones criminales, porcentaje que desafortunadamente se ha venido incrementando, además de que ya no se circunscribe a zonas alejadas; El Salto, Pueblo Nuevo está a sólo 100 kilómetros de la capital del Estado de Durango.

Como sucede con la mayoría de los problemas sociales, éste presenta múltiples daños colaterales, las universidades en Durango han decidido retirar a sus estudiantes de las zonas de mayor riesgo en el Estado, lo que causará afectación a los mismos estudiantes que verán sus procesos de egreso truncados, y, desde luego, a los habitantes de las zonas consideradas como de riesgo, las cuales también suelen ser las de mayor pobreza, porque no tendrán médico.

El problema no queda resuelto con la detención del presunto asesino.

Desde este espacio, respetuosamente expreso mis más sentidas condolencias a la familia del doctor Eric David Andrade Ramírez.